lunes, diciembre 22, 2025

EL SUR Y SERRAT TAMBIEN EXISTEN

 

 

“¡EL SUR Y SERRAT TAMBIÉN EXISTEN!”

https://elpais.com/america-colombia/2025-12-22/el-sur-y-serrat-tambien-existen.html

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/serrat-el-sur-tambien-existe/

Hernando Llano Ángel.

El próximo sábado 27 de diciembre, la víspera del día de los inocentes, Serrat celebra 42 años de haber cantado hace 40 “El Sur también existe”. Un disco grabado en 1985, ilustrado con un reluciente arco iris en la parte inferior de su carátula, es decir al revés, contiene otros 9 poemas de Mario Benedetti, como un tributo a su obra. Pero es también un reconocimiento a la resistencia de los pueblos del cono Sur contra los embates de la hegemonía estadounidense y sus sangrientos legados dictatoriales desde la década de los años sesenta hasta los ochenta en Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay, Perú y Brasil[i]. Legados que hoy pretende reeditar Trump con su Doctrina Nacional de Seguridad y su corolario intervencionista, pero ahora en forma más sutil y cínica, desplegando todas las formas de lucha. Desde las ejecuciones extrajudiciales contra famélicos lancheros, sindicados de ser peligrosos narcoterroristas y así forzar a Maduro para que ceda el paso a María Corina Machado y controlar estratégicamente las mayores reservas planetarias de petróleo en nombre del premio Nobel de la paz. Pero también lo hace otorgando “generosos prestamos electorales” a Milei en Argentina y brindando arteros apoyos en Honduras a favor de su candidato, Nasry Asfura, para después reclamar su pírrico y cuestionado triunfo: “Apoyé a alguien que no iba en la delantera y ganó las elecciones”, dijo exultante desde la Oficina Oval”[ii].

Colombia, blanco electoral del 2026

Todo lo anterior presagia un horizonte tan incierto como peligroso para las elecciones del 2026 en Colombia, al punto que las puede convertir en un laboratorio político más explosivo que una “fábrica de cocaína”, para utilizar su sibilino lenguaje criminal y empresarial. Lo hará, seguramente, promoviendo incondicionalmente en segunda vuelta al candidato de la extrema derecha contra el “comunista” de la extrema izquierda, todo en nombre de la “libertad y la democracia”. Obviamente, la libertad para invertir y expoliar las riquezas naturales del “país de la belleza” y consolidar la cacocracia que él gobierna a su antojo en nombre de MAGA y AMERICA FIRST. Probablemente tengamos las primeras elecciones pro y antimperialistas de nuestra historia reciente. Por eso los versos de Benedetti son hoy más actuales que nunca: “Con sus ventas navideñas, su culto a Dios padre, y de las charreteras, con sus llaves del reino el norte es el que ordena” y más adelante sentencia: “pero aquí abajo, abajo cada uno en su escondite hay hombres y mujeres que saben a qué asirse aprovechando el sol y también los eclipses apartando lo inútil y usando lo que sirve. Con su fe veterana el Sur también existe”, y sobre todo resiste.

¡Feliz cumpleaños “nanogenario”!

Pero todo lo anterior no es más que un pretexto para celebrar los 82 años del “nanogenario” --parafraseando el cariñoso “nano” de su madre Ángeles y su padre Josef— como lo llamaban en su casa de Poble Sec, barrio popular de Barcelona, donde nació el 27 de diciembre de 1943, en la calle poeta Cabanyes. Por eso también se lo llamó "el noi del Poble Sec", "el chico del Pueblo Seco". Un chico que con su poesía y música nos ha regalado generosamente alegría y rebeldía para gozar con dignidad la vida. Así lo canta en “Defensa de la alegría”, otro de los poemas de Benedetti en ese LP sureño: “defender la alegría como un estandarte, defenderla del rayo y la melancolía, de los males endémicos y de los académicos, del rufián caballero y del oportunista…defender la alegría como una certidumbre, defenderla a pesar de Dios y de la muerte, de los parcos suicidas y de los homicidas y del dolor de estar absurdamente alegres”. Alegría que también entona Serrat en muchas de sus canciones, como “Hoy puede ser un gran día”, “Plantéatelo así, Aprovecharlo o que pase de largo, Depende en parte de ti” o en “De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan bonita que da gusto verla. Se suelta el pelo y me invita a salir con ella a escena…y nos sentimos en buenas manos; se hace de nuestra medida, toma nuestro paso y saca un conejo de la vieja chistera y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela”.

“Llegar a viejo”

Todo ello, sin caer en la cursilería de la autoestima y reconociendo el implacable paso del tiempo, como lo canta en “Llegar a viejo”: “Si se llevasen el miedo, y nos dejasen lo bailado para enfrentar el presente... Si se llegase entrenado y con ánimo suficiente... Y después de darlo todo -en justa correspondencia- todo estuviese pagado y el carné de jubilado abriese todas las puertas... Quizá llegar a viejo sería más llevadero, más confortable, más duradero…Quizá llegar a viejo sería todo un progreso, un buen remate, un final con beso. En lugar de arrinconarnos en la historia, convertidos en fantasmas con memoria... Si no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina... O simplemente si todos entendiésemos que todos llevamos un viejo encima”.  

En su prolífica, apasionada y musical poesía nada quedó excluido, menos olvidado. En ella están desde las populares melodías de su telúrica Cataluña “Canción de matinada”[iii] y ese Mediterráneo que “a fuerzas de desventuras” tiene “un alma profunda y oscura”, pasando por la pasión romántica de Lucía “si algún día después de amar, amé, fue por tu amor Lucía a la desgarradora y nostálgica “Piel de Manzana”: “A esa muchacha que dio a morder su piel de manzana cuando Cupido plantaba un nido en cualquier ventana… que tuvo al barrio guardando cola y revoloteando como polillas en las farolas. A esa muchacha que fue "Piel de Manzana" se le quebró el corazón de porcelana, se le bebieron de un trago la sonrisa. La primavera con ella tuvo prisa… Muchachas tristes que florecisteis en mis aceras, bien poco ha escrito en vuestros cuadernos la primavera...y llega el invierno”.

“Buenos Tiempos”

Hasta el Serrat crítico y premonitorio de “Buenos Tiempos”, canción escrita y entonada con la fuerza de su vibrato en 1987, en su LP “Bienaventurados” que resume, mejor que cualquier análisis del más sesudo de los politólogos, los tiempos que corren, con 38 años de antelación: “Corren buenos tiempos, buenos tiempos para la bandada de los que se amoldan a todo con tal que no les falte de nada. Tiempos fabulosos, fabulosos para sacar tajada de desastres consentidos y catástrofes provocadas…Tiempos como nunca para la chapuza, el crimen impune y la caza de brujas…Corren buenos tiempos, buenos tiempos para esos caballeros locos por salvarnos la vida a costa de cortarnos el cuello… Corren buenos tiempos, buenos tiempos preferentemente para los de toda la vida para los mismos de siempre”.

“Por las paredes, mil años hace…”

Por último, gracias, Nano, por advertirnos que no podemos seguir jugando a ser ciudadanos tan cándidos e inocentes, viviendo un interminable 28 de diciembre, al ir cada cuatro años a depositar un voto en una urna esperando que todo cambie. Desde 1978 nos lo cantas y recuerdas en “por las paredes (mil años hace…): “Que la ignorancia no te niegue, que no trafique el mercader con lo que un pueblo quiere ser. Lo están gritando siempre que pueden, lo andan pintando por las paredes...”. Y ahora aparecen en cientos de gigantes vallas en carreteras y ciudades, con rostros sonrientes de miles de candidatos y candidatas al Congreso, que desfiguran y saquean el paisaje de “Colombia el país de la belleza” en nombre de la “democracia”, la “lucha contra la corrupción” y la “seguridad”. ¿Pasará usted por inocente hasta el 2030?

domingo, diciembre 21, 2025

LAS HONDURAS DE TRUMP

 

 

LAS “HONDURAS” DE TRUMP

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/las-honduras-de-trump/

https://elpais.com/america-colombia/2025-12-16/las-honduras-de-trump.html

Hernando Llano Ángel.

La nueva Estrategia Nacional de Seguridad [i] de los Estados Unidos con su narcisista “corolario Trump” [ii] ha dejado al descubierto, en forma explícita y patética, las honduras de la decadencia de MAGA y el delirio de su mago imperial, que parece ignorar que ya no vivimos en el siglo XIX. También revela sus afinidades personales con Putin y las similitudes de sus mandatos, pues son un par de autócratas y megalómanos extraviados en el sueño de restaurar el ocaso de sus respectivos imperios. En ese empeño han convertido en un infierno la vida de millones de seres humanos y juegan como aprendices de brujos con desatar fuerzas incontrolables, que se les pueden devolver como un bumerán y transformar sus delirios de grandeza en catástrofes imperiales. Todo, porque el poder nuclear y militar más mortífero en la historia de la humanidad está en manos de un conglomerado de cacócratas y tecnócratas, obsesionados con una imposible restauración de sus imperios y una ilimitada ambición de expoliación económica.

Cacócratas y mafiosos nucleares

Con ese poder amenazan, como auténticos mafiosos nucleares, a quienes desafían sus pretensiones de dominio y control geopolítico. Desde la Unión Europea, a quien Trump no cesa de humillar y extorsionar para que le compre más armas y se responsabilice de su propia seguridad, pues Estados Unidos ya fija toda su atención en el control y la expoliación del que siempre ha llamado su “hemisferio Occidental” desde la doctrina Monroe con su “América para los americanos”, hoy transformada en “Doctrina Donroe” de Donald o quizá de “Don Vito” Corleone de la política internacional. Por eso sus únicos “argumentos” son las amenazas, los aranceles, las mentiras y la perfidia, esa capacidad artera de engañar, esgrimiendo la bandera de la paz para ganar la guerra. Esa es la estratagema principal, pero la ajustan Trump y Putin según las circunstancias y los lugares. Trump con su supuesta cruzada contra el “narcoterrorismo” en Venezuela y Putin en Ucrania contra la criminalidad de los neonazis promotores del Euromaidán en el 2013[iii]. Y cuando las anteriores estratagemas propias de la llamada “guerra híbrida” no funcionan, entonces despliegan sus armadas, accionan sus drones y misiles, amenazan con la utilización de armas nucleares tácticas y arrasan con todo el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas[iv] en nombre de la seguridad de sus ciudadanos y la soberanía de sus Estados.

Criminales de guerra intocables e impunes

Trump ordena disparar contra supuestas lanchas “narcoterroristas” que amenazan peligrosamente con cargamentos de cocaína la “indefensa y frágil seguridad nacional” de MAGA y Putin lanza a diestra y siniestra ataques contra edificios, viviendas y la infraestructura energética de Ucrania. En fin, lo propio de criminales de guerra, revestidos de la impunidad que les confiere su poder de mafiosos nucleares, situados por encima de todo ordenamiento legal y principio de humanidad. Sin duda, con Netanyahu, forman una banda letal, una especie de trinidad del mal, empeñada en reconfigurar el orden geopolítico regional y mundial al tamaño de sus ambiciones y aspiraciones de gloria personal, pues saben bien que esa es la única forma de continuar gobernando impunemente. Así va emergiendo un orden geopolítico multipolar cuya configuración parece ser la de un neofeudalismo bajo la égida de poderes imperiales criminales que reclaman un control absoluto y hegemónico en sus respectivas regiones. La politología con eufemismo aséptico las llama “áreas de influencia”, pero en realidad parecen más feudos neocoloniales objeto de disputa de los actuales Señores Imperiales: Trump, Putin, Netanyahu y Xi Jin Ping, respaldados con sus correspondientes arsenales nucleares.

¿Del orden geopolítico multipolar a un imperialismo neofeudal?

Trump se reclama el señor del “hemisferio occidental”, rememorado a Monroe; Putin reclama la Europa del este, conteniendo el avance amenazante de la OTAN; Netanyahu el Oriente Medio en nombre de un sionista Estado genocida y, para completar esa neofeudalización planetaria, Xi Jinping desde China teje su influencia con la Ruta de la Seda sobre Asia, África, incluso Latinoamérica con el megapuerto de Chancay en Perú, el Metro en Bogotá y su poderosa diplomacia comercial, ya en el patio trasero de MAGA. Europa pertenece al pasado, es una venerable anciana atropellada y acosada por un imperioso y lujurioso Trump. Obviamente que estos grandes Señores Neofeudales y sus respectivos delirios imperiales demandan y cuentan, como siempre ha sucedido, con frondosos relatos y hermosas narrativas para coronar sus pretensiones. No basta con la fuerza bruta. Ayer fue la democracia y sus consignas de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Pero hoy ya no precisan de tales metarrelatos épicos, pues cuentan con una tecnología capaz de crear realidades y mundos paralelos alternativos.

Virtualmente felices

Por eso vivimos atrapados en “neofeudalismos virtuales”, que fragmentan la realidad y la vida a tal punto que nos parece imposible compartir un mundo común. Entonces para todos es cada día más difícil discernir en qué mundo vivimos, si lo que vemos sucede en la realidad o solo es la proyección de algoritmos y la IA. Si acaso sospechamos que estamos siendo manipulados por el respectivo Señor o Príncipe neofeudal para consolidar su imperio y someternos a su voluntad, pues ya conoce y controla de sobra nuestros deseos y fantasías. Incluso nos hacen dudar de la existencia de una tal lista Epstein. ¡No vaya a ser usted tan ingenuo de creer en semejante lista y su club de pederastas ilustres! Eso no puede haber sucedido en la puritana sociedad estadounidense. Menos en su pulcra élite política y financiera.  ¡Las Vegas y Hollywood son creaciones perversas de inmigrantes europeos, la mayoría de ellos judíos!

¡FELIZ NAVIDAD!

Todavía más en esta época de navidad, donde todos debemos vivir reconciliados y felices, sin denigrar de semejantes virtuosos personajes, bailando al son de nuestros ritmos interiores, muy íntimos y espirituales, comprando a crédito el último dispositivo electrónico, el auto de nuestros sueños (BYD), utilizando todas las maravillas de la IA que nos releva de la pesadilla de pensar y decidir, en fin, extraviados en el “mundo feliz” de consumir y consumir, porque pronto este planeta va a desaparecer por ser incapaz de saciar nuestra voracidad. No pierda su tiempo leyendo estas bobadas, las rebajas navideñas lo esperan, compre antes de que desaparezcan. Tenemos que aprovechar y vivir intensamente el presente, el pasado no existe y el futuro es una incierta quimera, excepto para los banqueros y sus generosos créditos. Pero no vaya olvidar pagar la próxima cuota de su carro y la hipoteca de su apartamento. Todo el mundo vive a crédito o del cuento. Aunque por ahora nos basta con abrazarnos y desearnos una feliz navidad y un próspero 2026. No hay que dejarse inquietar y menos arruinar la navidad leyendo a un tal Byung-Chul Han y otros de su calaña, que forman un club de apocalípticos amargados, incapaces de gozar y disfrutar la vida. Por favor, no vaya a regalar libros. Regale algo útil. Y disfrute una ¡Feliz Navidad! con los suyos o incluso contra los “otros”.

 

[i]https://www.dw.com/es/ee-uu-redefine-su-estrategia-de-seguridad-nacional-con-foco-en-am%C3%A9rica-latina/a-75036577

[ii] https://www.france24.com/es/programas/una-semana-en-el-mundo/20251206-ee-uu-en-am%C3%A9rica-latina-qu%C3%A9-es-el-corolario-trump-de-la-doctrina-monroe

[iii] https://es.wikipedia.org/wiki/Euromaid%C3%A1n

[iv] https://www.un.org/es/about-us/un-charter/full-text

FIFA Y LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL

 

FIFA Y LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/la-fifa-y-la-geopolitica-mundial/

https://elpais.com/america-colombia/2025-12-09/la-fifa-y-la-geopolitica-mundial.html

Hernando Llano Ángel.

FIFA son unas iniciales conocidas por todos, pero cuyo significado y alcance hoy ignoramos, después de la ceremonia oficial que definió los grupos eliminatorios del próximo mundial de fútbol en 2026. La ceremonia dejó muy claro que no estamos frente al certamen deportivo más popular del planeta, sino ante el surgimiento de la FIFA como un actor protagónico en la geopolítica mundial. A tal punto, que tomó la iniciativa de crear el premio FIFA de la PAZ y otorgárselo a Donald Trump, “como un reconocimiento a sus acciones excepcionales para promover la paz y la unidad en todo el mundo”, según las palabras de su presidente Gianni Infantino. Antes de recibirlo, Trump había dicho a los periodistas a su llegada al Kennedy Center de Washington que “no necesito premios, solo quiero salvar vidas”. Ese par de afirmaciones de ambos presidentes son los más vergonzosos y mentirosos autogoles que se puedan anotar contra la humanidad y la paz internacional. Incluso pueden cambiar por completo el significado de las iniciales de la FIFA y empezar y ser conocida como una Federación Internacional de Facinerosos Asociados, si Trump cumple sus amenazas de ordenar acciones terrestres contra Venezuela y su celebrada asociación con Putin implica el desmembramiento de Ucrania a favor de Rusia. Entonces pasaría a promover la guerra con su “Lanza del Sur”, más la división y virtual colapso de la OTAN, todo en aras de su MAGA y America First. En semejante escenario es probable que se cumplan sus palabras al recibir el premio y prometer que el mundial será “un evento como quizás el mundo nunca haya visto”, probablemente para la desdicha de todos.

La guerra, el triunfo del juego sucio

De hecho, los conflictos armados internacionales en curso constituyen la más flagrante violación de los principios y normas del Derecho Internacional Humanitario, por lo cual Trump se sitúa fuera de juego en el campo de la política y del Ius Cogens, “normas de derecho imperativo o perentorio, esto es, que no admiten ni la exclusión ni la alteración de su contenido” por parte de ningún Estado. En términos futbolísticos, Infantino promueve así el triunfo del juego sucio de la guerra, que arrasa todos los escenarios del juego limpio de la vida y del mismo fútbol. De allí que el premio concedido a Trump sea, ni más menos, que la proclamación de la guerra en nombre de la paz y la grandeza de MAGA. ES La “Paz Americana”, versión moderna de la ansiada y hegemónica Pax Romana[i] del mundo antiguo, con la cual delira Trump y por eso proclama como eje de su política exterior la decimonónica doctrina Monroe de “América para los americanos[ii] y su denominado, con modestia personal, “Corolario Trump”. Según dicho corolario se trata de que “Estados Unidos buscará acceso a recursos y ubicaciones estratégicas en América Latina y asegurará que los países sean razonablemente estables y bien gobernados para prevenir y desalentar la migración masiva” hacia MAGA. Pero, además “negará a competidores de fuera del hemisferio la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales”[iii], advertencia directa contra China y Rusia.

Cancha de fútbol y reglas propias

De nuevo, en términos futbolísticos, significa diseñar y modificar la cancha de fútbol y las reglas de juego solo en beneficio propio de MAGA y AMERICA FIRST, para así ganar todos los partidos. La táctica ya está en marcha contra Venezuela, utilizando como pretexto la guerra contra el narcotráfico, que solo falta sea denominada “arma de destrucción masiva”, para así apropiarse de los campos de petróleo con las mayores reservas del planeta. Porque el verbo preferido de Trump es “perforar, perforar y perforar” y todo parece indicar que viene desde su vieja amistad con Epstein, como lo revela el diario New York Times en su artículo: “Una cronología de lo que sabemos sobre Trump y Epstein[iv], donde sobresale su declaración al New York Magazine en 2002: “Conozco a Jeff desde hace 15 años. Un tipo estupendo. Es muy divertido estar con él. Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas son más jóvenes. Sin duda: Jeffrey disfruta de su vida social”.

Quizá por ello, Infantino en la entrega del galardón también le señaló a Trump “Queremos un mundo unido y, sin lugar a dudas, usted se merece el primer premio por sus logros. A su manera, pero lo ha conseguido. Y, como presidente, usted siempre tendrá mi apoyo y el apoyo de toda la comunidad del fútbol”, lo que podría interpretarse como un sutil mensaje para que no arrecie la persecución del temible ICE durante los partidos del mundial contra los espectadores sospechosos de ser migrantes. Incluso el diseño del trofeo es muy significativo, unas garras apoderándose del planeta, como en una película de terror. Pero también hay que resaltar las incursiones de la FIFA en la geopolítica mundial por su ampliación del número de selecciones participantes a 48, contraria a la excluyente y hegemónica del mundo político, aunque estén por fuera dos de sus jugadores protagónicos, Rusia y China. La primera como un veto por su ocupación de Ucrania, que le impidió participar en las rondas clasificatorias, y la segunda por su derrota 1-0 ante Indonesia, que la dejó eliminada y frustrada, pues hace 24 años que no regresa a un mundial.

El Sur también existe

Afortunadamente en este mundial el Sur también existe, pues tenemos 6 selecciones participantes por Sudamérica, en orden de clasificación: Argentina, actual campeona mundial; Ecuador, Colombia, Uruguay, Brasil y Paraguay, con la posibilidad de ser 7, si Bolivia en el repechaje vence a Irak y Surinam. Aunque geográficamente México está en el norte, pertenece política, cultural y futbolísticamente al Sur, como también las selecciones clasificadas por la Concacaf: Panamá, Curazao y Haití. Y si a las anteriores sumamos todas las selecciones que geopolítica y futbolísticamente podemos considerar del Sur: Sudáfrica, Marruecos, Costa de Marfil, Túnez, Cabo Verde, Senegal, Argelia y Ghana. En total, 19 selecciones, entre las 48 en disputa por la Copa. Esto significa que las posibilidades de vencer futbolísticamente al Norte en su propio territorio son numerosas. Entonces podríamos celebrar con Mario Benedetti y entonar con Serrat[v] estos versos: “pero aquí abajo, cerca de las raíces es donde la memoria ningún recuerdo omite y hay quienes se desmueren y hay quienes se desviven y así entre todos logran lo que era un imposible, que todo el mundo sepa que el Sur también existe”.


[i] https://es.wikipedia.org/wiki/Pax_Romana

[ii] https://www.bbc.com/mundo/articles/c3g23990xn7o

[iii] https://newsweekespanol.com/internacional/trump-relanza-la-doctrina-monroe-mas-control-en-america-latina-y-menos-paciencia-con-europa

[iv] https://www.nytimes.com/es/2025/07/18/espanol/estados-unidos/trump-epstein-amistad-cronologia.html

[v] https://co.video.search.yahoo.com/search/video?fr=mcafee&p=serrat+el+sur+tambien+existe&type=E210CO1490G0#id=12&vid=2eaff320b269b8a624ded44ce68cd867&action=view

 

LAS ELECCIONES COMO COARTADA ANTIDEMOCRÁTICA

 

 

LAS ELECCIONES COMO COARTADA ANTIDEMOCRÁTICA

https://elpais.com/america-colombia/2025-12-02/las-elecciones-como-coartada-antidemocratica.html

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/las-elecciones-como-coartada-antidemocratica/

Hernando Llano Ángel.

Las elecciones se han convertido en la coartada perfecta para perpetrar y perpetuar, con total impunidad política, un crimen de lesa ciudadanía contra la democracia. Es un crimen cometido con premeditación y alevosía por quienes más abusan periódicamente de ella en su propio beneficio: los políticos profesionales y sus financiadores legales e ilegales, junto a los poderes de facto. En lugar de propiciar y facilitar la expresión libre y consciente de la voluntad ciudadana, las elecciones y la parafernalia de partidos políticos que se la disputan hacen todo lo contrario. Las convierten en una estratagema infalible para su manipulación y sometimiento a intereses plutocráticos, todo bajo la ficción constitucional de la soberanía ciudadana, proclamada en el artículo 3 de nuestra Constitución Política: “la soberanía reside exclusivamente en el pueblo”.

¿Cuál soberanía ciudadana?

Una soberanía ciudadana o popular que termina siendo solo una ficción constitucional. Más en estos tiempos que corren, donde los algoritmos, las redes sociales y ahora la IA, con su raudal incontenible de desinformación y Fake News, condicionan y determinan esa supuesta soberanía popular y voluntad ciudadana. Una voluntad ciudadana imaginaria y fantasmagórica, proyectada al menos desde el siglo XVIII por una pléyade de filósofos, entre los que destaca el ginebrino Rousseau con su idealizada “voluntad general”, plena de racionalidad y deliberación. Pero en la realidad ella es profundamente emotiva y excepcionalmente deliberativa. Así lo demuestran con creces las últimas elecciones en muchas latitudes, desde la supuesta fría y flemática racionalidad británica que votó a favor del Brexit, arrastrada por prejuicios racistas y una aporofobia hábilmente exacerbada por políticos populistas de extrema derecha. Ni hablar del auge incontenible de Trump con sus delirios imperiales de America First y MAGA, que revive los prejuicios discriminatorios y las heridas sangrantes de una república incapaz de vivir sus principios fundacionales y verdades proclamadas como evidentes: “que los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, hoy negadas cotidianamente por las redadas de ICE y la represión de la Guardia Nacional.

La paz política dilapidada

En nuestro caso, el ejemplo más doloroso y patético fue el plebiscito sobre el Acuerdo de Paz el 2 de octubre de 2016, que dilapidó la oportunidad histórica para que los colombianos comprendiéramos que el presupuesto existencial de la democracia es la paz política, como ya aparece en el artículo 22 de la Constitución. Por el contrario, la búsqueda de una legitimidad incuestionable, refrendada por mayorías en las urnas, convertida en una obsesión para el presidente Santos y las Farc-Ep[i], terminó sumergiéndola en un lodazal de negociaciones que dejó a la paz herida de muerte. Una herida profunda que no cierra, propiciada por la puñalada trapacera de una extrema derecha que manipuló con éxito prejuicios tan atávicos como la homofobia, pues hicieron creer a numerosos electores que sus hijos e hijas serían corrompidos por una inexistente ideología de género que jamás hizo parte del Acuerdo. Sin dejar de mencionar la exacerbación del miedo y el odio, anunciando la hecatombe del castrochavismo en la que terminaría Colombia por la inimaginable Presidencia de Timochenko, si se le permitía a las Farc convertirse en partido político y participar a sus excomandantes en política. ¡Como si sus contados votos fueran más letales que sus disparos! Una campaña contra el Acuerdo de la que aún se sienten orgullosos por haber llevado a la gente a “votar verraca”, según la eufórica y cínica celebración de su principal promotor, Juan Carlos Vélez Uribe[ii], rápidamente recriminado por el jefe “natural” del “Centro democrático”, Álvaro Uribe Vélez: “Hacen daño los compañeros que no cuidan las comunicaciones[iii]. Sin duda, lo que más daño hace a la democracia es la mentira y la perversión del juicio ciudadano, manipulando sus emociones y prejuicios, para perpetuarse así en el ejercicio de un poder político sustentado en el miedo y en una falsa superioridad moral de “ciudadanos de bien” contra sus contradictores y adversarios políticos a quienes estigmatiza como peligrosos enemigos de la patria y la democracia.

Entre Urnas y Tumbas

Es en esa estratagema maniqueísta en donde se encuentra el origen de la polarización social y la radicalización de todo proceso electoral, pues impide la deliberación y la argumentación ciudadana. En su lugar, lo que aparece es una pueril división y confrontación de los “buenos” contra los “malos”, de los “demócratas” contra los “comunistas”, quienes a su vez responden con una simplificación aún mayor, llamando a derrotar a los “paracos” y éstos a su vez a eliminar a los “mamertos”. 

Entonces de esa violencia simbólica a la directa hay menos de un paso, solo falta disparar. Las urnas se transforman en tumbas. Por eso el bien intencionado llamado a la Paz Electoral de la Procuraduría General de la Nación[iv] es pertinente pero insuficiente, pues no se sustenta en el terreno firme de la PAZ POLÍTICA, amenazada por un complejo entramado de organizaciones armadas ilegales que combinan la violencia política con la financiación y el apoyo a campañas electorales, afines a sus intereses estratégicos. En el pasado, unas veces a la derecha con los paramilitares y la narcoparapolítica, pero también a la izquierda, mediante el control de vastos territorios y sus pobladores, imponiendo el voto mediante la coacción o impidiendo su libre ejercicio, asesinando líderes sociales y candidatos independientes, quemando las urnas y puestos electorales. Y en las próximas elecciones del 2026 corremos el riesgo mortal de la influencia de liderazgos de candidatos y organizaciones políticas que solo están interesadas en ganar votos mediante el sectarismo y la descalificación emocional de sus contradictores, apelando de nuevo al miedo, los prejuicios y la ausencia total de deliberación. De allí, que las elecciones sean necesarias pero insuficientes para la existencia de la democracia, cuya vitalidad depende de una ciudadanía que se exprese en clave política, es decir,  deliberando y decidiendo libremente en torno a intereses generales y bienes públicos, y no tanto convalidando la transacción del Estado y sus elegidos en función del mercado, minoritarios poderes corporativos y empresariales, cuando no hipotecando su gobernabilidad con poderes de facto camuflados bajo la tramoya de una sofisticada institucionalidad que se autoproclama la más estable y democrática del subcontinente, solo por realizar ininterrumpidamente elecciones desde 1957. Elecciones que siempre se han realizado entre urnas y tumbas, pues aún no conocemos y menos vivimos la política como paz, como una deliberación creadora, ya que sus líderes protagónicos la continúan promoviendo como una confrontación destructora. Cuando más, hacen de la democracia un juego de suma cero, donde el ganador se queda con casi todo y los perdedores con casi nada. Deberíamos preguntarnos, antes de votar, ¿a quiénes sirve semejante “democracia”? Peor, aún, todavía persisten entre nosotros algunos “demócratas” que la ven como una guerra, un juego de suma negativa, en donde todos perdemos, incluso los supuestos ganadores, como nos sucedió con el plebiscito por la Paz, cuyo costo sigue siendo la inseguridad, el asesinato de líderes políticos y sociales, el desplazamiento forzado, las desapariciones y el confinamiento de cientos de miles de pobladores rurales. Por todo ello, esa “democracia” está muriendo, paradójica y cruelmente, gracias al uso intensivo de las elecciones y la ausencia de ciudadanía. En gran parte dependerá del juicio ciudadano resucitarla o dejarla morir por una suma de indiferencia, indolencia, fanatismo e ignorancia.

miércoles, diciembre 03, 2025

DE BELISARIO A PETRO, LA PAZ BOMBARDEADA.

 

 

De Belisario a Petro, la paz bombardeada

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/de-belisario-a-petro-la-paz-bombardeada/

https://elpais.com/america-colombia/2025-11-25/de-belisario-a-petro-la-paz-bombardeada.html

La mayor paradoja de la política cuando se enfrenta a situaciones límites, propias de la guerra, los conflictos armados internos y la criminalidad organizada, es que la violencia letal se convierte en el factor decisivo.

Hernando Llano Ángel.

Resulta tentador realizar un paralelo entre las presidencias de Belisario y Petro, pues ambas tienen en común su obsesión por la paz y la ampliación de la democracia. Belisario la postuló desde su discurso de posesión presidencial con su inconfundible estilo lírico: “Levanto una bandera de paz para ofrecerla a todos mis compatriotas. Tiendo mi mano a los alzados en armas para que se incorporen al ejercicio pleno de sus derechos, en el amplio marco de decisión que tomen las Cámaras. Les declaro la paz a mis conciudadanos sin distinción alguna: ¡a esa tarea prioritaria me consagro porque necesitamos esa paz colombiana para cuidarla como se cuida el árbol que convocará bajo sus gajos abiertos a toda la familia nacional! … No quiero que se derrame una sola gota más de sangre colombiana de nuestros soldados abnegados ni de nuestros campesinos inocentes, ni de los obcecados, ni una gota más de sangre hermana. ¡Ni una gota más!”. Pero, lamentablemente, el 6 y 7 de noviembre de 1985 olvidó tan vital deseo e imperativo presidencial y corrieron ríos de sangre en el letal desenlace del Palacio de Justicia.

Algo semejante le acaba de suceder al presidente Petro, pues su consigna central “Colombia, potencia mundial de la vida”, ha sido olvidada al ordenar bombardear un destacamento guerrillero en la selva del Guaviare, con un saldo de por lo menos de 15 menores de edad muertos. Sin duda, las circunstancias son muy diferentes, incomparables, desde el punto de vista político y militar, pero en ambos casos los mandatarios apelan a razones de Estado para justificar el resultado de sus decisiones.

Del Palacio

En el Palacio de Justicia, Belisario lo hace argumentando que lo que se “hizo fue para encontrar una salida dentro de la ley, fue por cuenta suya, por cuenta del presidente de la República”. Argumento falaz, pues esa decisión la tomó Betancur no solo por fuera de la Constitución de 1886 en su artículo 121, sino también desconociendo las normas del Derecho Internacional Humanitario, como bien lo señaló el entonces Procurador General de la Nación, Carlos Jiménez Gómez, en su denuncia ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes: “La Procuraduría considera que el problema no puede plantearse primero legal que políticamente; y, además, que el enfoque legal correspondiente, no es propiamente el del Código Penal, sino el Derecho de Gentes y el Derecho Internacional Humanitario (DIH)”.

Al Guaviare

En el bombardeo contra el agrupamiento guerrillero del Estado Mayor Central de las Farc, Petro lo justifica políticamente así: “Vuelvo a insistir que no nos hemos salido del DIH en los bombardeos ordenados por mí. Decir que se detengan los bombardeos cuando estamos dentro del DIH es de una ingenuidad brutal”. Y agrega que los menores, al portar armas y estar uniformados, se convierten en objetivos militares: “estamos hablando de menores de edad que fueron reclutados, integran un grupo armado que han sido entrenados y que mantienen en ese momento un equipo de armas y de intendencia para hacer la guerra”.

Tal es la mayor paradoja de la política cuando se enfrenta a situaciones límites, propias de la guerra, los conflictos armados internos y la criminalidad organizada, donde lo decisivo es el uso de la violencia. Entonces los jefes de Estado ya no se pueden guiar solamente por sus convicciones y lo que Max Weber denomina “ética de principios”, sino también contando con la ética de la responsabilidad, so pesando las consecuencias de sus decisiones, como en este caso lo expone el presidente Petro. En efecto, la práctica criminal de Iván Mordisco de reclutar menores los convierte en carne de cañón en desarrollo de las confrontaciones armadas con la Fuerza Pública. Una consecuencia que trata de aminorar el accionar de la Fuerza Pública, pues según las cifras presentadas en su alocución presidencial del pasado 19 de noviembre[i], se han recuperado 2.411 menores.

Ética de responsabilidad en acción

De alguna forma, esa ética de responsabilidad es así sustentada en dicha alocución: “Quiero dejar aquí una idea y es que se dice que abandonemos el bombardeo porque efectivamente hay riesgo, si abandonamos el bombardeo por la razón de que los capos de los grupos armados reclutan niños para que no sean ellos atacados, una actitud cobarde criminal, cobarde porque se protegen es con menores de edad, como lo hemos visto ya, entonces ellos van a reclutar más niños, porque saben, ya han entendido que entonces la forma de que no los ataquemos con fuerza, que es la fuerza que nos da el bombardeo, como jefes que son del narcotráfico en Colombia, es reclutar niños y sería un mensaje contradictorio, en vez de reducir el reclutamiento como en este momento lo llevamos respecto al año pasado, en menos 34 por ciento, aumentaría mucho más y el riesgo de muerte de niños aumentaría y de menores en general combatientes”.

También le sucedió a Belisario después del magnicidio del ministro de justicia, Rodrigo Lara Bonilla, el 30 de abril de 1984, ordenado por Pablo Escobar, en retaliación por la destrucción de los laboratorios de cocaína en Tranquilandia[ii], en los llanos del Yari. Entonces, justificó así su decisión de aplicar el tratado de extradición: “Así mismo, a pesar de mi renuencia inicial para acoger el Tratado de Extradición, suscrito entre Colombia y Estados Unidos, por mis convicciones humanísticas y democráticas, y mi acendrado sentido de la soberanía nacional, después de la muerte del ministro Lara Bonilla, creí interpretar el sentir del país al reconocer que el tráfico de narcóticos no tiene fronteras y que deben facilitarse los medios para que, quienes incurran en él, sean juzgados en cualquier parte del mundo donde los reclame la justicia”.

Así las cosas, teniendo en cuenta la encrucijada mortal enfrentada por Belisario y Petro, tan parecidos en su obsesión y voluntad política por alcanzar la paz y ampliar la democracia, llegamos al menos a tres conclusiones insólitas e ineludibles:

La primera, que el telón de fondo que impide avanzar en la consecución de la paz política es la imbricación de numerosos grupos armados ilegales con el narcotráfico y rentas provenientes de minerales críticos o “tierras raras”, que los provee de recursos ilimitados para hacer la guerra.

La segunda, que esta simbiosis criminal los despoja cada vez más de identidad política y de reivindicaciones sociales que en el futuro puedan hacer valer en el mundo de la legalidad, pues han perdido por completo su credibilidad y legitimidad ante la sociedad. Como bien lo advirtió Belisario desde 1982: “En la violencia que el narcotráfico ha engendrado, desde hace cerca de tres lustros, no existe ningún designio social o político distinto al del súbito enriquecimiento. Todo lo demás es cobertura o camuflaje, hábilmente manipulado según las conveniencias y las alianzas”. Así lo han demostrado no solo los grupos narcoparamilitares y narcoguerrilleros, sino también un entramado de empresarios y políticos afines con las economías ilícitas, que han contado en sus campañas políticas con sus generosos aportes y apoyos electorales.

Y, la tercera, que ambos mandatarios tuvieron que enfrentar un establecimiento político y social tan retardatario y cerril al cambio y la paz que les impidió avanzar en sus principales reformas sociales, al punto que sigue siendo válida esta caracterización de Belisario, aludiendo al imaginario Gaitanista del “País Nacional y el País Político”:

“la prioridad del gobierno es empezar  -y lo recalco, empezar tan sólo a que las dos naciones en combate se cohesionen y se fundan, a que la expresión ciudadano colombiano tenga embrujo de porvenir y no eco fantasmal de irrisión; a que expresemos nuestra colombianidad con orgullo; a que dejemos de ser federación de rencores y archipiélago de egoísmos para ser hermandad de iguales, a fin de que no llegue a decirse de nosotros la terrible expresión del historiador, de haber llevado a nuestra gente a que prefiera la violencia a la injusticia”.

Objetivo que, igualmente, expresa Petro en su discurso de posesión presidencial: “Y finalmente, uniré a Colombia. Uniremos, entre todos y todas, a nuestra querida Colombia. Tenemos que decirle basta a la división que nos enfrenta como pueblo. Yo no quiero dos países, como no quiero dos sociedades. Quiero una Colombia fuerte, justa y unida. Los retos y desafíos que tenemos como nación exigen una etapa de unidad y consensos básicos. Es nuestra responsabilidad”. Una aspiración que se quedó, como sucedió con Belisario, en el discurso, por circunstancias muy complejas, entre ellas su liderazgo mesiánico y su descuido, cuando no desprecio, por el esfuerzo gris, colectivo y coherente que demanda una eficiente gestión pública.

Una etapa que es imperiosa comenzar y nos señala un horizonte que todos deberíamos tener presente en las elecciones para Presidencia y Congreso en el 2026 y la mediática feria de vanidades preelectorales en curso con cerca de 100 precandidaturas. De lo contrario, seguiremos convirtiendo las urnas en más tumbas, como lo auguran todos aquellos candidatos y candidatas que se proclaman salvadores de la Patria en nombre de la “seguridad, el bien común” y hasta la “defensa de la democracia”, coartadas con las que siempre han gobernado impunemente hasta el presente, por eso abjuran del Estado Social de derecho y reclaman más administración y menos política, haciendo de lo público su empresa privada.

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, noviembre 19, 2025

LA NATURALEZA SILENCIA EL PALACIO

 

 

“La naturaleza silencia el escándalo”

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/la-naturaleza-silencio-el-escandalo/

https://elpais.com/america-colombia/2025-11-17/la-naturaleza-silencia-el-escandalo-del-palacio.html

Hernando Llano Ángel.

Así comienza el magnífico documental “¡Colombia Vive!: 25 años de resistencia[i], describiendo la avalancha del volcán nevado del Ruiz que arrasó el 13 de noviembre de 1985 a Armero. Dicha expresión hace alusión a las cenizas del volcán que sepultaron el escándalo del Palacio de Justicia. En el minuto 57:37 del documental aparece el entonces presidente, Belisario Betancur, en Armero, con su rostro amargado, pronunciando las siguientes palabras: “Estamos siendo visitados, una vez y otra vez y otra vez por la tragedia, pero con la ayuda de Dios vamos a salir adelante, vamos a salir adelante”. No deja de ser sorprendente que un hombre de su cultura, cuyo libro de cabecera era “Memorias de Adriano” de Marguerite Yourcenar, haya recurrido a la tragedia para referirse a los hechos del Palacio de Justicia y de Armero. Puesto que, en la tragedia, según las obras teatrales de la antigua Grecia, “sus protagonistas se ven enfrentados de manera misteriosa, invencible e inevitable, a causa de un error fatal o condición de carácter (la llamada hamartia) contra un destino fatal ‘[fatum]', hado o sino de los dioses”[ii]. En otras palabras, sus protagonistas, ya sean víctimas o victimarios, nada pueden hacer contra ese destino fatal. Y es claro que, tanto en el Palacio de Justicia, como en la catástrofe de Armero, sucedió todo lo contrario. Ambas “tragedias” podían haberse evitado e impedir su desenlace como un destino fatal para toda la sociedad colombiana, pero especialmente para sus miles de víctimas fatales inocentes, cuyo número preciso difícilmente conoceremos en ambos casos.

No fueron Tragedias

Ambas “tragedias” fueron públicamente anunciadas y conocidas, pero los responsables de evitarlas no hicieron nada, sino que incluso las propiciaron. En el Palacio de Justicia, como lo reconoció la Comisión de la Verdad del 2005, según nos los recuerda Helena Uran en su valiente y lúcido libro “Deshacer los nudos” en la página 72, ya se tenía conocimiento del asalto al Palacio por parte del M-19. Así aparece en la página 100 del citado informe de dicha Comisión:

El 16 de octubre de 1985, el coronel Peña Herrera, jefe de la DINTE Ejército, envió la circular CK40, en la cual reportó información procedente del Comando General de las Fuerzas Militares relacionada con la posible toma del Palacio de Justicia por parte del M-19. El 17 de octubre de 1985. Dicho documento fue remitido al día siguiente por el coronel Sadovnik Sánchez, comandante (e) de la Brigada XIII del Ejército, a la Policía de Bogotá y DAS”.  

No hay lugar, pues, para decir que hubo un error fatal, como en las tragedias, de parte de la inteligencia del ejército, pues ésta conoció e informó oportunamente sobre dicha acción criminal, pero no se evitó el asalto del M-19. No era, pues, un “destino fatal” dicho asalto, ya que debió ser institucionalmente evitado. De allí que aparezca demasiado extraño que se levantarán las medidas de seguridad y la vigilancia policial que entonces tenía el Palacio. Más bien se podría deducir que la “condición de carácter” del ejército, humillado por el M-19 con acciones como el robo de miles de armas del Cantón Norte y del fallido atentado contra el general Rafael Samudio el 23 de octubre de 2005[iii], facilitó esa toma para ajustar cuentas contra tan desafiante y osado enemigo. De allí la hipótesis de que se trató de una ratonera mortal contra el M-19.

¿De cuál retoma se habla?

Y por la forma como desarrolló la Fuerza Pública su contraofensiva de tierra arrasada en el operativo del Palacio, desconociendo brutalmente los principios básicos del Derecho Internacional Humanitario (DIH): principio de humanidad y distinción entre combatientes y civiles; principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza y de precaución en el caso de los daños causados y las víctimas propiciadas, queda plenamente establecida su responsabilidad en cientos de víctimas mortales y el número indeterminado de desaparecidos, como consecuencia de su brutal accionar militar sin límite alguno, más allá del aniquilamiento del comando del M-19. Por eso no cabe hablar de retoma del Palacio, sino de su arrasadora desaparición e incineración, tampoco del “manteniendo la democracia, maestro”, según la “valiente” expresión del entonces coronel Plaza Vega, cuando la rama ejecutiva con su brazo armado cercenaba brutalmente la rama judicial y propiciaba la muerte de 11 magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado por ese despliegue de fuerza letal excesiva, imprudente, desproporcionada y sin precaución.

¿Cuáles Derechos del Hombre?

Mucho menos, el operativo delirante y terrorista del M-19 al asaltar el Palacio bajo la proclama de “Operación Antonio Nariño por los derechos del Hombre”, puede catalogarse como una acción heroica y genial, pues también desconoció criminalmente los citados principios del DIH. Lo que nos revela esa acción y su letal desenlace, como la imposibilidad de que sus protagonistas, 40 años después, junto a todo el establecimiento político, sean incapaces de asumir sus responsabilidades históricas, es que desde entonces y mucho antes, vivimos bajo la simbiosis de la política con el crimen y la violencia contra civiles inermes, consolidada con impunidad casi total para los protagonistas institucionales y con amnistías e indultos para sus antagonistas insurgentes e ilegales. Lo anterior es incompatible con la democracia, que cínicamente todos sus beneficiarios proclaman y dicen defender, más allá de los uniformes que porten y partidos que representen, haciendo de las elecciones su coartada perfecta. Por eso resulta tan difícil rendir con la verdad un tributo a todas las víctimas inocentes y todavía hoy, entre sus victimarios, predomina en sus conciencias el deber cumplido en defensa de esa tanática “democracia” o la apología al heroísmo de quienes la impugnan, sean ellos de las filas insurgentes, ayer del M-19 y hoy de otras organizaciones armadas, en las que ya es casi imposible separar la política de la ambición y el control de economías ilícitas. De allí que, en lugar de vivir en ese Estado Social y democrático de derecho del artículo primero de nuestra nominal Constitución, nos encontremos en esta especie de neofeudalismo político que fragmenta la Nación y confina a sus pobladores bajo el dominio de organizaciones criminales que se disputan a sangre y fuego el control del territorio y sus valiosos recursos naturales. En semejante paisaje de depredación de la naturaleza y degradación del conflicto armado interno no cabe hablar de “Paz Total” y lo que predomina es algo parecido a un caos total.

Igual aconteció en Armero

Algo similar sucedió con la avalancha y la desaparición de Armero con cerca o más de 25 mil víctimas mortales, pues era una catástrofe anunciada con anterioridad por estudios y advertencias de geólogos, que las autoridades civiles nunca se tomaron en serio. Al respecto, las revelaciones del meteorólogo Max Henríquez fueron tan premonitorias como los anuncios del asalto del M-19 al Palacio de Justicia, pero tampoco fueron escuchadas por las autoridades responsables y así nos los recuerda:

“Un día recibí la visita de dos geólogos de INGEOMINAS. Ellos vinieron a mi oficina y me dijeron: ‘Hombre, Max, necesitamos que nos ayudes, porque resulta que han venido científicos volcanólogos de todas partes del mundo y ellos nos dicen que el volcán está un... Está en etapa preeruptiva’. El entonces ministro de Minas, Iván Duque Escobar, padre del expresidente Iván Duque Márquez, se negó a adquirir los equipos necesarios para monitorear el volcán. “Ese ministro fue uno de los responsables de todo lo que pasó”, sostuvo en su relato[iv].

Luego seguir llamando tragedias a las desapariciones y las víctimas mortales del Palacio de Justicia y de Armero no es solo una ligereza idiomática y una mediocridad de la mayoría de medios de comunicación, que han cubierto sensacionalista y melodramáticamente lo sucedido hace 40 años. Viene siendo una forma de encubrir la identidad de los principales responsables políticos y militares de lo acontecido. Desde la cúpula del poder ejecutivo que no cumplió con su deber principal de proteger la vida, bienes y honra cientos de rehenes, sacrificados por su desidia o el ánimo revanchista de los militares, como por los intereses estratégicos de perpetuarse en el Congreso de la mayoría de sus miembros y el falso espíritu de cuerpo de altos oficiales obsesionados en eliminar el M-19 y arrasar con los expedientes y magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado. Magistrados que los investigaban y eventualmente los condenarían como responsables de graves violaciones a los derechos humanos en cumplimiento del nefasto Estatuto de Seguridad de Turbay, como el general Miguel Vega Uribe, entonces ministro de defensa de Belisario Betancur.

Así las cosas, el Palacio de Justicia fue un antecedente premonitorio y nefasto de posteriores políticas y estrategias que, recubiertas bajo eufemismos como la “seguridad democrática”, terminaron encubriendo el terrorismo de Estado de miles de ejecuciones extrajudiciales[v], o “falsos positivos”, al tenor del punto 33 del Manifiesto Democrático del entonces candidato presidencial Álvaro Uribe Vélez que advertía: “A diferencia de mis años de estudiante, hoy violencia política y terrorismo son idénticos. Cualquier acto de violencia por razones políticas o ideológicas es terrorismo. También es terrorismo la defensa violenta del orden estatal”. Solo teniendo en cuenta ese hilo conductor podremos recobrar una memoria en defensa de la democracia, la vida y seguridad de todos y así evitar que en nuestro próximo futuro millones de colombianos terminen eligiendo a quienes más interesados están en desaparecerla, apelando de nuevo al miedo y la seguridad, utilizando mascotas como un tigre y la consigna patriotera de “Salvar a Colombia”. Parafraseando el mensaje central del informe final de la Comisión para el esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y no Repetición, y modulándolo habría que decir: “Si hay verdades, habrá futuro”, en lugar de “Hay futuro si hay verdad[vi], pues ésta en singular no existe cuando lo que está en disputa es la vida misma y su irreductible pluralidad. Ambas precisan de la memoria y la responsabilidad de todas y todos, empezando por la de los victimarios impunes, sean institucionales o insurgentes, que hasta hoy solo están interesados en negar su ominoso pasado para seguir controlando el presente y gobernando el futuro.