domingo, marzo 26, 2023

EL ABORTO DE LA REFORMA POLÍTICA

 

EL ABORTO DE LA REFORMA POLÍTICA

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/aborto-la-reforma-politica

Hernando Llano Ángel.

Más allá de la aparente imposibilidad de encontrar a los responsables personales de la abortada reforma política presentada por el gobierno en el Congreso y el autogol que se anotó el Pacto Histórico, como lo califica el senador Roy Barreras[1], presidente del Congreso, lo verdaderamente grave es que ello demuestra la falta de voluntad política y la incompetencia de los congresistas para asumir su mayor responsabilidad: el ejercicio de la política en función del interés público y no de la perpetuación en sus curules y su testaferrato al servicio de intereses limitados, corporativos y empresariales. Porque lo que está en juego en toda reforma política con sentido democrático es la pregunta ¿A quién le sirve la política? Y la respuesta, obviamente, debería ser al bien público y la justicia. Así aparece en esa obra de ficción política llamada Constitución en su artículo 133[2]: “Los miembros de los cuerpos colegiados de elección directa representan al pueblo, y deberán actuar consultando la justicia y el bien común”. Pero todos sabemos que la inmensa mayoría de los congresistas actúan en primer lugar consultando su bolsillo y el bien propio. Es una vergüenza, una burla y una violación flagrante de ese artículo que los congresistas en nuestro país ganen mensualmente, $37′880.084  pesos[3], teniendo en cuenta que su último incremento fue de  2′563.973 pesos. Es decir, casi 38 salarios mínimos. En ese caso, antes que representantes de los ciudadanos, muchos de ellos son parásitos que viven del trabajo de los ciudadanos. De entrada, entonces, actúan burlando la justicia y el bien común, pues sus ingresos son pagados con nuestros impuestos. Como meridianamente lo demuestra el análisis de Jorge Galindo en el diario El País de España “los congresistas colombianos son los mejor pagados de las democracias latinoamericanas, y los que más ganan con respecto a sus conciudadanos”[4]. El sueldo de nuestros congresistas no tiene presentación y menos justificación, pues no se puede recurrir al argumento de que los representantes electos reciban remuneraciones altas para “atraer el mérito y el talento”, pues todos sabemos que lo que predomina en el Congreso es la mediocridad y la incompetencia, salvo contadas excepciones. De allí la inmensa dificultad de realizar una reforma política que consulte “la justicia y el bien común”. Para ser coherentes con este principio, del cual depende la legitimidad democrática de los representantes, lo primero que deberían hacer los congresistas es eliminar de raíz semejante remuneración que los convierte objetivamente en unos plutócratas. Unos plutócratas indolentes, pues trabajan muy poco y ganan en forma exorbitante. Lo resalta Alfredo Molano Jimeno[5]: “Y más alarmante es la cifra cuando se hacen cuentas de los días que van a trabajar este semestre. Según lo ha podido establecer El Espectador, en esta legislatura –la más corta del año-, los parlamentarios tendrán 12 semanas laborales y recibirán, cada uno, un total de $103. 209. 420. Palabras más palabras menos, estamos hablando de que cada legislador gana $3.686.050 por cada sesión a la que asiste, ya que los números muestran que en este periodo tendrán, por bien que nos vaya a los colombianos, 28 sesiones”. Lo más inadmisible es que semejantes privilegios no terminan allí, sino que se extienden al régimen especial que tienen para pensionarse.  “Según datos de la dirección del Fondo de Previsión Social del Congreso entre los exfuncionarios del legislativo hay 626 pensiones que superan los 25 salarios mínimos, que le cuestan al Estado más de $12.200 millones al mes. Hoy, hay 37 congresistas que esperan pensionarse con salarios superiores a los $25 salarios mínimos mensuales legales vigente”. Por todo lo anterior, más allá de las iniciativas polémicas que contenía la reforma abortada, como la lista cerrada y la financiación estatal de las campañas electorales, que en efecto pueden contribuir a depurar a la política del clientelismo y la corrupción, el gobierno del Pacto Histórico tiene la oportunidad de proponer una reforma que cambie de tajo esa práctica política plutocrática, que es la negación misma de la democracia. Lo podría hacer desmontando ese régimen privilegiado de remuneración y de pensiones[6] infamante, pero ello es casi imposible pues los congresistas no apoyarían el resto de sus reformas con contenido social. Definitivamente, para los políticos profesionales el Estado es su empresa privada y con esa actitud no solo impiden la existencia del Estado Social de derecho y la “prevalencia del interés general” sobre sus personales y partidistas intereses, sino que además revelan su vergonzosa existencia de parásitos institucionales, salvo algunas excepciones. Parásitos que viven a expensas de la ignorancia, la necesidad o la ingenuidad de miles de sus electores, sin descontar aquellos congresistas que son testaferros de sus generosos financiadores legales e ilegales y se proclaman defensores a ultranza de la que consideran la “democracia más antigua y estable de Latinoamérica”. Sin duda, antigua en desangrar a su pueblo y estable en enriquecer a las minorías que representan en perjuicio del interés y el bienestar general.

lunes, marzo 20, 2023

PETRO Y EL PACTO HISTÓRICO: "TODO EN TODAS PARTES AL MISMO TIEMPO"

 

PETRO Y EL PACTO HISTÓRICO: “TODO EN TODAS PARTES AL MISMO TIEMPO”

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Hernando Llano Ángel.

“Todo en Todas partes al mismo Tiempo”[1], es la aclamada cinta que ganó en Hollywood 7 estatuillas: mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor actor y actriz de reparto, mejor guión original y mejor montaje, en la más reciente edición de los Premios Oscar. Pero también nos puede servir como alegoría de nuestra realidad, de las numerosas reformas del actual gobierno y sus pretensiones históricas, que abarcan todo en todas partes al mismo tiempo. Igual que en la película, sin comas ni pausas, con el mismo vértigo de los multiversos a los que se enfrenta su protagonista, Evelyn.

El multiverso de la guerra

 En nuestra realidad cotidiana nos pasa algo parecido, todos los colombianos decimos anhelar la paz, pero en nombre de ella se aniquila casi todo en todas partes al mismo tiempo. Seguramente porque en nuestra realidad el multiverso de la paz es la guerra. Según los entendidos, un multiverso es “la existencia de múltiples universos con sus propias reglas físicas y propiedades particulares”. Casi una explicación perfecta de lo que nos sucede. Tenemos el multiverso de la guerra del Clan del Golfo, cuyo escenario hoy es el bajo cauca antioqueño. Pero además existen otros multiversos en donde combaten las disidencias de las Farc, la Nueva Marquetalia y, claro, la Fuerza Pública contra todos ellos, sin importar mucho la vida y el territorio de quienes lo habitan. El actual gobierno pretende desarticular todos esos multiversos con el multiverso mayor de la Paz Total. Paradójicamente, todos los anteriores protagonistas pregonan en sus respectivos multiversos que también quieren la paz, pero hacen la guerra. Y en medio de esas guerras chiquitas, que fragmentan la unidad nacional y confinan a miles de sus habitantes, la paz total desaparece.  Quizá por ello hasta la Comisión para el esclarecimiento de la Verdad en su convocatoria a la PAZ GRANDE[2] afirma, en la página 45, que la guerra hace parte de nuestra democracia: “Una democracia en construcción en medio del conflicto por el poder del Estado... Dentro de ese relato cabe destacar dos aspectos que nunca cesan: las armas en la política y la idea del enemigo interno”. Algo realmente tan inverosímil y contradictorio como la agresión de Evelyn, la protagonista de la película, en su multiverso contra la funcionaria de impuestos para evadir su cumplimiento y la batalla marcial que gana su marido contra los agentes del orden, formando ambos una pareja de ascendencia china. Hasta Hollywood, pasando por TikTok, llega la paranoia de los norteamericanos contra los chinos, en su temor por perder el control del multiverso tecnológico y por consiguiente del planeta.

Nuestro multiverso “democrático”

En cuanto a nosotros, más nos convendría reconocer que ninguna democracia puede existir, salvo en el multiverso discursivo de los académicos y los políticos, cuando sus actores protagónicos y sus ciudadanos consideran que pueden valerse de las armas para gobernar o vencer a quienes consideran sus enemigos. Porque en esos casos los ciudadanos no pueden elegir frente a las urnas, pues sus candidatos y propuestas terminan sepultados en tumbas: Jorge Eliecer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro y Álvaro Gómez, junto a más de seis mil miembros y simpatizantes de la Unión Patriótica[3]. Igual nos sucede hoy, en muchos lugares de nuestros territorios y ciudades, donde son asesinados en forma rutinaria líderes sociales y reincorporados de las Farc. Desde la firma del Acuerdo de Paz en 216 y 2022 fueron asesinados 1.113 líderes sociales[4] y hasta la fecha van 355[5] reincorporados del partido Comunes. Y, en la “Colombia potencia mundial de la vida”, ya van 20 líderes sociales y 2 reincorporados[6] asesinados. Pronto olvidaremos que cerca de seis mil jóvenes fueron sepultados como falsos positivos en nombre de la “seguridad democrática” y la Directiva 029[7] de 2005 del ministerio de defensa. Ignoramos ese multiverso de víctimas irredentas y de victimarios indolentes. Incluso muchos lo niegan, empezando por sus principales responsables, pues viven inmersos en su propio multiverso político y esos seis mil jóvenes no hacían parte de él. No eran sus hijos, no estudiaban en universidades prestigiosas y acreditadas, muchos de ellos ni siquiera trabajaban, por eso fueron fácilmente engañados con promesas de empleo y sepultados en fosas comunes. Eran “nadies”[8] que ni siquiera tuvieron derecho a una tumba. Si no fuera por la JEP[9], ya serían parte de los más de 100.000 desaparecidos[10] que, por arte de esta “democracia”, se esfumaron de nuestra realidad y todavía no sabemos el multiverso en que se encuentran. Para empezar a poner fin a esta película nacional en donde se traslapan terroríficos multiversos políticos y criminales, es necesario que intentemos reconocernos en el pluriverso de una democracia real, viva y deliberante, que comienza por gestos tan básicos como poder hablar sin insultar al contrario y condenarlo al ostracismo del odio, antesala de su negación y muerte. Solo así podremos avanzar por la difícil senda de las reformas sociales, económicas y políticas que nos conduzcan al pluriverso de la paz democrática, sin víctimas propiciatorias en nombre del “Estado de derecho” o la “Justicia social” y victimarios impunes cobijados por la indolencia de sus electores. Una democracia viva donde todos participemos de iguales oportunidades y derechos para reconocernos como ciudadanos y no como potenciales enemigos, que viven y mueren defendiendo sus limitados multiversos.



sábado, marzo 18, 2023

La política colombiana, su penunmbrosa i$legalidad y violenta criminalidad.

 

LA POLITICA COLOMBIANA, SU PENUMBROSA I$LEGALIDAD Y VIOLENTA CRIMINALIDAD

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Hernando Llano Ángel

Todo parece indicar que la política en Colombia siempre ha estado signada por una penumbrosa ilegalidad que, en aquellos momentos críticos que auguran transiciones y aperturas democráticas, se expresa criminal y violentamente. En algunas ocasiones, precipitándolas, como aconteció en la coyuntura constituyente, entre 1989 y 1991, alumbrada y catalizada por tres magnicidios en línea: Luis Carlos Galán[1], 18 de agosto de 1989; Bernardo Jaramillo Ossa,[2] 22 de marzo de 1990 y Carlos Pizarro Leongómez[3], 26 de abril del mismo año. Entonces se desató un proceso constituyente que engendró una Constitución con un doloroso y vergonzoso estigma, el artículo 35, que prohibía la extradición de colombianos por nacimiento. Sin duda, la violencia terrorista de Pablo Escobar y los llamados extraditables, doblegó a un Estado débil y carcomido en sus entrañas por la corrupción, quedando la voluntad de la mayoría de los delegatorios en la Asamblea Nacional Constituyente sometida al chantaje terrorista. Entonces, César Gaviria Trujillo como presidente de la república promovió la llamada política de “sometimiento a la justicia”[4], que a la postre terminó siendo lo contrario. Sobre todo, después de haber creado las cooperativas de seguridad llamadas “Convivir”[5], la metamorfosis teratológica de los PEPES, rápidamente convertidos en AUC y paramilitares, hasta llegar hoy a sus descendientes más longevos, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Es decir, hay un hilo ininterrumpido de criminalidad política hasta nuestros días, que hoy busca romper y someter el gobierno del Pacto Histórico con su estrategia de Paz Total. Tras los tres magnicidios, todos los sabemos, estuvo públicamente la violencia codiciosa e inescrupulosa del narcotráfico, amalgamada con el poder corrupto de cierta elite política tradicional, hoy camuflada bajo numerosas siglas de facciones que recorren todo el espectro político partidista y el de organizaciones armadas ilegales, que se disputan a muerte vastas áreas del territorio nacional por el control de economías ilícitas. A ello hay que sumar la criminal impunidad de miembros de la Fuerza Pública y agencias de inteligencia del Estado, como el DAS, F-2 de la Policía y B-2 del Ejército, que entonces no fueron oportunamente investigados. Todo ello, lo sabemos ahora, terminó con la condena de dos figuras descollantes de la política y la investigación judicial, Alberto Santofimio Botero y Miguel Maza Márquez, entonces director del DAS. Pero muchos otros responsables de semejante hecatombe se han resguardado en la sombra de la impunidad. Por eso vale la pena volver a leer apartes de la carta que escribió desde la cárcel José Ever Rueda Silva, conocido como el hombre de la pancarta[6], previendo su asesinato: "Si llegado el caso me asesinan, ya que soy la última persona que me encuentro detenida, porque a casi todos mis compañeros los han asesinado por estar comprometidos en el caso del doctor Galán, dejo este escrito para que mi mamá, Lilia Silva, lo entregue a la justicia en el caso de que no alcance a confesar ahora en julio que empieza a funcionar la Fiscalía". Y allí reveló cuestiones tan escalofriantes como inverosímiles, pues con un par de hermanos medios comenzó en la guerrilla, pero luego fueron reclutados por las autodefensas de Henry Pérez y Gonzalo Rodríguez Gacha, el mexicano, y “poco a poco nos fueron dando trabajo para hacer vueltas hasta que nos ganamos la confianza de los patrones. Nos llevaron a hacer el curso en la escuela de entrenamiento 'la Cuarenta'. Duramos tres meses. Después nos enviaron a Bogotá a hacerles la guerra a los de la UP (Unión Patriótica) ... Nuestro enlace principal, ordenado por 'El Mexicano' y Henry Pérez, era el teniente Flórez, quien dirigía la red de inteligencia del B-2 de la Decimotercera Brigada, así que operábamos con carné de esa brigada. Por eso tuvimos éxito en la muerte del doctor Galán, del doctor Teófilo Forero y Antequera, la bomba de 'El Espectador' y la muerte del hijo de Víctor Carranza". También reveló los vasos comunicantes del narcotráfico y las autodefensas con destacados líderes políticos: “Conocimos además a Justo Pastor Perafán, a la Reina de la coca, a Ángel Gaitán Mahecha, a Santofimio Botero, a Hernando Durán Dussán y a Humberto Madero”.  Y ya en la ejecución del magnicidio de Galán: "Todo consistía en que Jaime se infiltrara junto a la tarima con su carné del B-2 y con la ayuda de los dos escoltas torcidos del doctor Galán. Todos debíamos usar un sombreo blanco. Mi misión era meterme junto a ellos y tenía que tener una pancarta para disimular y al mismo tiempo con una pistola haría tiros después de que Jaime le disparara al doctor Galán. Esto con el ánimo de crear pánico y que la gente corriera para así poder escapar. Los Chávez, Enrique y Orlando se instalarían en la entrada de Soacha para hacer hostigamiento, el sargento Herrera, que trabajaba con Flórez en la Brigada, nos recogía a los Chávez, a Piña y a mí, para no tener problema, aunque todos portábamos carné del B-2. El combo de Poca Pena también se instalaría a la entrada de Soacha, con eso, si no se lograba matar al doctor, ellos le dispararían un 'rocket' al carro en que sacarían al doctor Galán. Y los otros muchachos se instalaron dentro de una volqueta para entrar a rematar, todos con armas largas. Mi hermano nos decía: tómense un aguardiente, pero no se emborrachen que ya casi llega el paciente. Eran como las 6 y media de la tarde. Así lo matamos". Y, paradójicamente, con ello lograron posteriormente los extraditables su máxima aspiración política y criminal, la prohibición de la extradición por vía constitucional. Ahora parece que estamos frente a un pulso parecido entre el Gobierno y las Autodefensas Gaitanistas y los llamados “Grupos armados organizados con alto impacto criminal”, objeto de sometimiento a la justicia y no de negociación política, según la ley 2272[7] o de Paz Total. Así se desprende de la carta de Salvatore Mancuso[8] al presidente Petro, en la que insiste en equiparar las Autodefensas Gaitanistas con el ELN, pues considera que es un imposible definir “con precisión y equilibrio su carácter político con el nivel de degradación de los conflictos armados”, así como temerario hacerlo “por un criterio exclusivamente ideológico”, válido para el ELN y las disidencias de las FARC. Añade, además, que ambos grupos “tienen control territorial real y suplantan al Estado en muchos lugares del país y son un actor político en esas regiones”, como lo vemos hoy con el paro minero en el bajo Cauca antioqueño[9]. Y advierte que no se pueden repetir errores como los cometidos por el presidente Álvaro Uribe con las AUC que fueron desmovilizadas “para luego dejarlas a merced de la inseguridad jurídica y física”. Por último, fustiga el intento del gobierno de rehabilitar políticamente a Iván Márquez y a la “Nueva Marquetalia” porque su carácter político “se diluyó cuando entró de lleno en el negocio del narcotráfico”. En fin, todo lo anterior, corrobora la simbiosis entre política, criminalidad e ilegalidad, que hoy tiene su correlato en el mundo de la competencia electoral y la vida familiar con protagonistas de la política institucional y personajes como Nicolás Petro[10] y Aida Merlano[11], así como ayer lo fue con el proceso 8.000 y la parapolítica. Razón tenía García Márquez cuando en su Proclama por un País al alcance de los niños escribió: “Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan”, por eso vivimos en una encrucijada de destinos que ha forjado una patria densa e indescifrable donde lo inverosímil es la única medida de la realidad”. La encrucijada de la política atrapada en un penumbroso laberinto de i$legalidad y violenta criminalidad, que este gobierno pretende liberar con la Paz Total.



lunes, marzo 06, 2023

PETRO ¿UN APRENDIZ DE BRUJO DE LA DEMOCRACIA?

 

PETRO ¿UN APRENDIZ DE BRUJO DE LA DEMOCRACIA?

Hernando Llano Ángel

Apelo a la leyenda del aprendiz de brujo[1], no en el sentido del poema de Goethe (en alemán, "Der Zauberlehrling"[2]) escrito en 1797, sino por su analogía con nuestra realidad política, pues todo parece indicar que Petro ha convocado la ayuda de aliados que no puede controlar”. Circunstancia que se puso de presente con su reajuste ministerial, especialmente con la salida del ministro de educación, Alejandro Gaviria, por su disenso frente a la reforma a la salud en trámite en el Congreso. En su discurso de ajuste ministerial, el presidente Petro explicó así su sentido y alcance: “Las reformas necesitan debate en la sociedad, consenso en el Gobierno, y después de aprobadas por el Congreso y por la sociedad misma necesitan mucha determinación para aplicarlas”[3]. Sin duda, el consenso, como acuerdo unánime entre todos los ministros, es un presupuesto imprescindible para el éxito de cualquier gobierno, pero todo parece indicar que es algo muy difícil, casi imposible de alcanzar, en el caso particular de Petro y el Pacto Histórico. Así sucedió en su gestión como alcalde de Bogotá, incluso con su antiguo comandante y compañero en el M-19, Antonio Navarro Wolf, quien como Secretario de Gobierno estuvo solo tres meses en el cargo. Más allá de las interpretaciones de orden psicológico, que corren el riesgo de reducir la complejidad de la política a un asunto de incompatibilidades de caracteres y humores personales, la cuestión puede ser más grave y tiene relación con visiones programáticas, ideológicas y de orden táctico referidas al contenido, el cómo y la velocidad para implementar el cúmulo de reformas que promueve el Pacto Histórico. Un cúmulo de tal envergadura y calado, cerca de 9 reformas[4], que parecen augurar más que una simple transición de régimen, una reinvención de la democracia en clave popular, ecológica y telúrica, imposible de lograr en escasos 4 años de gobierno. En clave popular y constitucional, porque su obsesión es avanzar rápidamente hacia una democracia para las mayorías, hasta ahora excluidas de sus derechos fundamentales consagrados en la Constitución: Propiedad (artículos 60 y 64[5]); Trabajo (artículo 53[6]); Salud (artículo 49[7]); Seguridad Social (artículo 48[8]) Educación (artículo 67[9]) y vivienda (artículo 51[10]), los cuales reconoce y promete solemnemente nuestra Constitución y su fantasmagórico Estado Social de derecho desde el artículo 1. Todos ellos son artículos nominales y programáticos, pues no se cumplen en la realidad social y económica de todos los días, esencial para la convivencia democrática y la verdadera existencia del Estado Social de derecho, más allá del fetichismo constitucional.  En clave ecológica, porque también la Carta del 91 estableció en su artículo 58[11] que “la propiedad es una función social que implica obligaciones y como tal le es inherente una función ecológica”, que reclamaron con violencia airada, criminal e inadmisible los campesinos en los Pozos, en San Vicente del Caguán[12], por el incumplimiento de Emerald Energy y la incapacidad del gobierno de mediar en forma oportuna y efectiva en dicho conflicto. Y, por último, telúrica, porque es deber de todos los colombianos “proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un medio ambiente sano, según lo dicta el numeral 7 del olvidado y continuamente violado artículo 95[13], referido a nuestros deberes y obligaciones como colombianos. El mismo presidente Petro es consciente de ello y lo expresa claramente en su discurso: “Este Gobierno del Cambio no va a renunciar a reformar para mejorar la salud, las pensiones y las condiciones laborales justas para todos los colombianos y colombianas. El objetivo es simple, los cómos y los medios complejos: buscamos simplemente que cualquier enfermo sea atendido y que se prevenga la enfermedad; que cualquier persona de edad tenga un bono pensional, que cualquier trabajadora tenga estabilidad laboral”. Pero es precisamente en los cómos y los medios complejos donde el presidente Petro se parece más al aprendiz de brujo que al estadista democrático. En parte, ello sucede porque Petro confía casi a ciegas, como un brujo, en que basta invocar al Estado y reformar sus funciones para solucionar problemas y servicios tan complejos como la prestación de salud a la población. Sin embargo, Petro sabe, como político curtido en la oposición, que el Estado en Colombia y el sector público es “la empresa privada de los políticos profesionales”, que la mayoría de ellos depredan en beneficio propio, de sus clientelas y partidos. Por eso no es coincidencia que políticos profesionales como Cesar Gaviria, Álvaro Uribe, Dilian Francisca Toro, Roy Barreras, sus clientelas y respectivas “empresas electorales”, que ellos llaman partidos, ahora defiendan con tanto ahínco a las EPS. Pero también es cierto que tan complejo asunto no se resuelve proclamando, como parece creerlo el Pacto Histórico, que la salud es un derecho. Todos sabemos que, en el mundo del mercado, en el cual inevitablemente vivimos, la salud es también una mercancía, si acaso un servicio, pero no tanto un derecho humano. Un servicio muy costoso que mercaderes como Carlos Palacino[14] y sus émulos están al acecho para aumentar sus ganancias, contando con la complicidad de funcionarios corruptos, la explotación de los profesionales de la salud y los padecimientos de sus clientes, que en innumerables casos no son reconocidos como personas enfermas con derechos y dignidad. Son simplemente clientes y contribuyentes. Para completar, los opositores a la reforma cínicamente proclaman que las EPS son imprescindibles, que prestan un buen servicio y son insustituibles, casi intocables. Pero todos sabemos que no es así. Las quejas y los justos reclamos ascendieron a 1.128.122 en 2022, en promedio cada día la SuperSalud recibió 3.000 quejas por el mal servicio de salud. “En los últimos cuatro años la SuperSalud ha atendido más de 7 millones de PQRD, un crecimiento significativo con relación al anterior cuatrienio, que fue de 3.1 millones, según el reporte de la entidad”[15]. Precisamente por la dificultad del presidente Petro para conjurar todas estas fuerzas es que corre el riesgo de convertirse en un aprendiz de brujo de la democracia. Un aprendiz que desata fuerzas incontrolables con su vértigo reformista y su ligereza de tribuno popular, que imita la gesta de Gaitán con frases rimbombantes como: “Aquí llegó el momento de levantarse: el Presidente de la República invita a su pueblo a levantarse, a no arrodillarse, a convertirse en multitud…que puede tener en sus manos el poder… Si fallamos ¡pasen por encima de nosotros!”. Lo anterior, termina catalizando fuerzas populares desesperadas y el oportunismo de organizaciones criminales que generan violencia, bloqueos de carreteras, vandalismo y asesinatos, para alcanzar sus objetivos, defender privilegios, rentas ilegales y pescar ventajas en el rio revuelto de la Paz Total. ¡Qué paradoja!, pasamos de la “Paz con Legalidad” de Duque, que en la realidad fue paz con letalidad, pues durante su cuatrienio asesinaron 957 líderes sociales y 261 firmantes del Acuerdo de Paz, según INDEPAZ[16], a la “Paz Total” de Petro, que ya registra este año 23 líderes sociales asesinados y 2 firmantes del Acuerdo, sumado a bloqueos cotidianos de carreteras desde el inicio de su gobierno, pues según comunicado de Fedetranscarga: “No hemos tenido desde la posesión, un solo día en el que no se bloquee alguna vía por quienes dicen ostentar el derecho a la protesta social”[17]. Sin dejar de mencionar la crítica situación de orden público en el norte del departamento del Cauca, denunciada tanto por los Ingenios, habitantes de Padilla[18] y el coordinador nacional de la Guardia Indígena, Luis Acosta[19], quien alertó sobre el reclutamiento de al menos 150 niños por parte de las guerrillas del ELN y las disidencias de las FARC y exige el fin del mismo para el comienzo de la Paz Total. Semejante panorama, demanda del presidente Petro y su ministro de defensa una política y una estrategia efectiva de seguridad humana, para no ser aprendices de brujo, evitar que la paz total se diluya y naufrague en un caos sangriento de letalidad e ingobernabilidad.

 



[4] Salud, Laboral, Política, Pensional, Judicial, Carcelaria, Educativa, Energética, Agraria y la holística Paz Total. Un decálogo de reformas históricas imposibles de realizar en 4 años.