lunes, noviembre 22, 2010
domingo, octubre 31, 2010
lunes, septiembre 27, 2010
De la violencia estructural a la directa
La violenta demagogia electoral
lunes, septiembre 13, 2010
(Septiembre 12 de 2010)
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DIATRIBA DE UN CÍNICO RABIOSO CONTRA UN ASCETA DE LA PAZ
“La Javeriana está en el corazón de la clase dirigente de Colombia, que es desde hace décadas una mezcla de escenarios de intereses, compromiso y ambigüedades, donde hay muchos cínicos, y en la mayoría de los escenario los cínicos controlan. Por eso el 65 por ciento de los campesinos colombianos siguen en la pobreza. Por eso hay en el país 7 millones de miserables con hambre. Por eso hay cuatro millones de hectáreas en manos de la mafia. Por eso se roban cada año cerca de 4 billones de pesos en corrupción. Por eso la comunidad internacional se pregunta por qué otros países solucionaron en una o dos décadas la desigualdad social, la guerra de guerrillas, los secuestros, la grandes bandas criminales, el desfalco del tesoro público, las sillas de senadores criminales y la dominación de la droga…y en Colombia se prolongan por más de medio siglo el espectáculo inhumano de una crisis irresuelta, mientras dirigentes brillantes, entre cócteles, congresos y publicaciones, disfrutan una vida de seguridad que se derrocha en satisfacciones sobre la misma crisis. Por eso muchos se preguntan si la prolongación de la crisis colombiana no es causada por los mismos cínicos que quieren prolongarla porque se benefician de ella”.
Como bien lo define el Diccionario de la Real Academia Española, el cínico se caracteriza por su “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”. Difícilmente se puede encontrar una mejor descripción de lo que es y representa Fernando Londoño en la vida política nacional. Basta recordar que fue sancionado por la Procuraduría con destitución e inhabilidad de 15 años para el desempeño de cargos públicos “por realizar gestiones a favor del consorcio italiano Recchi, del que fue apoderado judicial, haciendo uso de sus poderes como Ministro del Interior y de Justicia. La Procuraduría consideró que el ex ministro incurrió en conflicto de intereses y usó abusivamente su autoridad como segundo hombre más importante de la República después del Presidente. Tiempo después se presentó un conflicto en el contrato y el señor ex ministro sugirió la conformación de un Tribunal de Arbitramento del cual no hizo parte y que en el 2001 falló en contra del Estado colombiano por algo más de $13.958 millones de pesos, decisión que fue confirmada por el Consejo de Estado. Por su gestión el ex ministro recibió poco más de 74 millones de pesos como honorarios”. (http://www.procuraduria.gov.co/html/noticias_2004/noticias_381.htm.)
Londoño, encarna, pues, la quintaesencia de la utilización de ley y los procedimientos como una coartada perfecta para burlar la justicia y hacer prevalecer el interés particular sobre el general, la excepción sobre la norma. Apela a la moral y la ética como una estratagema para afirmar la dominación de los elegidos sobre los demás mortales, esos vulgares plebeyos que ahora reclaman sus derechos. Afianza así la rancia tradición conservadora de estirpe laureanista, imbuida de un narcisismo maniqueo y racista que divide a Colombia desde la noche de los Tiempos entre gente con “clase y distinción”, los autodenominados “ciudadanos de bien”, “blancos y católicos”, predestinados para gobernar, constantemente amenazados por una “chusma insolente y alzada”, que les falta al respeto cuando ella osa afirmar su autonomía y dignidad mediante el ejercicio de sus derechos. Por eso Londoño ha sido un enemigo acérrimo de la acción de tutela y de los principios fundamentales de la Constitución del 91, salvo en aquellas ocasiones que las invoca para defender su insaciable codicia de rábula, como astutamente lo ha hecho para oponerse a la devolución de las acciones de invercolsa al patrimonio de todos los colombianos. Así nos ha dado una muestra pública de “la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”, en la cual quizá sólo es superado por su maestro, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, quien en nombre de la “seguridad” profundizó y refundió (que jamás refundo) nuestra “Patria” en un campo de trincheras, “falsos positivos”, parapolítica y fosas comunes. Ambos, aupados por el miedo y el terror engendrados por la violencia revanchista y criminal de las Farc, degradaron la política a una escuela de odio y desconfianza, estigmatizando como aliado del terrorismo a todo opositor. La solidaridad ciudadana la prostituyeron en el mercado de las recompensas y en una difusa red de cooperantes, a la postre cooptada por criminales. Incluso llegaron a señalar a magistrados de la Corte Suprema de Justicia como auxiliadores del terrorismo y, como cada día se nos revela en forma más escandalosa, convirtieron al DAS en una agencia con licencia para delinquir.
Por todo lo anterior, era apenas obvio que Londoño se sintiera aludido por la homilía del padre de Roux, para su desgracia hoy Provincial de los jesuitas, como reconocimiento de su compromiso indeclinable de toda una vida con esa “chusma insolente y alzada”, desde sus tiempos remotos como director del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP) y los más recientes como coordinador del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Quizá por ello en su rabiosa diatriba contra el padre de Roux, Londoño le reprocha que no revele los nombres de los cínicos: “El padre se guarda sus nombres, como el de los beneficiarios jactanciosos de la miseria de tantos, y el de los escenarios que controlan. Lo que es una lástima. Un educador, así eduque para el odio, debe ser claro, como él mismo lo pregona”. Ante semejante cargo, en tono de propia inculpación, no hay mejor respuesta que la bíblica: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7,20). Y sin duda, los frutos del padre de Roux son los de un asceta por la paz, reconocido por ello con el Premio Nacional de Paz de 2001, además de recibir la condecoración de “Caballero de honor de de la Legión Francesa”, otorgada por Francois Miterrand, que lo convierte en miembro de la Legión Francesa. Honores que, desde luego, el padre De Roux oculta como buen asceta.
viernes, agosto 06, 2010
(Agosto 6 de 2010)
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Álvaro Uribe Vélez: Un Presidente paradójico
1- Avanzamos del conflicto armado interno a uno de carácter regional.
La primera paradoja y la más insólita, es que en su obsesión por negar la existencia del conflicto armado interno, terminó ampliándolo y profundizándolo hasta transformarlo en un conflicto de carácter regional, que hoy afecta no sólo la región andina sino que compromete a todo el continente americano. Con el agravante de haberlo internacionalizado en un horizonte de guerra y no de paz, como consecuencia de su cruzada contra el terrorismo, que desconoció el mismo Derecho Internacional y la soberanía territorial del Ecuador. Cruzada que a su vez catalizó la más grave y profunda crisis humanitaria de orden político y social en el continente, para transitar así de la promesa de la paz a la pesadilla de la hecatombe humanitaria.
2- Pasamos de la paz a la hecatombe humanitaria.
En efecto, en el punto 2 de su célebre Manifiesto Democrático consignó: “Sueño con una Colombia en la que todos podamos vivir en paz, resolver nuestras diferencias pacífica y creativamente, gozar en familia de nuestras carreteras, paisajes y ríos”. Es una lástima que dicho sueño se haya convertido en una pesadilla para cerca de tres millones y medios de desplazados, que no han podido regresar a disfrutar sus “paisajes y ríos”. También que tengamos el mayor número de víctimas de minas antipersonal en el mundo; la más incierta cifra de desapariciones forzadas; el más alto índice de sindicalistas asesinados y “un patrón sistemático de ejecuciones extrajudiciales” o “falsos positivos”, según Philip Alston, Relator de las Naciones Unidas, que implica a un alto número de miembros de la Fuerza Pública. Todo ello, bajo la impronta de la “seguridad democrática” y la Directiva 029 del Ministerio de Defensa, a la cual dieron exitoso cumplimiento los entonces ministros Camilo Ospina y Juan Manuel Santos, desde mañana Presidente en ejercicio.
3- Del Estado Comunitario al Plutocrático y Cacocrático.
En el punto 4 del Manifiesto expresa otro sueño, que lamentablemente cumplió al revés: “Sueño con un Estado al servicio del pueblo y no para provecho de la corrupción y la politiquería. Hoy el Estado es permisivo con la corrupción, gigante en politiquería y avaro con lo social”. La primera parte la cumplió con creces, otorgando a personas de escasos recursos, como Luis Carlos Sarmiento Angulo, incentivos de Agro Ingreso Seguro por apenas12 mil millones de pesos. Igual generosidad tuvo con otras 46 personas que hicieron aportes a su campaña presidencial por 600 millones y coincidencialmente recibieron de su ministro de agricultura Andrés Felipe Arias (Uribito) 45 mil millones de pesos para mejorar la competitividad de sus modestas agro-empresas. En cuanto al “Estado permisivo con la corrupción y gigante en politiquería”, sobresalen los estímulos a congresistas como Yidis Medina y Teodolindo Avendaño, gracias a los cuales se reformó un “articulito” de la Constitución que le facilitó continuar en la Casa de Nariño por otros 4 años, para no mencionar la degradación de la carrera diplomática, convertida en refugio de “buenos muchachos” como Salvador Arana y Jorge Noguera, habilidosos cacos del entramado criminal de los paramilitares. Hoy el primero está condenado por la Corte Suprema de Justicia a 40 años de prisión por el asesinato del exalcalde de “El Roble”, Edualdo Díaz y el segundo está ad portas de serlo por el asesinato del profesor de sociología Alfredo Correa de Andreis, en Barranquilla.
4- De la buena administración pública al delito de “lesa comunidad”.
Continuando con el punto 17 del famoso Manifiesto, tenemos otra profecía autocumplida: “Necesitamos crear la cultura de buena administración de lo público. Las empresas estatales son las empresas privadas más importantes porque pertenecen a toda la comunidad. Es un delito de lesa comunidad hacer fiesta con lo estatal. Para salvar al Seguro Social, al Sena, al Bienestar Familiar, al Sisben y la educación pública, cero politiquería. Cuando los politiqueros se sienten amenazados salen con el cuento de que las van a privatizar.” En efecto, el Seguro Social fue liquidado y transformado en la fantasmagórica “NUEVA” EPS, que según el reciente informe de la Defensoría Nacional del Pueblo se encuentra en el último lugar en la percepción de los usuarios sobre la calidad de sus servicios, con 58.43 puntos sobre 100, “siendo la única que no pasó el mínimo aceptable”. A los delitos de lesa humanidad ya señalados, habrá que añadir el de “lesa comunidad” del Manifiesto, inventado por la inteligencia superior de Uribe cuando era candidato en el 2002 y perpetrado por la NUEVA EPS en su postrera administración presidencial. En cuanto a la “cultura de la buena administración de lo público”, según la Auditoría General de la República, en Colombia por causa del fraude y la corrupción se pierden 4.2 Billones de pesos al año, que equivalen a dos veces el presupuesto de Coldeportes, el Sena y 1.8 el de Bienestar Familiar. En la clasificación de Transparencia Internacional y su índice sobre percepción de la corrupción, siendo 0.00 la peor calificación y 10 la mejor, Colombia se raja con 3.7 en el 2009. Y según la percepción ciudadana, se pasó del 72.6% en el 2008 al 77.3% el año pasado sobre el aumento de corrupción en la administración pública.
5- Del Congreso Visible a la Picota.
En el punto 19 del Manifiesto se lee: “Necesitamos un Congreso Visible. Que la gente conozca por nombre propio a los congresistas. Que sepa a qué hora entran y a qué hora salen, qué proyectos presentan, qué debates impulsan”. En efecto, gracias a la tenacidad del poder judicial y a los testimonios de los comandantes paramilitares, antes de que fueran extraditados para contener y aplacar un poco el escándalo de la parapolítica, hoy se encuentran 91 congresistas procesados de los elegidos en el 2006, y el 79% de ellos son miembros de partidos que pertenecen o pertenecieron a la coalición uribista. Al respecto, no hay que olvidar el consejo del propio presidente Uribe: “voten, mientras puedan hacerlo”, pues muchos de sus copartidarios pasaron rápidamente del régimen parlamentario al carcelario. Sin duda, Uribe quedará registrado en la historia política nacional como el artífice impune de la más perversa mutación que pueda experimentar una sociedad, la simbiosis del crimen con la política, bajo la forma de coaliciones insospechadas entre paramilitares y destacados políticos regionales y nacionales. En la actualidad hay 101 figuras regionales procesadas, entre ex gobernadores, ex alcaldes, diputados y concejales.
Semejante proeza fue posible gracias a su manipulación maniquea del miedo ciudadano infundido por el terror de las FARC, que le permitió en dos ocasiones ser Presidente sin tener partido y con el respaldo de millones de firmas de ciudadanos, al mismo tiempo que canalizaba todos los votos aportados por una vasta red mutante de políticos y criminales, camuflados bajo las más curiosas siglas y letras del alfabeto, desde la “U” hasta el PIN, incluyendo tránsfugas liberales y conservadores, que hoy se confunden y cubren en el abrazo de la Unidad Nacional, santificados y transubstanciados por la reciente victoria electoral.
6-“De una Colombia sin guerrilla ni paramilitares” a las nuevas Bandas Criminales.
“Es la garantía de la seguridad ciudadana durante el conflicto y después de alcanzar la paz”, reza el punto 26 del Manifiesto, pero la realidad nos demuestra que ha sucedido algo peor e inesperado, pues según el Inspector General de la Policía, general José Roberto León, los miembros de las denominadas oficialmente nuevas Bandas Criminales (Bacrim) pasaron de 2000, al comienzo de 2009, a cerca de 3.700 a finales del año y están presentes en 19 Departamentos y 159 Municipios, en forma de “1.170 pequeñas redes que se dedican al microtráfico y a ejecutar todo tipo de crímenes”. Como si lo anterior fuera poco, el éxito de la llamada “seguridad democrática” ha acelerado las coaliciones más insólitas en diversas regiones del país entre la guerrilla y los narcotraficantes, incubándose así una nueva metamorfosis de los actores armados, que profundiza la politización del narcotráfico y la degradación de la política.
Todo parece indicar que la gallinita Rumbo se desorientó y no empolló los huevos esperados por el Presidente, sino los de la famosa serpiente que no ha podido matar a pesar de los más de 21.12 billones de pesos destinados a la Fuerza Pública en el presupuesto actual para cortarle la cabeza. Dicha cifra equivale al 14.2% del PIB y es superior al presupuesto actual para la educación, que es de 20.58 billones.
7- De la fraternidad en el campo y la reforma agraria al despojo de más de 5 millones de hectáreas.
El punto 63 del Manifiesto proclama: “Necesitamos a los campesinos y a los empresarios. Fraternidad en la tenencia de tierras, sin feudalismo ni lucha de clases. Adelantaremos una política de tierras encaminada a mejorar las condiciones sociales y productivas de nuestros campesinos pobres. La tierra que se compre para reforma agraria deberá ser buena y productiva”. Pero la cruel realidad del despojo a sangre y fuego de la tierra campesina demuestra lo contrario: cerca de 5.5 millones de hectáreas arrebatadas por la acción conjunta del narcoparamilitarismo, la guerrilla y el desarrollo de ambiciosos proyectos agroindustriales, como el cultivo de la palma africana, ha condenado a millones de campesinos a deambular como fantasmas por nuestras ciudades. Sin olvidar el escándalo de la hacienda Carimagua, inicialmente destinada a campesinos desplazados, para luego pretender ser asignada a la agroindustria so pretexto de garantizar su adecuada explotación.
8- Por último, del fallido Estatuto antiterrorista a la política del terror.
En el punto 33 del Manifiesto aparece la más reveladora de todas las paradojas, pues anunciaba la urgente necesidad de: “Un estatuto antiterrorista que facilite la detención, la captura, el allanamiento”, en su momento declarado inexequible por la Corte Constitucional. Estatuto sustentado así por el entonces candidato Uribe: “A diferencia de mis años de estudiante, hoy violencia política y terrorismo son idénticos. Cualquier acto de violencia por razones políticas o ideológicas es terrorismo. También es terrorismo la defensa violenta del orden estatal”. Con semejante declaración del candidato Uribe no parece necesario esperar el título que la historia le conferirá como Presidente, si es que antes no lo hace la justicia nacional o internacional.
Pero falta la mayor y más temible paradoja de todas a los ojos de Uribe, que explica en gran parte la forma como precipitó la actual crisis con Venezuela, y es que el gobierno de Santos cometa el sacrilegio de abrir las puertas del diálogo con las FARC y abandone así su política de culebrero del terror que tantos dividendos le ha reportado, como vehementemente lo advirtió en su despedida ante la cúpula militar: “sabemos que la culebra del terrorismo, cuando siente que está asfixiada y le tenemos una horqueta en el pescuezo, ahí mismo pide procesos de paz, para que le aflojemos la horqueta, tomar oxígeno y volver a envenenar (...) Y muy hábiles como quieren internacionalizar la solicitud de oxígeno; ahora quieren internacionalizar la solicitud de que les levantemos la horqueta, para seguir envenenando a los colombianos. En esa trampita no vamos a caer”.
Moraleja: Razón tenia Max Weber en su célebre conferencia “La política como vocación”, cuando señaló: “Es una tremenda verdad y un hecho básico de la Historia, el que frecuentemente o, mejor, generalmente, el resultado final de la acción política guarda una relación absolutamente inadecuada, y frecuentemente incluso paradójica, con su sentido originario”, pues la obsesión de Uribe por matar la culebra le está dando vida política gracias al auspicio de Hugo Chávez, su alter ego presidencial y mayor adversario político internacional. Tal parece que el estratega político siempre vence al militar. Quizá vuelva a cumplirse el refrán de nuestras guerras civiles del siglo XIX: “Colombia es una tierra de cosas singulares, dan la guerra los civiles y hacen la paz los militares”, aunque en este caso se trate de un simple cadete de la Armada Nacional, sin subestimar que cuenta con la ayuda de Angelino, la Conferencia Episcopal y hasta el señor de los Milagros de Buga.
miércoles, julio 14, 2010
Después de la algarabía del triunfo, es un traidor aquel que insista en que el gol fue anotado con la mano o que el héroe estaba fuera de lugar. Nada puede un árbitro o las ayudas técnicas contra cientos de miles de gargantas. Ahora sólo hay tiempo para celebrar en UNIDAD NACIONAL. Esa es la jugada maestra que pretende realizar Santos, no sólo jugando de local sin oposición o equipo adversario, sino también en las canchas internacionales. Por eso trata de conseguir la asesoría de árbitros independientes como el juez Baltazar Garzón. También por ello se reúne con las altas cortes nacionales. Sin duda, lo que busca es congraciarse con aquellos que en un futuro eventualmente puedan juzgar sus actuaciones y revisar sus jugadas como ministro de defensa, donde aparecen cerca de 507 “falsos positivos” ejecutados durante su gestión.
sábado, junio 19, 2010
PIERDEN POR DOBLE “U”
Todo Positivo
Un Gobierno de impUNIDAD Política
No gratuitamente su gobierno se autodenomina de “Unidad Nacional”, pues así pretende perpetuar, con el apoyo de todos los políticos que rápidamente se le sumaron, el mayor logro del Frente Nacional: la impunidad de gobernar sobre los cuerpos de miles de víctimas sin tener que rendir cuentas a nadie por crímenes de lesa humanidad. Pero los tiempos que corren son otros. Santos y su proclamado gobierno de “Unidad Nacional” olvidan que la Justicia, tanto la nacional como la internacional, dejó de ser cómplice del Príncipe y ya no acude presurosa a sus citas y mucho menos atiende como cortesana todas sus peticiones. No porque la justicia se haya politizado, como la sindica Uribe, sino por todo lo contrario: es el crimen el que se ha politizado y pretende seguir gobernando impunemente. Pero resulta que la gente cada día tolera menos el crimen y cada vez cree menos en razones de Estado para justificar o legitimar delitos de lesa humanidad, así sea en nombre de sacrosantos valores como la libertad o un futuro reino de igualdad social. Cada día es más claro que la dignidad de los fines depende de los medios con que se alcancen y que no habrá un triunfo perdurable alcanzado con medios deleznables. Mucho menos cuando los medios utilizados, como la propaganda política, son una negación de la realidad objetiva, aquella que se nos impone a todos con su insoportable peso de dolor e iniquidad, como los cerca de 4 millones de desplazados; los más de 2000 jóvenes asesinados y presentados como “falsos positivos”; los cerca de 3 millones de desempleados y 7 millones de trabajadores informales, que conforman el más pesado legado de Uribe, del cual se siente orgulloso heredero Juan Manuel Santos.
Por eso su triunfo de mañana es tan inobjetable como efímero, pues para gobernar tan tozudas realidades no le bastará con la retórica de un “Gobierno Nacional” y mucho menos convocar a todos los colombianos a un gran “Acuerdo Nacional”, pues ambas fórmulas lo único que pretenden es ocultar y disimular la realidad nacional, negar una vez más el país nacional en beneficio del país político, del que sin duda es su más eximio y destacado representante. Para tratar de conjurar esa realidad ya invoca nuevos embrujos bajo nombres seductores como la “prosperidad democrática” y la “reconciliación nacional”. Aquellos que no comulguen con tan nobles propósitos serán declarados apátridas, personas llenas de rencor, odio y envidia, y no habrá lugar para su mendaz oposición. ¿Puede alguien oponerse a la prosperidad, a la fraternidad y la felicidad de la familia nacional? En caso de existir será considerado un Caín corroído por la envidia de la prosperidad de su virtuoso hermano Abel y no un miembro de la familia colombiana. Deberá, entonces, abandonarla o exponerse a su juzgamiento por traidor o incluso a una eventual estigmatización como aliado de la narcoguerrilla. Pero siempre habrá tiempo para rectificar y las puertas estarán abiertas para ser parte del “Acuerdo Nacional”, porque Juan Manuel es tan magnánimo que ya incluyó los puntos de Petro y Antanas en su programa de “Gobierno Nacional”, demostrando así la versatilidad propia de un camaleón. Nada ni nadie puede escapar a su voracidad de consenso y unanimidad nacional, exceptuando a los obcecados narcoterroristas de las FARC, para quienes incluso ya ofreció una justicia especial a cambio de que no disparen contra el “Acuerdo Nacional”. Es probable que hasta eventualmente hagan parte del “Gobierno Nacional”, porque Juan Manuel no es excluyente y estará al servicio de todos los colombianos.
Un Régimen Parlamentario de ImpUNIDAD Nacional
Para consolidar semejante escenario de “Unidad Nacional”, promoverá una nueva reforma constitucional, para liquidar ese desprestigiado y corrupto Congreso de la República, infiltrado y cooptado por perversos narcotraficantes y paramilitares, contra la voluntad de los abnegados políticos de la coalición uribista, hoy arbitrariamente perseguidos por la Corte Suprema de Justicia y recluidos en cárceles sin garantía alguna de apelar a una segunda instancia. Será una reforma purificadora, moralizante y modernizante que instaurará un verdadero régimen Parlamentario (nada que ver con el penitenciario), para garantizar hasta más allá del 2019 el reino de la “prosperidad democrática” y el retorno de su instaurador, Álvaro Uribe Vélez, quien celebrará como primer ministro el bicentenario de nuestra independencia. De esta forma, por fin, podrá cumplir algunas de sus más caras metas anunciadas en el famoso “Manifiesto Democrático” del 2002, como la que aparece en el punto 18: “El número de congresistas debe reducirse de 266 a 150... Que haya audiencias públicas para los reclamos regionales, pero no auxilios parlamentarios que corrompen la política. Si los eliminamos, con cada $10 millones de ahorro, podemos financiar una pequeña empresa y crear 2 puestos de trabajo”. Curiosamente suena como a una música familiar. Pero, sobre todo, podrá cumplir lo prometido en el punto 98: “En mis manos no se defraudará la democracia. Insistiré que el país necesita líneas estratégicas de continuidad; una coalición de largo plazo que las ejecute porque un Presidente en cuatro años no resuelve la totalidad de los complejos problemas nacionales. Pero avanzaremos. Por eso propongo un Gobierno de Unidad Nacional para rescatar la civilidad”.
Un asunto de generaciones, más que de elecciones
viernes, junio 04, 2010
(Junio 3 de 2010)
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Fábula de la gallinita Rumbo y la Unidad Nacional
Hernando Llano Ángel
Prueba Reina
En la prueba aportada por los investigadores de la Fiscalía a la Comisión de teratología, se observa la forma como ambos tratan con sumo cuidado cada uno de los huevos, pues el presidente Uribe le insiste en que son muy frágiles. Especialmente el que tiene en su mano derecha, que cariñosamente llama “seguridad democrática”, y que es su preferido. A tal punto que se lo entrega a Juan Manuel para que lo cuide y lo empolle, mientras esté ausente de la Casa de Nariño, pues dentro de poco y contra su voluntad tendrá que abandonarla. Juan Manuel le responde que lo hará con mucho esmero, poniéndolo a salvo de la peste de los “falsos positivos”, inoculada por una temible y mentirosa serpiente llamada “Prensa” y un tendencioso Philip Alston, Relator de las Naciones Unidas para las ejecuciones extrajudiciales. También le asegura que por ningún motivo permitirá que dicho huevo pueda ser manipulado por peligrosos fanáticos de la legalidad y mucho menos abandonado en una verde pradera a disposición de los terroristas. Luego Uribe le enseña el segundo huevo, que es su máximo orgullo y cariñosamente llama “inversión extranjera”. Un huevo enorme, amarillo y reluciente, de cáscara impenetrable, que se lo pasan de mano en mano. Ambos sonríen con satisfacción y se miran a los ojos con emoción. Juan Manuel le recuerda que el empolló muchos de igual consistencia, cuando fue Ministro de Comercio Exterior y después de Hacienda, con enorme éxito en los mercados internacionales, dejando para el mercado interno los más pequeños y de menor calidad. Uribe le celebra tan buena gestión y levanta su dedo índice, diciéndole: “Así se hace Juan Manuel, hay que atraer más inversión extranjera”.
De repente el Presidente mira para todos los lados, como si se sintiera espiado y perseguido por la Justicia, pero Juan Manuel lo tranquiliza y le dice, dándole un par de palmaditas en su hombro, como entrañable amigo: “No te preocupes Álvaro, no te Das cuenta que tengo todo bajo control”. Y Uribe le responde: “Claro, no me preocupa nada, pero es que no encuentro el último huevito, ese de la “cohesión social”, que es tan pequeñito y maloliente, pero tan importante, pues pone a las familias en acción y rinde una barbaridad”.
A Juan Manuel le brillan los ojos, llenos de picardía, y sin disimular una sonrisita, le responde: “Álvaro, ese ya lo tengo aquí en mi mano derecha, pues es ahora el más importante y estoy seguro que el próximo 20 de junio nos rendirá mucho más”.
Así termina el encuentro entre estos dos amigos y su conversación estrictamente personal, sin referencia alguna a temas de interés público o nacional, relacionada sólo con asuntos y negocios avícolas, como se observa en el truculento vídeo realizado por agentes de la oposición infiltrados en la Fiscalía. Video que ha quedado a disposición del Procurador General de la Nación para la investigación y ejemplar sanción de los responsables de semejante ofensa y violación a la privacidad del Presidente de la República y su amigo, Juan Manuel. Por su parte, la Comisión de expertos en teratología ha dictaminado que no se trata de una nueva especie avícola sino de una conocida ave depredadora, hoy popularmente llamada “U”, de plumaje azul y rojo, pero que lleva más de medio siglo alimentándose del Estado y de los colombianos en nombre de la democracia y la “Unidad Nacional”.
viernes, mayo 28, 2010
DE-LIBERACIÓN
(Mayo 28 de 2010)
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Un grito de independencia y decencia ciudadana
Hernando Llano Ángel.
Por estas fechas de bicentenarios históricos, el próximo domingo 30 de mayo o el 20 de junio, tendremos como ciudadanos y ciudadanas la excepcional oportunidad de escribir la historia. Podemos dejar de ser anónimos oficiantes de conmemoraciones lánguidas, como la del grito de independencia de 1810, ahogado desde entonces por la politiquería de los mercaderes que consumaron el secuestro y la posterior desaparición del interés y el bien público de la política nacional. Será nuestra oportunidad histórica para empezar a cambiar esa política que se ha escrito con sangre, odio, venganza y codicia de negociantes insaciables, en nombre de fantasmales y criminales instituciones camufladas bajo el falso ropaje de la democracia.
Impúdica y criminal “Democracia”
Hoy ha quedado de nuevo desnuda esa horripilante y tenebrosa democracia en el informe del relator de las Naciones Unidas para las ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston, cuando señala que: “existe un patrón de ejecuciones extrajudiciales y la impunidad abarca el 98.5% de los casos”. Resalta el señor Alston: “Mis investigaciones encontraron que miembros de las fuerzas de seguridad de Colombia perpetraron un número significativo de ejecuciones extrajudiciales en un patrón que se fue repitiendo a lo largo del país”. Dado el escandaloso índice de impunidad de estos crímenes de lesa humanidad, el número de “falsos positivos” es todavía incierto, pero la cifra más próxima de semejante hecatombe es de 2.358 víctimas. Tal es el “Rumbo” que nos deja la gallinita de la Casa de Nariño y su cacareada “seguridad democrática”, ahora que al presidente Uribe le dio por comunicarse en ese lenguaje cifrado de avicultor electoral y convirtió a Juan Manuel en ave de corto vuelo y de corral. Debe estar sintiéndose incomodo semejante halcón rapaz, que pregona como propios los méritos de otros en la operación Jaque y culpabiliza a los demás de sus “falsos positivos”. Sin duda, estamos frente a un falso candidato, cuya identidad se debate entre ser un muñeco ventrílocuo o un halcón disfrazado de gallina. Pero esa mutante identidad, entre ave familiar y predadora, la refleja muy bien su intimidante rostro e indescifrable mirada, que evoca más a personajes de películas de terror que a una figura pública digna de confianza.
Condena Política
En el 2007, cuando era ministro de defensa, se registraron 507 ejecuciones extrajudiciales, el mayor número de asesinatos de jóvenes inermes. Es verdad que después de depurar las filas militares de presuntos responsables, la cifra disminuyó, pero no desapareció, como lo ha demostrado el CINEP. Lo anterior significa que tanto a Santos como al Presidente les cabe responsabilidad política por omisión, pues sólo cuando fueron presionados por las denuncias de las madres de las víctimas y del defensor del Pueblo de Soacha, pusieron mayor atención y diligencia, disminuyendo el número de ejecuciones extrajudiciales. Al respecto, el propio ex-fiscal General, Mario Iguarán, explicando el nefasto efecto de la Directiva 029 firmada por el entonces ministro de defensa, Camilo Ospina, declaró: “¿No será que el afán por el positivo y las ansias por la recompensa está generando estos graves y oscuros sucesos. Allí puede estar diciéndose que hay recompensas por $3.600.000 para cuando se trata de bajas y puede haber una interpretación infortunada que lleva a lo delincuencial”. Para concluir que la Directiva 029 configuraba “un delito de lesa humanidad y de ahí la competencia de la Corte Penal Internacional”. Pero no hay que esperar un escenario judicial tan lejano e incierto, pues la mayor sanción en estos casos no es la condena penal, sino la política, para impedir que en un futuro gobierno de Santos se sigan incubando huevos tan putrefactos para la dignidad de una sociedad y oficialmente tan mortíferos para sus miembros más jóvenes y marginados. Justamente el próximo domingo 30 de mayo el juicio ciudadano puede expresarse condenando en las urnas a Santos a una derrota ejemplar, que incluso pueda significar su extradición de la vida política nacional, pues ni ética ni legalmente está habilitado para gobernar un Estado que se reclama democrático, cuya esencia es el respeto y la vigencia de los derechos humanos de toda la población.
Escribir otra Historia
Ese mismo domingo podemos empezar a escribir otra historia. La historia de una política que no se escribe con odio, ni con la codicia de los mercaderes. De una política que no está manchada con la sangre de la venganza, ni ahogada con las migajas asistencialistas del clientelismo oficial, que jamás colmará la sed y el hambre de justicia social que padecen las mayorías. Pero para ello se precisa del grito de independencia de la ciudadanía en las urnas, de su compromiso y cotidiana responsabilidad con el bien público superior: la justicia social como fundamento de la paz y la legalidad. Es necesario elegir a quien, por su pasado y sus ejecutorias en la vida pública, ha demostrado no sólo honestidad sino sobre todo competencia en aproximarse a esas metas. Metas que son de carácter colectivo y que nadie puede alcanzar en nombre de todos, porque la política no es un asunto exclusivo de los elegidos y mucho menos de los predestinados por apellidos Non Sanctos. Es un asunto de todos. Las metas políticas, cuando son de interés y beneficio público, se alcanzan con el esfuerzo de todos los que están comprometidos con una vida pública y personal digna, que va mucho más allá de una estrecha seguridad que se agota en el cuidado armado de la propia vida o de intereses personales, familiares o empresariales. Es el momento de escribir una nueva política, con todos aquellos que comprenden que una seguridad sin equidad no sólo es precaria, es una insostenible iniquidad: una “maldad e injusticia grande”, como la define el diccionario de la Real Academia.
Por todo lo anterior, quienes están dispuestos a escribir y protagonizar esa nueva política saben que deben contribuir con más impuestos para que haya justicia y no sólo seguridad. Para que haya más educación y menos marginación. Para que exista libertad y no amenazas e intimidación. Para que se pueda confiar y no temer. Para que nunca más se repitan los “falsos positivos”. Para que la política sea una actividad libre, pública y de concertación de legítimos intereses, en lugar de ser un campo de prisioneros, un refugio de mercaderes y un pulso entre criminales, como ha quedado reducida durante estos ocho años por Uribe con la ayuda de la parapolítica y las FARC. En fin, el domingo y el 20 de junio tenemos la oportunidad de rescatar la política como una competencia ciudadana que se desarrolla en el campo de la legalidad y no como un concierto disimulado y agravado para delinquir y gobernar en beneficio del “país político”.
El domingo o el 20 de junio debemos empezar a escribir la política con letra ciudadana y comenzar a desterrar para siempre de su ejercicio a las armas, el crimen, el secuestro, el miedo y los privilegios que empolla la iniquidad de la gallinita Rumbo. Es la oportunidad histórica para cambiar de Rumbo y empezar a cultivar el árbol de la vida, cuidando entre todos ese paisaje verde y generoso que nos regala nuestra portentosa Colombia. Es la hora del triunfo del “país ciudadano” sobre el “país político”, que nos ha legado una realidad vergonzosa e intolerable, más nauseabunda y penumbrosa que el galpón donde vive la gallinita “Rumbo” y su presuntuoso propietario.
lunes, mayo 17, 2010
Horizonte de Criminalidad, Impunidad, Mentira y Muerte contra horizonte de Civilidad, Legalidad, Verdad y Vida.
Lo que está en juego es y si la actual generación de las redes sociales, con sus padres y mayores, gana la oportunidad histórica de empezar a tejer una sociedad incluyente y equitativa, promovida por un Estado de Justicia, donde la única excluida sea la violencia estructural de la pobreza y la personal de la venganza o, por el contrario, va a continuar gobernando la ilegalidad del crimen y la impunidad bajo la perfecta coartada de un candidato Non Sancto llamado Juan Manuel y de una cacocracia diestra en robar la confianza ciudadana y en pervertir el sentido de lo público.
viernes, abril 16, 2010
La hora del Juicio Ciudadano
Precisión Matemática
Por todo lo anterior, las próximas elecciones presidenciales son crucialmente históricas, pues con nuestro voto podemos decidir el fin de la actual cacocracia o su consolidación non sancta, puesto que quienes hoy nos gobiernan son diestros ladrones o cacos de la voluntad y la confianza ciudadana y aspiran a seguir usufructuando la política y el Estado en beneficio propio y la legitimación del crimen, si así lo permite el alzheimer político de miles de colombianos.
Pero también las elecciones del 30 de mayo pueden significar el comienzo de una frágil y temblorosa democracia, que exigirá de todos comportarnos como auténticos ciudadanos comprometidos en la construcción y defensa de un orden legal y justo, es decir, a la altura de nuestra dignidad de seres humanos, sin delegar ni excluir violentamente a nadie en una tarea que por esencia es colectiva: la construcción de un orden político y social en el cual no haya lugar para salvadores ni líderes insustituibles y mucho menos para héroes o vengadores.