miércoles, enero 10, 2024

PANAMERICANOS EN BARRANQUILLA: MÁS CIRCO Y MENOS PAN?

 

PANAMERICANOS EN BARRANQUILLA: ¿MÁS CIRCO Y MENOS PAN?

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/panamericanos-barranquilla-mas-circo-menos-pan

Hernando Llano Ángel

La pérdida de Barraquilla de los panamericanos del 2027 es mucho más que un juego para eludir responsabilidades políticas y buscar culpables. Es un asunto que pone de presente, una vez más, que la política no puede prescindir del circo, expresado en este caso lúdicamente en las competencias deportivas, como una de las estratagemas más exitosas a la que recurren todos los gobernantes. Poco importa si son de derecha o izquierda, del gobierno nacional o el local. Desde los apoteósicos juegos presididos por Hitler en 1936, organizando “los Juegos Olímpicos de invierno y de verano que se celebraron en la Alemania Nazi, respectivamente en Garmisch-Partenkirchen (Baviera) y Berlín, el deporte sirvió para aplicar la estética nazi y fue usado como vehículo de propaganda por el régimen hitleriano como nunca antes había ocurrido[1]. Hasta los recientes juegos Olímpicos de invierno en Pekín del 2022, convirtiéndose en la primera ciudad que celebra las dos olimpiadas, después de la de verano en 2008[2]. No deja de ser curioso que los totalitarismos de derecha e izquierda sean tan eficientes en realizar juegos olímpicos y manipular la voluntad popular. A pesar del Comité Olímpico moderno por despolitizar el deporte, tal propósito ignora incluso el origen de los juegos en Grecia, que no fue otro que el establecimiento de la tregua sagrada (ἐκεχερία)[3], que “suponía la prohibición de toda actividad bélica durante un periodo de duración desconocida, pero del que se sabe que se extendía desde un tiempo antes hasta un tiempo después del desarrollo de los juegos”. En otras palabras, la política en las olimpiadas griegas se imponía y suspendía la guerra, además de regular agonalmente el combate, evitando así la muerte del vencido, que es en últimas la esencia de la política democrática. Irónicamente, en nuestro caso, sucede lo contrario, pues la pérdida de Barranquilla de los panamericanos –versión continental de las olimpiadas— se ha convertido en un conflicto político nacional.  Un conflicto que los oportunistas quieren presentar como la primera batalla entre Petro, gobierno nacional versus Alex Char, gobierno municipal, atribuyéndole al gobierno nacional toda la responsabilidad por lo acontecido. Sin embargo, el mismo presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC), Ciro Solano, en entrevista con Caracol[4] radio expresó que los incumplimientos en los pagos vienen desde el gobierno del presidente Duque: “Esto se firmó el 31 de mayo del 2021, estamos en el 24. Estos incumplimientos vienen desde el Gobierno pasado, la cuota de 4 millones de dólares está estipulada en un programa de pago para el 30 de junio del 2022. Después, con la entrada del Gobierno actual, se tuvieron siete meses en los que no hubo comunicación con Panam Sports, no hubo ninguna comunicación, todos estos fueron elementos para tenerlos en cuenta”. Y concluye que Panam Sports ha perdido por completo los principios y valores olímpicos: “También es una cuestión muy triste, que una Organización que nace con principios humanísticos, de valores, solamente tenga en cuenta el tema económico. La verdad es que estamos, como dirigente olímpico, bastante molesto con esta actitud de Panam Sports. Sí, es cierto, se vencieron los términos, pero hubo una reacción inmediata de la señora ministra, de la Alcaldía de Barranquilla, del Comité Olímpico, explicándole a Neven que la plata no iba a salir antes del 31 de diciembre, sino en la segunda o tercera semana del mes de marzo”. A lo anterior, se suma la actitud oportunista de Paraguay, que ha intrigado contra Barranquilla, según la versión del presidente del COC: “siempre tuvimos un palo en la rueda de un país que creíamos que era hermano deportivamente como Paraguay. Hay una persona que siempre ha tenido interés en hacer los Juegos desde el momento que Colombia tuvo dificultades con los pagos”. Conclusión, los panamericanos de Barranquilla, la arenosa, están a punto de naufragar en un pantano[5] de intereses económicos, donde lo deportivo queda subordinado al mejor postor, más rápido pagador y poderosos inversionistas privados, tanto nacionales como internacionales, que piensan hacer su agosto en el 2027. Y, dadas, las necesidades apremiantes de millones de barranquilleros que malviven en condiciones deplorables, pues es la capital colombiana donde más se pasa hambre[6] y según cifras de “Barranquilla cómo vamos”[7] en el 2023, el 52% de los barranquilleros consumieron menos de tres comidas al día, es pertinente preguntarse sobre las prioridades del gasto público.

Si va primero el circo de las justas deportivas o, por el contrario, el pan de los miles de barranquilleros con hambre. Los panamericanos del 2023, organizados por Chile, tuvieron un presupuesto de 350 millones de dólares solo en infraestructura deportiva. ¿Estará Barranquilla y Colombia en capacidad financiera para hacer una inversión superior a los 450 millones de dólares? ¿Quiénes y qué sectores económicos serán los más beneficiados? ¿Cuál será la eficacia social de semejante gasto público? Sin duda, semejante inversión en infraestructura deportiva generará empleos y mejorará transitoriamente las condiciones sociales de miles de barranquilleros, pero también es cierto que, si se destinaran esos millones de dólares a políticas sociales de generación de ingresos, salud, educación y vivienda, seguramente saldrían más definitivamente de la pobreza y Barraquilla sería mucho más próspera y bella por ser más justa e incluyente.

PD: Para mayor información y comprensión, abrir enlaces en roj

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