sábado, diciembre 17, 2022

QATAR, UN MUNDIAL ESPECTACULAR Y ESPECTRAL

 

QATAR, UN MUNDIAL ESPECTACULAR Y ESPECTRAL

https://blogs.elespectador.com/politica/calicanto/qatar-mundial-espectacular-espectral

 

Hernando Llano Ángel

Espectacular por la belleza de los estadios y el despliegue publicitario por proyectar a Qatar[1] como un país moderno, rico y esplendoroso, que emula y supera en prosperidad a la mayoría de los países occidentales. Algo similar hizo Putin hace cuatro años, cuando pretendió convencer al mundo del renacimiento de una Rusia poderosa y feliz, que hoy niega con su brutal y criminal invasión de Ucrania. Detrás de ese marketing político-futbolístico está el terror. Un terror auspiciado por la FIFA[2], la organización internacional más hipócrita, corrupta y peligrosa del planeta, pues logra suspender nuestro juicio moral en nombre de un fútbol radicalmente inhumano. Es el terror auspiciado por esa alianza letal entre la riqueza, el crimen, el autoritarismo y la impunidad de mandatarios como Putin y el  emir Tamim bin Hamad Al Thani, quien llegó al trono en 2013 luego de la abdicación de su padre, Hamad bin Khalifa Al Thani[3]. Por eso el mundial de Qatar es espectral. Detrás de esos fabulosos estadios se esconde la explotación y muerte de un número incierto de trabajadores migrantes[4] –muy parecida a las vidas sacrificadas en cualquier campo de concentración nazi o en un Gulag soviético— pues nadie responde por esas vidas cegadas en aras del más fastuoso y costoso mundial realizado. Esas vidas no valen nada, más aún se pone en duda el número de trabajadores que cobraron esos fatales accidentes laborales. Son vida nuda[5], en la expresión del filósofo Giorgio Agamben[6].  Los gritos agónicos en caída libre de esos obreros migrantes, hoy son acallados por la estridencia de los goles celebrados por los miles de fanáticos de sus selecciones victoriosas. Las lágrimas solo alcanzan para lamentar la eliminación de las selecciones amadas, no para los migrantes sacrificados y “desaparecidos”. Los himnos se entonan en nombre de los jugadores y las selecciones que se disputan la copa mundial. No hay ni siquiera un réquiem[7] por quienes hoy nos brindan con sus vidas tanta alegría, celebrada en todo el planeta. Eso ya no nos importa, solo queremos disfrutar y gozar el mundial. No hay lugar para la culpa y los lamentos. No se puede arruinar el hermoso eslogan de este mundial: “Football unites the world in passion, in love, in peace. Football unites us in hope and in joy. Football unites us all. Football unites the world [8], que escuchamos en boca de Cristiano Ronaldo, Harry Kane y Lionel Messi, entre otras destacadas figuras, antes de cada partido. Para mayor ironía, las estrellas de Francia, como kylian Mbappé[9], es nacido en París, pero hijo del inmigrante camerunés Wilfried Mbappé y Ousmane Dembélé[10], también parisino, es hijo de padre maliense y de madre francesa con ascendencia mauritana y senegalesa. Ambos defienden la bandera de una nación que en su pasado colonialista dejó una estela de oprobios y crímenes impunes en el continente africano. Y hoy Francia es campeona mundial gracias al talento, el esfuerzo y los goles de esos hijos de inmigrantes, que un número nada despreciable de franceses, liderados por Marine Le Pen[11], desprecian y no quisieran tener en su territorio. Como se puede leer en Wikipedia: “Le Pen se opone fuertemente al multiculturalismo, llamándolo "un arma para el extremismo islámico” ​y ha apoyado leyes en contra del uso de símbolos religiosos en público que han sido categorizadas por algunos como Islamofobicas. En varias ocasiones ha mostrado su apoyo al mandatario ruso Vladímir Putin y, a pesar de condenar la Invasión rusa de Ucrania de 2022, se ha negado a retirar su apoyo a Putin, llamándolo "un posible aliado para Francia". Por todo lo anterior, mi simpatía y admiración está con Marruecos en el partido de mañana miércoles, pues su triunfo y la eliminación de Francia sería más que un acto de justicia futbolística. Sería un acto de justicia humanitaria en memoria no solo de millones de víctimas del colonialismo del Estado francés –que no del pueblo francés-- sino también de los obreros migrantes que murieron levantando esos templos de alegría, que hoy Qatar los ha convertido en monumentos de ignominia. Quizá por eso tenga tanta prisa en desmontarlos[12] y borrar rápidamente semejante oprobio. Hay que deshacerse de las huellas incriminatorias. Borrarlas de la memoria y el espacio físico en donde tantos murieron. Esas muertes deberían avergonzarnos cuando cantamos los goles de nuestra selección favorita. Goles que celebraré sí son de Marruecos en nombre de la vida y la dignidad de todas las víctimas de este espectacular y espectral mundial. Que la final del mundial sea entre selecciones de pueblos que la “civilizada Europa” ha eliminado, explotado, sojuzgado o combatido en nombre de sus imperiales intereses y del colonialismo, como Marruecos, Croacia y la misma Argentina, al usurparle Inglaterra las Malvinas. Entonces que gane el mejor el 18 de diciembre y se rinda un tributo póstumo a los trabajadores explotados y sacrificados impunemente por la FIFA y Qatar.



No hay comentarios.: