lunes, abril 11, 2022

Por una democracia ciudadana, social y telúrica

 

POR UNA DEMOCRACIA CIUDADANA, SOCIAL Y TELÚRICA

https://blogs.elespectador.com/politica/calicanto/una-democracia-ciudadana-social-telurica

Hernando Llano Ángel.

La democracia liberal y representativa está agónica, corroída por el mercado, que dicta sus mandatos e impone los intereses de los banqueros[1] y mercaderes sobre las necesidades, derechos y reivindicaciones de los ciudadanos, profundizando así su crisis histórica. Cada día es menos democracia y más una mercadocracia que representa y acrecienta las ganancias de minorías[2] y exacerba la desesperación de las mayorías. Por eso con mayor frecuencia la democracia vive hoy en las calles y en las plazas públicas. Los partidos y sus líderes políticos son repudiados y fustigados por una inmensa mayoría de ciudadanos, que cada vez creen menos en sus demagógicos programas y promesas electorales. Y es apenas lógico, pues ellos son los principales responsables del orden social excluyente e injusto, así como de la falta de oportunidades. Sin embargo, no dejan su cinismo y vuelven, como Fico, a presentarse como los adalides del orden y las oportunidades en compañía de los responsables del caos y la negación de oportunidades para las mayorías. Todos proclaman su lucha contra la corrupción, pero en sus filas pululan políticos investigados o sancionados por la Procuraduría o ellos mismos están cuestionados por sus graves errores en la gestión pública, como sucede con Fajardo y Petro. Fajardo, con el desacertado empréstito en dólares cuando se desempeñó como gobernador de Antioquia[3], que terminaron pagando todos los paisas, sin desestimar sus responsabilidades en la crisis de Hidroituango[4]. Por parte de Petro, fueron desastrosas sus improvisadas decisiones en la crisis desatada por la gestión de las basuras en Bogotá, aunque posteriormente “el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, le ordenó a Daewoo Truks S.A.S. pagar un poco más de 1.500 millones de pesos a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá por el incumplimiento del contrato para la reparación preventiva, correctiva y puesta en punto para el funcionamiento de los 39 vehículos compactadores. Además, ordenó a Seguros del Estado S.A. a pagarle a la Empresa de Alcantarillado y Aseo la suma equivalente al 3 % del valor total de la condena que corresponde a 47.053.061 pesos”[5]. En ambos casos, si bien hasta ahora han salido airosos disciplinaria y penalmente, es deplorable su incapacidad para la autocrítica, el reconocimiento de errores y la oportuna rendición de cuentas ante la ciudadanía. Ni hablar de Rodolfo Hernández, que se presenta como el Savonarola[6] nacional, habiendo sido sancionado por la Procuraduría debido a la falta de cordura y ecuanimidad en el trato a sus críticos y opositores[7], además de tener una investigación en curso por “presuntas irregularidades en la modificación del Manual de funciones para los empleos en la Alcaldía[8]”. En cuanto a Ingrid, ella misma con sus incoherencias y soberbia narcisista nos demuestra que no conoce límites éticos en la búsqueda de votos, pues en su primera candidatura a la Presidencia llamaba a Uribe en el 2001 el candidato del paramilitarismo[9] y ahora lo considera un ejemplo de liderazgo contra la corrupción, cuando el “presidente eterno” dejó una estela vergonzosa de funcionarios condenados por crímenes de lesa humanidad[10], concierto agravado para delinquir con grupos paramilitares, asesinatos[11], cohechos[12] y delitos de “clase” como Agro Ingreso Seguro[13].  Por todo lo anterior, es imperioso reinventar la democracia en clave ciudadana, social y telúrica, pues los políticos profesionales la tienen moribunda y amenazan con destruir el planeta al entregarlo a la depredación de las empresas dedicadas a las energías fósiles, el fracking[14] y la extracción de minerales raros[15] y valiosos. Y la única forma de hacerlo es asumiendo como ciudadanos nuestras responsabilidades. La democracia es vital para dejarla en manos de mercaderes del interés público y el bienestar colectivo.

Por una gobernanza ciudadana

Es un compromiso con la política y el bien común que se está extendiendo progresivamente por todas las latitudes. En nuestro subcontinente la vanguardia está en Chile, cuya ciudadanía está embarcada en la reinvención de la democracia en su Convención Constitucional[16], la primera en la historia con composición paritaria de mujeres y hombres, integrada por ciudadanas y ciudadanos corrientes, representativos de liderazgos sociales, étnicos, comunitarios y académicos, más allá de cualquier militancia o afiliación partidista. Es decir, que viven la política como un ejercicio de ciudadanía con fuerte raigambre social y telúrica, comprometidos con la vigencia de los derechos y la igualdad de oportunidades para todas las personas, en lugar de estar comprometidos fundamentalmente con la seguridad para el mercado y las inversiones privadas. En otras palabras, su propósito central es socializar y ciudadanizar la política, desmercantilizándola y desburocratizándola de políticos, mercaderes y mercenarios del interés público. En nuestro país son numerosos los esfuerzos de Organizaciones No Gubernamentales y de consorcios con el mismo fin, como Viva la Ciudadanía[17], Foro Nacional por Colombia[18], CINEP[19],  junto a diversas iniciativas en marcha, entre las que cabe destacar la Construcción de Agendas Ciudadanas para la Coexistencia Pacífica en Democracia para la Colombia Pos-Covid 19, con el apoyo financiero del Fondo Nacional para la Democracia, NED (por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos y la Corporación LA PAZ QUERIDA, LPQ[20]. Con la dirección del profesor Gabriel Murillo y Alberto Heredia, director ejecutivo de LPQ, el pasado 23 y 24 de marzo de 2022 se llevó a cabo el último ejercicio dialógico del proyecto en la ciudad de Cali, acompañada por el Instituto de Estudios Interculturales de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, el Capítulo Territorial de LPQ de la misma ciudad. Como lo resalta el profesor Murillo, en la siguiente relatoría síntesis, “a este encuentro de carácter diverso e inclusivo asistieron setenta (70) personas que acogieron la invitación de los anfitriones Entre otros, participaron activamente líderes comunitarios juveniles, académicos, educadores, funcionarios públicos, empresarios, líderes y lideresas pertenecientes a diferentes organizaciones de la sociedad civil y de asociaciones de interés cívico de Cali, comunicadores, miembros de la pastoral social y de organizaciones de la cooperación internacional. El evento fue facilitado por miembros del equipo técnico de LPQ y se basó en la implementación de dos (2) metodologías dialógicas complementarias: En primer lugar, la conversación generativa, orientada hacia la construcción rigurosa de visiones colectivas sobre el pasado y el presente de la sociedad territorial. En segundo lugar, el método deliberativo para construir y compartir una visión realista de futuro a través de una prospectiva con la cual se busca la creación de acuerdos ciudadanos plurales para soportar una agenda viable conducente al señalamiento realista basados en opciones alternativas de solución a un conjunto de cinco (5) ejes problemáticos interrelacionados y determinantes de la actual coyuntura de crisis que hoy se vive en Colombia: 1. Clientelismo y corrupción, 2. Pobreza y desigualdad, 3. Paz y verdad, 4. Conflicto y violencia y, 5. Medio ambiente y sostenibilidad. Frente a cada una de estas problemáticas, se adelantaron sendas lluvias de ideas y se sopesaron varias opciones, complementadas con la formulación de compromisos factibles proclives a la implementación de un plan de acción ciudadana. Para esto se concertó un esquema de gobernanza colaborativa a ser desarrollado y evaluado grupalmente en lapsos temporales de cortísimo, corto, mediano y largo plazo. Este proyecto de LPQ culminará en un gran Foro Nacional a realizarse próximamente en Bogotá. En él participarán voceros de cada una de las siete (7) AGENDAS CIUDADANAS TERRITORIALES donde se desarrolló este ejercicio: los departamentos de Nariño, Santander, Caquetá y Chocó; las ciudades de Cartagena y Cali, y la provincia del occidente de Boyacá. Como innovación sin precedentes en el país, estas agendas han sido construidas de abajo hacia arriba (bottom-up). Con ellas, los pobladores de cada territorio le presentarán a la opinión pública nacional el resultado del sus conversaciones generativas y deliberativas para la coexistencia pacífica y democrática territorial, sin exclusión alguna. Esto, bajo la clara certeza de que cada uno de estos compendios dialógicos y propositivos resume con rigor el conocimiento incomparable, la civilidad y el compromiso colectivo de los pobladores de cada uno de los territorios en donde se construyeron estas agendas conducentes a la conquista de una nueva ética social con dignidad humana y sostenibilidad medio ambiental. Esta será la primera vez que en el país se manifestará integralmente el producto de la inteligencia, la responsabilidad social y la sabiduría colectiva y plural de los pobladores de cada uno de estos territorios colombianos. Complementariamente, los voceros de cada una de estas agendas conversarán con connotados expertos públicos y privados especializados en cada uno de los cinco (5) ejes problemáticos eslabonados y arriba mencionados. También se busca que sus propuestas para el cambio territorial transformador sean conocidas y utilizadas por las candidaturas presidenciales en competencia que puedan estar interesadas en incluir la voz de los territorios en sus respectivos programas de gobierno”. Sin duda, transitando por esta senda con el capital social y ciudadano presente en todas las regiones de nuestro país podremos forjar una gobernanza democrática que se consolide y vaya mucho más allá de los liderazgos políticos partidistas y personales, independientemente de quién ocupe transitoriamente la Presidencia de la República.

 

 

 



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