martes, septiembre 07, 2021

Álvaro Uribe Vélez entre mentiras y sofismas

 

ÁLVARO URIBE VÉLEZ ENTRE MENTIRAS Y SOFISMAS

https://blogs.elespectador.com/politica/calicanto/alvaro-uribe-velez-mentiras-sofismas

Hernando Llano Ángel

Continuando con el análisis del encuentro entre el expresidente Uribe y la Comisión de la Verdad, en él sobresalen tantas mentiras y sofismas que es imposible referirse a cada una de ellas. Pero puede hacerse una selección de las mismas, comenzando por confrontar lo que dice el expresidente sobre sus ejecutorias y virtudes con los resultados obtenidos durante su vida pública. Porque es una verdad irrefutable que, en la vida política, más que las buenas intenciones lo que cuenta son los resultados obtenidos en beneficio del interés público. Por ejemplo, de qué le ha servido a los Estados Unidos y a sus mandatarios, desde Nixon hasta Biden, la fracasada “guerra contra las drogas” y ahora la vergonzosa derrota en Afganistán en su “guerra contra el terrorismo”. De nada sirve invocar supuestos valores superiores como la seguridad nacional y la promoción de la democracia, cuando los resultados obtenidos son exactamente los contrarios. Algo semejante sucede con el expresidente Álvaro Uribe Vélez y los éxitos que se atribuye en su lucha implacable contra el crimen, pues paradójicamente los resultados también demuestran todo lo contrario.

Volando bajo

Empecemos por rememorar su paso como director de la Aeronáutica Civil entre 1980-1982 y su supuesta implacable acción contra el delito, las aeronaves dedicadas al narcotráfico y el transparente otorgamiento de matrículas y licencias para la operación de pistas de aterrizaje. Sobre ello, existe nada menos que el testimonio del entonces gobernador de Antioquia, Iván Duque Escobar (Q.E.P.D), padre del actual presidente, quien se indignó cuando el joven director de la Aeronáutica, Álvaro Uribe Vélez, le otorgó una licencia a Jaime Cardona con el fin de que trabajara la ruta aérea Medellín-Turbo. El gobernador Iván Duque Escobar, según investigación de Fernando Garavito[1], le advirtió al director de la Aeronáutica sobre la relación de Jaime Cardona con el narcotráfico, pero Uribe le respondió que estaba mal informado. Sin embargo, Jaime Cardona “poco después fue condenado por el delito de narcotráfico, y más tarde murió en un accidente aéreo, cuando su avión particular despegaba de la pista que había construido en su hacienda”, reseña Fernando Garavito en dicho artículo. Esta podría ser una anécdota refutable, pues tanto el exgobernador Iván Duque como Fernando Garavito ya fallecieron, pero existen hechos innegables según los cuales durante la diligente y transparente gestión del director de Aerocivil se otorgaron matrículas a numerosas aeronaves de narcotraficantes. En efecto, un año después del retiro de Uribe Vélez de Aerocivil, el Consejo Nacional de Estupefacientes, presidido por el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, ordenó a la Aerocivil[2] “suspender los vuelos de naves de narcotraficantes” y señaló que en el pasado esa entidad había adolecido de una actitud pasiva y negligente. El 8 de septiembre de 1983, en la página 17 A, El Tiempo informó sobre la medida: “El Consejo Nacional de Estupefacientes solicitó ayer a la Aeronáutica Civil suspender la operación aérea de la flota de aviones, helicópteros y avionetas de propiedad de Pablo Escobar y Carlos Ledher”. Lo anterior contrasta, como la luz con la oscuridad y la mentira con la verdad, con las afirmaciones estentóreas del expresidente Uribe en su encuentro con el padre De Roux, refiriéndose a su estilo de gobernar y los resultados obtenidos durante su vida pública: “Yo llegué con la personalidad, el carácter y la determinación que he tenido de producir resultados, con toda la ética y en todos los campos”[3], según lo expresa en el minuto 33.12 de su declaración. Sus resultados al frente de Aerocivil demuestran, cuando menos, su incompetencia frente al narcotráfico y el predominio de una ética de la simulación y la complicidad con el crimen. Es precisamente ese contraste insondable entre su propia autoimagen --que proyecta públicamente como paradigma de demócrata y gobernante virtuoso-- y una realidad innegable de hechos y tramas criminales en los que siempre está implicado, lo que constituye su verdadera identidad.  Hechos y tramas criminales de los que nunca es responsable, pues siempre lo son sus subalternos, sobre los cuales recaen todos los delitos.

La responsabilidad es de los otros, los subalternos

Así fue en Aerocivil, con César Villegas[4], más conocido con el alias del “bandi”, entonces jefe de la Oficina de Planeación, a quien responsabilizó de las licencias otorgadas a las aeronaves de los narcotraficantes y de autorizar el funcionamiento de numerosas pistas de aterrizaje. Luego, como gobernador de Antioquia, será Pedro Juan Moreno[5], su secretario de gobierno, quien se encargará de las relaciones clandestinas con las AUC[6]. Curiosamente ambos, Villegas[7] y Moreno, no solo mueren violentamente, el primero asesinado en Bogotá y el segundo en un sospechoso accidente aéreo[8], sino que forjaron su prosperidad como empresarios por sus relaciones directas o indirectas con el narcotráfico. Villegas, el “bandi”, fue condenado por enriquecimiento ilícito[9], derivado de sus estrechas relaciones con los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez. Por su parte, Pedro Juan Moreno fue uno de los mayores comerciantes legales de precursores químicos, catalogado por la DEA como el mayor importador de permanganato de potasio[10] a través de su compañía GMP. Según una investigación del agente de la DEA, George Marshall, sobre una importación: “La orden de suspender el zarpaje estableció que la DEA creía que el mencionado químico podría ser mal utilizado, basándonos en la falla al notificar a la DEA del embarque, en violación a la Ley 21 CFR 1313.31, las asociaciones entre la GMP y otras compañías químicas delictivas en Colombia y otras prácticas de alteración de GMP… GMP es una compañía fundada en 1938 que distribuye productos químicos, con cuatro oficinas en Colombia, Sudamérica. Su presidente, Pedro Juan Moreno Villa (el señor Moreno), ha trabajado en el directorio de otras compañías en Colombia. Además, de 1995 a 1997, el señor Moreno trabajó como Secretario de Gobierno en Antioquía". En la próxima entrega me referiré a los sofismas del expresidente Uribe y su excomisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, relacionados con el proceso de desmovilización y desarme de las AUC, su proyecto inicial de “Alternatividad penal” y la posterior ley 975 de 2005. Allí demostraré cómo ambos promovieron la participación política y la favorabilidad penal para miembros de grupos armados ilegales desmovilizados, a través del referéndum del mismo año, objetivo frustrado por una sentencia de la Corte Constitucional. Curiosamente hoy son acérrimos críticos y enemigos de la Justicia Transicional, la JEP, la participación política de los excomandantes de las FARC-EP y le temen tanto a la Comisión de la Verdad, que incluso niegan su legitimidad junto a la existencia del conflicto armado interno. Tal parece que están empecinados en demostrarle al mundo que solo existe su realidad y su verdad, sin importarles los millones de víctimas causadas y las que continúa propiciando tan criminal negacionismo. Por eso ahora sacan del cubilete de magos de la impunidad una amnistía general para que todo continúe igual y así salvar su prestigio y pellejo en las próximas elecciones. Sin duda, con ellos no tendremos futuro sino un regreso al pasado en nombre un supuesto “Pacto Nacional” para continuar gobernando los mismos con las mismas, sin memoria, verdad, justicia y reparación, pero sí con garantías perennes de repetición e impunidad, a semejanza del Frente Nacional.

 



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