sábado, marzo 13, 2010

DE-LIBERACIÓN
13 de Marzo de 2010
(http://calicantopinion.blogspot.com)

Prohibido girar en “U”

Hernando Llano Ángel.

En víspera de las elecciones para el Congreso, cuando ya la Corte Constitucional prohibió al presidente Uribe girar en “U por segunda ocasión, se abre un resquicio para rescatar la política y el Congreso de las redes del crimen y la ilegalidad. Redes que han tejido un complejo entramado donde se funden intereses criminales, muy bien representados en la ley 975, camuflada como de “Justicia y Paz", con la defensa de privilegios críminales como los de las Empresas Promotoras de Salud y los beneficiarios de Agro Ingreso Seguro.

No por casualidad, Mario Uribe, hoy en la cárcel por parapolítica, fue ponente de la ley 975 y Andrés Felipe Arias es el candidato del presidente Uribe en la consulta conservadora de mañana. Tal es el principal legado del uribismo: haber convertido el Congreso en la matriz de un régimen electofáctico, que legisla en función y beneficio de los poderes de facto, bien sea ilegales o legales. Por eso constitucionalizó el transfuguismo partidista e impidió la vigencia inmediata de la silla vacía, para permitir así que los herederos del narcoparamilitarismo continuaran en el Congreso. Como resultado de tales órdenes presidenciales, las bancadas mayoritarias de la “U” y el partido conservador, aprobaron la actual reforma política, cuyos hijos legítimos son partidos tan representativos de la fusión de la política y el crimen como el Partido de Integración Nacional y Apertura Liberal - DMG.

Del PIN, se sabe que es fruto de la unión de clientelas electorales bajo el control de Luis Alberto Gil y Juan Carlos Martínez Sinisterra, ambos presos en la picota por parapolítica y narco-paramilitarismo respectivamente, quienes a su vez fueron dirigentes de Convergencia Ciudadana, partido que mutó exitosamente, como por arte de magia, en el PIN. Así las cosas, sus siglas bien podría significar Partido de Impunidad Nacional o Partido de Ignominia Nacional. Quizá por ello hoy se puede leer en numerosos pasacalles y vallas, en las principales ciudades del país, lo siguiente: “PIN: el partido del Presidente. El que la gente quiere”. En cuanto a Apertura Liberal, es la metamorfosis de DMG en la política, para así ampliar su prontuario de estafadores financieros a la arena política como defraudadores de la confianza y la ingenuidad ciudadana.

Contra este panorama de criminalización creciente de la política, cuyo máximo responsable es el presidente Uribe, cabalgando sobre el caballo apocalíptico del miedo y la guerra, con su nefasta estela de “falsos positivos” y cerca de 4 millones de desplazados, asociado a la ambición desmedida del poderoso “Don dinero” --que hoy incluso denuncia en su informe sobre los Derechos Humanos en nuestro país el Departamento de Estado norteamericano-- es que mañana puede pronunciarse todo colombiano y colombiana que tenga noción de la dignidad y la decencia y no esté bajo el embrujo de la cínica y criminal “seguridad democrática”, o esté convertido en un rehén de políticas asistencialistas y menesterosas como “familias en acción” y otros subsidios oficiales.

Afortunadamente hay una opción amplia de partidos y candidatos empeñados en depurar la política del crimen, que pasan el escrutinio de su pasado sin que sus manos y conciencias estén ensangrentadas por haber auspiciado formas legales de delinquir, como las Convivir, tan furibundamente promovidas y defendidas por el entonces gobernador de Antioquia y hoy presidente Uribe.

El poder judicial, con la sala penal de la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional, han dado ejemplo de su coherencia en la aplicación de la ley penal y la defensa de la Constitución. La primera ha vinculado penalmente por asociación de políticos con el crimen, mediante la llamada parapolítica, a 86 congresistas, 48 del Senado y 38 de la Cámara. Del anterior número, 14 pertenecen al ahora partido presidencial de la “U”; 15 al partido conservador, adalid de los valores y las buenas costumbres; otros 15 al glorioso partido liberal y 13 más al decente Cambio Radical. Los restantes se distribuyen entre Convergencia Ciudadana, Alas Equipo Colombia; Colombia Democrática; Colombia Viva y Apertura Liberal, que se han mimetizado en nuevas siglas como el PIN y Apertura Liberal-DMG.

Semejante prontuario político criminal da suficientes elementos de juicio para votar conscientemente y no contribuir, por desconocimiento o ingenuidad, a reelegir delincuentes disfrazados de políticos. No hay que olvidar que las elecciones nos dan la oportunidad de ser los jueces de última instancia y que mediante ellas decidimos que valores e intereses serán los que determinan la calidad de nuestras vidas y el tipo de relaciones humanas que tengamos.

Que predominen los valores de la dignidad y la decencia o los del crimen, la ambición y el cinismo, es una decisión irreversible. Por eso seguir retrocediendo en “U” o haciendo pilatunas y pi(n)ruetas no es una opción. La Corte Constitucional prohíbe girar en “U” y las normas de la prudencia y la decencia también. De lo contrario, seguiremos extraviados en el laberinto uribista de la política y el crimen. Mañana tenemos una valiosa oportunidad para empezar a salir del mismo y liberarnos del embrujo de la cínica y criminal “seguridad democrática”.