PETRO ¿UN APRENDIZ DE BRUJO
DE LA DEMOCRACIA?
Hernando Llano Ángel
Apelo a la leyenda del aprendiz de brujo[1],
no en el sentido del poema de Goethe (en alemán, "Der Zauberlehrling"[2])
escrito en 1797, sino por su analogía con nuestra realidad política, pues todo
parece indicar que Petro ha “convocado la ayuda de aliados que no puede
controlar”. Circunstancia que se puso de presente con su reajuste
ministerial, especialmente con la salida del ministro de educación, Alejandro
Gaviria, por su disenso frente a la reforma a la salud en trámite en el
Congreso. En su discurso de ajuste ministerial, el presidente Petro explicó así
su sentido y alcance: “Las reformas
necesitan debate en la sociedad,
consenso en el Gobierno, y después de aprobadas por el Congreso y por la
sociedad misma necesitan mucha determinación para aplicarlas”[3]. Sin
duda, el consenso, como acuerdo unánime entre todos los ministros, es un
presupuesto imprescindible para el éxito de cualquier gobierno, pero todo
parece indicar que es algo muy difícil, casi imposible de alcanzar, en el caso
particular de Petro y el Pacto Histórico. Así sucedió en su gestión como
alcalde de Bogotá, incluso con su antiguo comandante y compañero en el M-19,
Antonio Navarro Wolf, quien como Secretario de Gobierno estuvo solo tres meses
en el cargo. Más allá de las interpretaciones de orden psicológico, que corren
el riesgo de reducir la complejidad de la política a un asunto de
incompatibilidades de caracteres y humores personales, la cuestión puede ser
más grave y tiene relación con visiones programáticas, ideológicas y de orden
táctico referidas al contenido, el cómo y la velocidad para implementar el
cúmulo de reformas que promueve el Pacto Histórico. Un cúmulo de tal envergadura
y calado, cerca de 9 reformas[4],
que parecen augurar más que una simple transición de régimen, una reinvención
de la democracia en clave popular, ecológica y telúrica, imposible de lograr en
escasos 4 años de gobierno. En clave popular y constitucional, porque su
obsesión es avanzar rápidamente hacia una democracia para las mayorías, hasta
ahora excluidas de sus derechos fundamentales consagrados en la Constitución: Propiedad
(artículos 60 y 64[5]); Trabajo
(artículo 53[6]); Salud
(artículo 49[7]);
Seguridad Social (artículo 48[8])
Educación (artículo 67[9])
y vivienda (artículo 51[10]),
los cuales reconoce y promete solemnemente nuestra Constitución y su
fantasmagórico Estado Social de derecho desde el artículo 1. Todos ellos son artículos
nominales y programáticos, pues no se cumplen en la realidad social y económica
de todos los días, esencial para la convivencia democrática y la verdadera
existencia del Estado Social de derecho, más allá del fetichismo
constitucional. En clave ecológica,
porque también la Carta del 91 estableció en su artículo 58[11]
que “la propiedad es una función social que implica obligaciones y como tal le es inherente
una función ecológica”, que reclamaron
con violencia airada, criminal e inadmisible los campesinos en los Pozos, en
San Vicente del Caguán[12],
por el incumplimiento de Emerald Energy y la incapacidad del gobierno de mediar
en forma oportuna y efectiva en dicho conflicto. Y, por último, telúrica,
porque es deber de todos los colombianos “proteger
los recursos culturales y naturales del
país y velar por la conservación de un medio ambiente sano”, según lo dicta el numeral 7 del
olvidado y continuamente violado artículo 95[13],
referido a nuestros deberes y obligaciones como colombianos. El mismo presidente
Petro es consciente de ello y lo expresa claramente en su discurso: “Este Gobierno del Cambio no va a renunciar a
reformar para mejorar la salud, las pensiones y las condiciones laborales
justas para todos los colombianos y colombianas. El objetivo es simple, los cómos y los medios complejos: buscamos
simplemente que cualquier enfermo sea atendido y que se prevenga la enfermedad;
que cualquier persona de edad tenga un bono pensional, que cualquier
trabajadora tenga estabilidad laboral”. Pero es precisamente en los cómos
y los medios complejos donde el presidente Petro se parece más al
aprendiz de brujo que al estadista democrático. En parte, ello sucede porque
Petro confía casi a ciegas, como un brujo, en que basta invocar al Estado y
reformar sus funciones para solucionar problemas y servicios tan complejos como
la prestación de salud a la población. Sin embargo, Petro sabe, como político
curtido en la oposición, que el Estado en Colombia y el sector público es “la
empresa privada de los políticos profesionales”, que la mayoría de ellos
depredan en beneficio propio, de sus clientelas y partidos. Por eso no es
coincidencia que políticos profesionales como Cesar Gaviria, Álvaro Uribe,
Dilian Francisca Toro, Roy Barreras, sus clientelas y respectivas “empresas
electorales”, que ellos llaman partidos, ahora defiendan con tanto ahínco a las
EPS. Pero también es cierto que tan complejo asunto no se resuelve proclamando,
como parece creerlo el Pacto Histórico, que la salud es un derecho. Todos
sabemos que, en el mundo del mercado, en el cual inevitablemente vivimos, la
salud es también una mercancía, si acaso un servicio, pero no tanto un derecho
humano. Un servicio muy costoso que mercaderes como Carlos Palacino[14]
y sus émulos están al acecho para aumentar sus ganancias, contando con la
complicidad de funcionarios corruptos, la explotación de los profesionales de
la salud y los padecimientos de sus clientes, que en innumerables casos no son
reconocidos como personas enfermas con derechos y dignidad. Son simplemente
clientes y contribuyentes. Para completar, los opositores a la reforma
cínicamente proclaman que las EPS son imprescindibles, que prestan un buen
servicio y son insustituibles, casi intocables. Pero todos sabemos que no es
así. Las quejas y los justos reclamos ascendieron a 1.128.122 en 2022, en
promedio cada día la SuperSalud recibió 3.000 quejas por el mal servicio de
salud. “En los últimos cuatro años la SuperSalud ha atendido más de 7 millones
de PQRD, un crecimiento significativo con relación al anterior cuatrienio, que
fue de 3.1 millones, según el reporte de la entidad”[15].
Precisamente por la dificultad del presidente Petro para conjurar todas estas
fuerzas es que corre el riesgo de convertirse en un aprendiz de brujo de la
democracia. Un aprendiz que desata fuerzas incontrolables con su vértigo reformista
y su ligereza de tribuno popular, que imita la gesta de Gaitán con frases
rimbombantes como: “Aquí llegó el momento
de levantarse: el Presidente de la República invita a su pueblo a levantarse, a no arrodillarse, a convertirse en
multitud…que puede tener en sus manos el poder… Si fallamos ¡pasen por encima
de nosotros!”. Lo anterior, termina catalizando fuerzas populares
desesperadas y el oportunismo de organizaciones criminales que generan
violencia, bloqueos de carreteras, vandalismo y asesinatos, para alcanzar sus
objetivos, defender privilegios, rentas ilegales y pescar ventajas en el rio
revuelto de la Paz Total. ¡Qué paradoja!, pasamos de la “Paz con Legalidad” de Duque, que en la realidad fue paz con letalidad,
pues durante su cuatrienio asesinaron 957 líderes sociales y 261
firmantes del Acuerdo de Paz, según INDEPAZ[16],
a la “Paz Total” de Petro, que ya registra este año 23 líderes
sociales asesinados y 2 firmantes del Acuerdo, sumado a bloqueos cotidianos de
carreteras desde el inicio de su gobierno, pues según comunicado de
Fedetranscarga: “No hemos tenido desde la
posesión, un solo día en el que no se
bloquee alguna vía por quienes dicen ostentar el derecho a la protesta
social”[17]. Sin
dejar de mencionar la crítica situación de orden público en el norte del departamento
del Cauca, denunciada tanto por los Ingenios, habitantes de Padilla[18]
y el coordinador nacional de la Guardia Indígena, Luis Acosta[19],
quien alertó sobre el reclutamiento de al menos 150 niños por parte de las
guerrillas del ELN y las disidencias de las FARC y exige el fin del mismo para
el comienzo de la Paz Total. Semejante panorama, demanda del presidente Petro y
su ministro de defensa una política y una estrategia efectiva de seguridad
humana, para no ser aprendices de brujo, evitar que la paz total se diluya y
naufrague en un caos sangriento de letalidad e ingobernabilidad.
[3] https://petro.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/Alocucion-del-Presidente-Gustavo-Petro-230227.aspx
[4] Salud, Laboral, Política, Pensional, Judicial, Carcelaria, Educativa, Energética, Agraria y la holística Paz Total. Un decálogo de reformas históricas imposibles de realizar en 4 años.
[12] https://www.elespectador.com/politica/san-vicente-del-caguan-la-bomba-de-tiempo-que-estallo-con-las-protestas-en-san-vicente-del-caguan/
[16] https://www.infobae.com/america/colombia/2022/08/02/en-el-mandato-de-duque-se-registraron-957-asesinados-a-lideres-sociales-y-261-a-firmantes-de-acuerdo-segun-indepaz/
[17] https://www.infobae.com/colombia/2023/03/03/transportadores-de-carga-exigen-al-gobierno-garantias-en-carreteras-por-constantes-bloqueos/
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