LA POLITICA COLOMBIANA,
SU PENUMBROSA I$LEGALIDAD Y VIOLENTA CRIMINALIDAD
Hernando Llano Ángel
Todo parece indicar que la política en Colombia siempre ha estado signada
por una penumbrosa ilegalidad que, en aquellos momentos críticos que auguran
transiciones y aperturas democráticas, se expresa criminal y violentamente. En
algunas ocasiones, precipitándolas, como aconteció en la coyuntura
constituyente, entre 1989 y 1991, alumbrada y catalizada por tres magnicidios
en línea: Luis Carlos Galán[1],
18 de agosto de 1989; Bernardo Jaramillo Ossa,[2]
22 de marzo de 1990 y Carlos Pizarro Leongómez[3],
26 de abril del mismo año. Entonces se desató un proceso constituyente que
engendró una Constitución con un doloroso y vergonzoso estigma, el artículo 35,
que prohibía la extradición de colombianos por nacimiento. Sin duda, la
violencia terrorista de Pablo Escobar y los llamados extraditables, doblegó a
un Estado débil y carcomido en sus entrañas por la corrupción, quedando la
voluntad de la mayoría de los delegatorios en la Asamblea Nacional
Constituyente sometida al chantaje terrorista. Entonces, César Gaviria Trujillo
como presidente de la república promovió la llamada política de “sometimiento a
la justicia”[4], que a
la postre terminó siendo lo contrario. Sobre todo, después de haber creado las
cooperativas de seguridad llamadas “Convivir”[5],
la metamorfosis teratológica de los PEPES, rápidamente convertidos en AUC y
paramilitares, hasta llegar hoy a sus descendientes más longevos, las
Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Es decir, hay un hilo ininterrumpido de
criminalidad política hasta nuestros días, que hoy busca romper y someter el
gobierno del Pacto Histórico con su estrategia de Paz Total. Tras los tres
magnicidios, todos los sabemos, estuvo públicamente la violencia codiciosa e
inescrupulosa del narcotráfico, amalgamada con el poder corrupto de cierta
elite política tradicional, hoy camuflada bajo numerosas siglas de facciones
que recorren todo el espectro político partidista y el de organizaciones armadas
ilegales, que se disputan a muerte vastas áreas del territorio nacional por el
control de economías ilícitas. A ello hay que sumar la criminal impunidad de
miembros de la Fuerza Pública y agencias de inteligencia del Estado, como el
DAS, F-2 de la Policía y B-2 del Ejército, que entonces no fueron oportunamente
investigados. Todo ello, lo sabemos ahora, terminó con la condena de dos
figuras descollantes de la política y la investigación judicial, Alberto
Santofimio Botero y Miguel Maza Márquez, entonces director del DAS. Pero muchos
otros responsables de semejante hecatombe se han resguardado en la sombra de la
impunidad. Por eso vale la pena volver a leer apartes de la carta que escribió
desde la cárcel José Ever Rueda Silva, conocido como el hombre de la pancarta[6],
previendo su asesinato: "Si llegado
el caso me asesinan, ya que soy la última persona que me encuentro detenida,
porque a casi todos mis compañeros los han asesinado por estar comprometidos en
el caso del doctor Galán, dejo este escrito para que mi mamá, Lilia Silva, lo
entregue a la justicia en el caso de que no alcance a confesar ahora en julio
que empieza a funcionar la Fiscalía". Y allí reveló cuestiones tan
escalofriantes como inverosímiles, pues con un par de hermanos medios comenzó
en la guerrilla, pero luego fueron reclutados por las autodefensas de Henry
Pérez y Gonzalo Rodríguez Gacha, el mexicano, y “poco a poco nos fueron dando
trabajo para hacer vueltas hasta que nos ganamos la confianza de los patrones. Nos llevaron a hacer el curso en la
escuela de entrenamiento 'la Cuarenta'. Duramos tres meses. Después nos enviaron a Bogotá a hacerles la
guerra a los de la UP (Unión Patriótica) ... Nuestro enlace principal,
ordenado por 'El Mexicano' y Henry Pérez, era el teniente Flórez, quien dirigía la red de inteligencia del B-2 de la
Decimotercera Brigada, así que operábamos con carné de esa brigada. Por eso
tuvimos éxito en la muerte del doctor Galán, del doctor Teófilo Forero y
Antequera, la bomba de 'El Espectador' y la muerte del hijo de Víctor
Carranza". También reveló los vasos comunicantes del narcotráfico y
las autodefensas con destacados líderes políticos: “Conocimos además a Justo Pastor Perafán, a la Reina de la coca, a
Ángel Gaitán Mahecha, a Santofimio
Botero, a Hernando Durán Dussán
y a Humberto Madero”. Y ya en la
ejecución del magnicidio de Galán: "Todo
consistía en que Jaime se infiltrara junto a la tarima con su carné del B-2 y con la ayuda de los dos escoltas torcidos
del doctor Galán. Todos debíamos usar un sombreo blanco. Mi misión era
meterme junto a ellos y tenía que tener una pancarta para disimular y al mismo
tiempo con una pistola haría tiros después de que Jaime le disparara al doctor
Galán. Esto con el ánimo de crear pánico y que la gente corriera para así poder
escapar. Los Chávez, Enrique y Orlando se instalarían en la entrada de Soacha
para hacer hostigamiento, el sargento
Herrera, que trabajaba con Flórez en la Brigada, nos recogía a los Chávez,
a Piña y a mí, para no tener problema, aunque todos portábamos carné del B-2. El combo de Poca Pena también se
instalaría a la entrada de Soacha, con eso, si no se lograba matar al doctor,
ellos le dispararían un 'rocket' al carro en que sacarían al doctor Galán. Y
los otros muchachos se instalaron dentro de una volqueta para entrar a rematar,
todos con armas largas. Mi hermano nos decía: tómense un aguardiente, pero no
se emborrachen que ya casi llega el paciente. Eran como las 6 y media de la
tarde. Así lo matamos". Y, paradójicamente, con ello lograron
posteriormente los extraditables su máxima aspiración política y criminal, la
prohibición de la extradición por vía constitucional. Ahora parece que estamos
frente a un pulso parecido entre el Gobierno y las Autodefensas Gaitanistas y
los llamados “Grupos armados organizados con alto impacto criminal”, objeto de
sometimiento a la justicia y no de negociación política, según la ley 2272[7]
o de Paz Total. Así se desprende de la carta de Salvatore Mancuso[8]
al presidente Petro, en la que insiste en equiparar las Autodefensas
Gaitanistas con el ELN, pues considera que es un imposible definir “con precisión y equilibrio su carácter
político con el nivel de degradación de los conflictos armados”, así como
temerario hacerlo “por un criterio
exclusivamente ideológico”, válido para el ELN y las disidencias de las
FARC. Añade, además, que ambos grupos “tienen control territorial real y suplantan
al Estado en muchos lugares del país y son un actor político en esas regiones”,
como lo vemos hoy con el paro minero en el bajo Cauca antioqueño[9].
Y advierte que no se pueden repetir errores como los cometidos por el presidente
Álvaro Uribe con las AUC que fueron desmovilizadas “para luego dejarlas a
merced de la inseguridad jurídica y física”. Por último, fustiga el intento del
gobierno de rehabilitar políticamente a Iván Márquez y a la “Nueva Marquetalia”
porque su carácter político “se diluyó cuando entró de lleno en el
negocio del narcotráfico”. En fin, todo lo anterior, corrobora la
simbiosis entre política, criminalidad e ilegalidad, que hoy tiene su correlato
en el mundo de la competencia electoral y la vida familiar con protagonistas de
la política institucional y personajes como Nicolás Petro[10]
y Aida Merlano[11], así
como ayer lo fue con el proceso 8.000 y la parapolítica. Razón tenía García
Márquez cuando en su Proclama por un País al alcance de los niños escribió: “Somos
conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los
síntomas mientras las causas se eternizan”, por eso vivimos en una “encrucijada
de destinos que ha forjado una patria densa e indescifrable donde lo
inverosímil es la única medida de la realidad”. La encrucijada de la
política atrapada en un penumbroso laberinto de i$legalidad y violenta
criminalidad, que este gobierno pretende liberar con la Paz Total.
[5]https://es.wikipedia.org/wiki/Convivir_(cooperativas_de_vigilancia)#:~:text=Las%20cooperativas%20de%20vigilancia%20y,forma%20remunerada%20a%20una%20comunidad
[8]https://www.semana.com/nacion/articulo/salvatore-mancuso-pidio-al-gobierno-petro-y-al-congreso-una-audiencia-publica/202355/
[9] https://www.semana.com/nacion/articulo/se-complica-paro-minero-en-el-bajo-cauca-queman-ambulancias-y-maquinaria-pesada/202331/
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