Un relato más allá del Amor y la Amistad
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Hernando Llano
Ángel
A propósito del día del Amor y la
Amistad, les comparto este relato que dejó olvidado una pareja de amantes en
una mesa de la Librería Nacional en la avenida Circunvalación de Cali. Salí
rápidamente detrás de ellos para devolverlo a sus protagonistas, pero
desaparecieron como amantes furtivos. Espero que mañana no me demanden por
revelar su apasionante historia, que transcurre más allá del día del Amor y la
Amistad y lleva por título “A su manera”:
A SU MANERA
“Ella no lo engañaba, pero le
mentía con frecuencia. Como esposa, no lograba amarlo con cuerpo y alma. Pero
lo amaba a su manera, de vez en cuando, alterando la rutina conyugal. Él, como
buen esposo, no le mentía, pero a menudo la engañaba, sin dejar de amarla.
Algunas veces la poseía con el furor y la pasión que desfogaba con sus amantes
ocasionales en sórdidos moteles. Pero, como ejemplar esposo, cada noche volvía
a casa y dormía feliz junto a ella. Al despertar cada mañana la besaba
tiernamente. Le era fiel a su manera. Igual le sucedía a ella, que rara vez se
le entregaba en cuerpo y alma. En las noches ella esquivaba su lasciva pasión y
solo deseaba su tierno beso en la mañana y que le llevara temprano el café a la
cama. Ambos eran felices y desdichados a su manera. Y así continuaron hasta que
él descubrió la amargura insondable de ella y sus entregas complacientes. Sé
dio cuenta que ella cedía con resignación a su deseo de esposo, siempre al
acecho como una fiera en celo, ajeno por completo a su piel delicada e
insatisfecha y a los pliegues secretos e ignorados de su pasión femenina. Ella
también comprobó la infelicidad frecuente de él, la frustración de su pasión brutal
y sus tristes mentiras de esposo fiel. Sus fugas frecuentes del trabajo y su
celular siempre apagado. Hasta que un día, después de tomar café en la librería
Nacional, mirándose a los ojos, ambos se despojaron de tanta mentira.
Decidieron dejar de ser esposos desdichados y empezaron a ser amantes felices,
cada uno viviendo por su lado, realizando con otros y otras sus deseos y
fantasías prohibidas, sin engañarse más como esposos ejemplares. Desde entonces
comparten sus pasiones y son cómplices fieles. Disfrutan en casa todas las
mañanas el café en la cama, sin celos ni reproches. Se cuentan con detalle los
placeres que descubren con sus amantes fugaces y luego los comparten como
fieles esposos durante los fines de semana. Se reservan solo para ellos la
felicidad y el placer de esa complicidad prohibida, burlándose sin
remordimiento de sus respectivos amantes, desechados como juguetes eróticos.
Cada uno aporta al otro las delicias que ha disfrutado durante la semana con su
amante efímero, burlando la rutina de los días y los tediosos deberes del
trabajo, en rápidos y placenteros encuentros. Así han descubierto, entre el
vértigo y la pasión, una nueva forma de conocerse y disfrutarse, cada uno a su
manera. Viven juntos más allá de las convenciones sociales que los condena y
envidia su felicidad de amantes. Sus familias, amigos y vecinos repudian esa
vida licenciosa que llevan y desafía la desdicha cotidiana de los matrimonios
fieles y normales, ajenos al goce y el placer de esa libertad lujuriosa. Ambos
se reconocen, con cierto orgullo, como cómplices subversivos que perpetran el
inconfesable crimen de amarse sin traicionarse ni mentirse. Un crimen que
conlleva cierto sacrificio, pues deja sobre sus cuerpos las huellas del goce de
un éxtasis que los consume con fruición y llena sus almas de angustia, soledad
y compasión. Por eso han decidido ignorar las miradas de censura de sus amigos
y familias, que no entienden como pueden vivir juntos y ser felices amándose de
esa manera tan extraña y escandalosa. Ellos les responden, con ironía, que lo
hacen precisamente por dignidad[1],
como el amante de la canción de Serrat”. Hasta aquí el relato olvidado por la
pareja de esposos y amantes felices, que hago público, revelando en forma
inescrupulosa la intimidad de sus vidas. Espero que mis contados lectores no me
repudien por haber abandonado en esta fecha el campo de la política y publicar
un relato anónimo tan sórdido. Pero es que en la política el amor no tiene
lugar, es frecuentemente traicionado y contrariado. Ha sido polarizado por los
extremos de la pasión, los prejuicios y los odios. La política en nuestro país
no es un lecho de rosas sino un lupanar de ambiciones e intereses donde sus
protagonistas suelen odiarse y rara vez se reconocen con respeto y dignidad. Entre
nosotros, la hemos dejado convertir en una brutal actividad donde no hay cabida
para la seducción y menos la persuasión, pues los políticos más admirados,
amados, votados y exitosos son aquellos que mienten y engañan con mayor cinismo
y naturalidad parar esquilmar y violar solemnemente a su amada Patria. Y todo
lo hacen en nombre de sus cándidos electores, prometiéndoles la paz, la seguridad
y la prosperidad, como suele suceder en tantos matrimonios felizmente celebrados.
Ojalá en las próximas elecciones del 2022 esos electores mayoritarios e
ingenuos repudien a tantos abusadores y defraudadores de la confianza ciudadana
y no elijan a quienes les mienten, engañan y maltratan. A quienes los atan y
amarran con los lazos del clientelismo y el asistencialismo para someterlos a
su voluntad y perversidad, como sucede con las amantes víctimas y sumisas que
abundan en la literatura y el cine erótica de moda. Que no se dejen seducir por
eso farsantes y amantes que siempre apelan a la defensa de sagrados valores
como la fe, la tradición, la familia y la propiedad y contratan publicistas
políticos extranjeros que rondan[2] en
estos tiempos de campañas presidenciales. Profesionales en propalar el miedo,
las mentiras y el odio contra sus adversarios a quienes estigmatizan como ateos,
terroristas y populistas, solo para promover el triunfo de sus patrocinadores,
verdaderos proxenetas del interés público, traficantes de privilegios
personales, empresariales y corporativos tras los cuales se camuflan el crimen
y la corrupción, como acontece en el escándalo y la defraudación de cerca de 70
mil millones del erario en el caso de MINTIC[3]
que bien puede ser el acrónimo de Mentiras, INcompetencia, Tramparencia,
Impunidad
Cacocrática.
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