¿De la Consulta
Popular a la confrontación nacional? (I)
Hernando Llano Ángel.
La
Consulta Popular es mucho más que un mecanismo de participación ciudadana para
decidir sobre el tipo de relaciones laborales entre trabajadores y empleadores,
entre obreros y patronos, en fin, entre el trabajo y el capital. Por la forma
en que el presidente Petro la está promoviendo, especialmente en sus discursos
de radicación de la Consulta en el Senado y en la conmemoración del 1 de mayo
en la plaza de Bolívar[i], se ha convertido en un
pulso entre el Ejecutivo y el Congreso en donde todos podemos perder. Incluso,
va más allá. Ha convertido la Consulta en una puesta en escena melodramática donde
esta falaz democracia queda desnuda, exhibiendo sus mentiras e imposturas. En
alguna ocasión un excelente maestro de la democracia, Estanislao Zuleta, fue
invitado por los desmovilizados del M-19 a darles una conferencia en Santo
Domingo (Cauca) y allí les dijo: “la democracia es la cátedra viva de la
política para los pueblos”. Ignoro si el entonces joven Gustavo Petro
estuviera presente, pero por sus excesos retóricos contra sus opositores y la
forma como promueve la Consulta, me quedan dudas.
La democracia, una
asignatura pendiente
Una
cátedra que, a decir verdad, los colombianos estamos todavía por aprobar, pues
no hemos tenido suficientes buenos maestros y mucho menos hemos sido, como
ciudadanos, estudiantes responsables. Tampoco hemos tenido instituciones
representativas donde se pueda cursar y valorar, pues las ramas del poder
público han sido carcomidas por la corrupción. Se han convertido en entramados
de impunidad para beneficio de contratistas privados, financiadores de campañas
electorales y hasta guarida de delincuentes que pasan de la curul a la cárcel,
por su asociación con grupos paramilitares, como aconteció en la parapolítica y
lo demuestra claramente el portal de Verdad Abierta[ii]. En fin, entre nosotros la democracia no ha
sido una cátedra para la vida sino para la muerte, una sangrante mentira.
“Democracia tanática”
En
su falaz nombre se siguen librando combates y guerras cuya primera baja ha sido
y es nuestra civilidad. Es decir, la negación de nuestra capacidad para
deliberar y concertar acuerdos que resuelvan sin violencia los principales
conflictos sociales y económicos que nos dividen y desgarran. Se presume que
los líderes políticos en el Congreso, en representación de los diversos
intereses de la ciudadanía, son los maestros encargados de tramitar y resolver
dichos conflictos sin violencia. Pero sucede todo lo contrario. Hasta el punto
que todavía sus líderes protagónicos no comprenden que la democracia presupone
para su existencia el ejercicio de la política como paz, sin convertirla en un
campo de batalla, así sea simbólico, precedido de palabras, discursos y narrativas
que llaman a la derrota y el aplastamiento del contrario en las urnas. De
alguna forma, para esos líderes la democracia no es otra cosa que la
continuación de la guerra en las urnas. Así lo demostraron Juan Manuel Santos y
Álvaro Uribe cuando convirtieron, mediante un plebiscito, un Acuerdo de Paz en
la continuación indefinida y degradada de esta guerra[iii]. Una guerra donde ya es
imposible discernir la política del crimen y la rebelión de la codicia, por eso
la “Paz Total” ha derivado en un fracaso letal. Hoy lamentamos que entonces ni
siquiera Santos y Uribe, como tampoco sus asesores y el alto comisionado de
paz, Humberto de la Calle, hubiesen estado la altura del artículo 22 de la
Constitución Política, que les mandaba: “La paz es un derecho y un deber de
obligatorio cumplimiento”. Por lo tanto, el Acuerdo no requería
refrendación popular alguna. Bastaba con cumplir la Constitución. Menos lo comprendieron
aquellos ciudadanos que salieron a “votar verracos”[iv] contra un Acuerdo de Paz
por asuntos que no contemplaba, pero que sibilina y mezquinamente ciertos
líderes, supuestamente democráticos y de centro[v], utilizaron para azuzar
sus miedos, odios, intereses, prejuicios y hasta piadosas creencias religiosas,
exacerbadas desde los pulpitos por fanáticos pastores.
De urnas y tumbas
Por
eso, en medio de nuestras periódicas elecciones, las urnas no dejan de ser
tumbas para muchos candidatos[vi] y para miles de líderes
sociales y defensores de los derechos humanos[vii], sin los cuales no
existe la democracia. Y, para prolongar ese clima de belicosidad electoral
propia de una “democracia tanática, violenta y homicida” (oxímoron brutal), ahora
parece que la Consulta Popular, núcleo de la paz social en las siempre
conflictivas relaciones entre el trabajo y el capital, va inscribirse en esa
misma dinámica de confrontación y aniquilación entre ciudadanos partidarios y
adversarios. Ya lo denunciaba el presidente Petro en su discurso en la Plaza de
Bolívar, al solicitar un minuto de silencio en memoria de Alberto Peña Miranda,
militante de Colombia Humana, que “haciendo
perifoneo, megáfono, invitando a la marcha en una moto, fue asesinado por los ejércitos del narcotráfico”[viii]. Pero el presidente, dejándose
llevar por la emoción y su retórica encendida, llegó al extremo del silogismo
maniqueísta y lanzó una grave acusación contra el Congreso y el senador liberal
Miguel Ángel Pinto: “Alberto es el primer
muerto, gracias a las decisiones de ese Congreso. A Alberto lo matan por Pinto, por haber negado el tránsito de la Ley de
la Reforma Laboral. Y aunque no lo ordenó, la sangre de Alberto hoy la ensucia
a usted y a su familia”. Cargo por el cual el senador Pinto anunció
acciones legales contra el presidente Petro por “irracionales aseveraciones”[ix]
Una macabra puesta en
escena
De
alguna forma, el discurso presidencial terminó sumándose a la macabra puesta en
escena del Congreso, que fustigó con justicia: “No entiendo por qué donde trabajé 20 años, el Congreso de Colombia,
hoy está rodeado de negro. ¿Qué es eso? ¿Qué significa? ¿A quién se le ocurrió
la idea? Colocar toda la fachada del Congreso como si esa institución no fuese
constituida por el voto popular, como diciendo 'les damos la espalda, no los oímos, no queremos quedarnos allá,
guardados, escondidos, quizás con miedo'. Pero cayó en la misma lógica
macabra que criticaba al anteponer “la
bandera roja y negra de Bolívar frente al negro del Congreso, porque me parece
simbólico. Aquí la bandera roja y negra
está con el pueblo. Allá, rodeada por la mortaja negra. Están dizque 'los
representantes del pueblo'. ¿Qué significa la bandera? Esa bandera la hizo
Simón Bolívar… ¿Por qué roja? ¿Y por qué negra? Porque el negro es la muerte y el rojo es la libertad. Significa esta bandera libertad o muerte.
El pueblo de Colombia vuelve a levantar esta bandera para que no nos tomen por
pendejos… ¡Ha llegado la hora del
pueblo! Llegó la hora de la democracia. Llegó la hora de la República y está en
manos del pueblo. Por eso se esconden allá, entre la mortaja negra, y nos
obligan a levantar la bandera de la libertad o muerte, la bandera del pueblo de
Colombia hoy”. Afortunadamente, a renglón seguido, modera esa retórica belicosa
y precisa: “Y no porque nos vamos a una guerra. Ya venimos de ella, ya estamos
cansados de ella. Es porque queremos que se sepa que estamos decididos, que
hay un presidente de Colombia, comandante en jefe de la Fuerza Pública de
Colombia y elegido por el voto popular, que está decidido a que haya democracia en Colombia, o aquí cambiamos
entonces las instituciones”. Vuelve así el presidente Petro a retomar la
senda del poder constituyente popular que desafía el poder constituido del
Congreso, para culminar con un llamado a la reconciliación entre ambos, previa
aprobación del Senado de la Consulta popular y sus 12 preguntas, puesto que “No arreamos las banderas. Que el Senado de
la República ordene quitar la mortaja negra. El Congreso de Colombia no tiene
que encerrarse temeroso a nada, porque el
Congreso de Colombia lo que tiene es simplemente que dialogar con su propio
pueblo. No son enemigos.
Simplemente hay que aceptar que el
Congreso de Colombia le obedece al pueblo de Colombia”.
“Democracia” de suma
cero
[i] https://www.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/Palabras-del-presidente-Gustavo-Petro-durante-la-movilizacion-del-1-de-mayo-en-respaldo-a-la-Consulta-Popular-250501.aspx
[iv] https://www.elcolombiano.com/colombia/acuerdos-de-gobierno-y-farc/entrevista-a-juan-carlos-velez-sobre-la-estrategia-de-la-campana-del-no-en-el-plebiscito-CE5116400
[v] https://www.elcolombiano.com/colombia/alvaro-uribe-regana-a-juan-carlos-velez-por-entrevista-a-la-republica-sobre-campana-del-no-YE5116643
[vi] https://www.infobae.com/colombia/2023/07/19/26-homicidios-y-20-atentados-contra-candidatos-se-han-registrado-previo-a-las-elecciones-regionales/
[vii] https://www.elespectador.com/judicial/en-ocho-anos-han-sido-asesinados-mas-de-1400-lideres-sociales-segun-la-defensoria/
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