PETRO, ENTRE TRANSICIONES
HISTÓRICAS Y TRANSACCIONES PRAGMÁTICAS
Hernando Llano Ángel.
Transcurridos un poco más de 80 días de Petro en la Presidencia y del Pacto
Histórico en el Congreso, queda claro que durante estos cuatro años nos
debatiremos entre transiciones históricas y transacciones pragmáticas, como
fórmula de gobernabilidad predominante. Una fórmula que demandará a Petro un
esfuerzo constante por conciliar sus obsesiones programáticas y trascendentales
metas históricas, como la Transición Energética[1]
y la Paz
Total[2],
con enormes dosis de pragmatismo económico y social. Metas históricas
imposibles de alcanzar en 4 años. Lo estamos viendo en sus transacciones de la
reforma tributaria en el Congreso, cuyo objetivo de justicia tributaria cada
vez se diluye y aleja más, pues ya retiró el impuesto a las pensiones de más de
15 millones mensuales, lo que constituye una claudicación vergonzosa. Pero solo
así puede asegurar gobernabilidad, contener el miedo y el sabotaje de los
defensores a ultranza del statu quo que, bajo el falaz argumento de la defensa
de la democracia y el Estado de derecho, resguardan sus privilegios intocables.
Petro asume, entonces, el riesgo de incumplir metas sociales, aumentar la impaciencia
y la frustración popular[3],
que incluso puede desembocar en oleadas esporádicas de protestas sociales
violentas. Sin duda, tal es el mayor desafío que enfrenta todo gobernante que
sea algo más que un simple administrador y contemporizador de la actual
decadente y violenta cacocracia[4],
sustentada en la simbiosis de la política con la criminalidad, la ilegalidad,
la corrupción y la inequidad social. Para desmontar semejante entramado de
privilegios e intereses, Petro y el Pacto Histórico están empeñados en el logro
de la Paz Total. Una paz que pretenden alcanzar mediante la
integración de la paz política con la paz social, que sería el producto de las reformas
tributaria, agraria y laboral, sumadas a la paz ambiental con la transición
energética y el eclipse progresivo del petróleo y el carbón. Recursos
energéticos por ahora insustituibles, proveedores de cuantiosos ingresos
fiscales que precisa para cumplir con las políticas y reformas sociales que
contendrá el Plan Nacional de Desarrollo[5],
avalado en los publicitados Diálogos Regionales Vinculantes. [6]De
allí, sus anuncios de nuevos contratos para la exploración petrolera y de gas,
probablemente más exigentes en cuanto a la conservación del medio ambiente y el
respeto al entorno de las comunidades afectadas, así como beneficiarios de un tratamiento
tributario menos gravoso para estimular nuevas inversiones. De esta forma
tratará de equilibrar, como un funámbulo en la cuerda floja de la
gobernabilidad, sus proyectos de transición energética con el pragmatismo y el
realismo que demanda el modelo energético extractivo predominante,
insustituible en el corto plazo.
Petro ¿De gobernante a
estadista?
Si Petro logra combinar e integrar sus metas de mediano y largo plazo,
tanto en la búsqueda de la Paz Total como en la Transición
Energética, no solo garantizará la gobernabilidad democrática durante
su cuatrienio, sino que estará más cerca de alcanzar dichos objetivos
históricos. Objetivos que le permitirían ir desmontando progresivamente este
régimen electofáctico[7]
y su respectivo Estado cacocrático. De lograr semejante proeza histórica, Petro
dejaría un legado de estadista a quienes lo sucedan, pues habrá sentado las
bases para desarticular este entramado de patrones persistentes que prolonga
hasta nuestros días un conflicto armado interno. Un conflicto que nos degrada y
debería avergonzarnos a todos, especialmente a sus negacionistas y máximos
responsables institucionales e ilegales, como bien lo demostró el Informe Final[8]
de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no
Repetición. Un entramado donde se entrecruzan y refuerzan factores persistentes
que perpetúan el conflicto interno como la relación de la política con las
armas, con el narcotráfico y con la corrupción administrativa, sumada a la
codicia de conspicuos empresarios y banqueros, que forman el actual nudo
gordiano de criminalidad, ingobernabilidad e impunidad. Un nudo que nos impide
vivir dignamente y forjar una auténtica democracia, despojada de taras y
atavismos culturales y políticos como el racismo, el clasismo, el machismo y la
devastación de la naturaleza, que refuerzan cotidianamente esta frenética y
absurda forma de vivir que condena a millones a la violencia social de la
exclusión económica y a miles de colombianos y emigrantes a los confines de la
criminalidad y la degradación de nuestro sistema carcelario. Para liberarnos de
ese entramado, no solo se precisará audacia y prudencia del actual gobierno,
sino también responsabilidad, paciencia, sacrificios y civilidad de toda la ciudadanía,
sin dejarnos arrastrar por los promotores de la polarización y la confrontación
violenta, que abundan en ambos extremos del espectro político. En la extrema
derecha, exigiendo a la Paz Total una justicia draconiana imposible de
alcanzar, pues de cumplirse también cobijaría a quienes fueron máximos
responsables en el pasado del auge del paramilitarismo y la parapolítica,
fenómenos todavía existentes al lado del narcotráfico, las Autodefensas
Gaitanistas, el ELN, las disidencias de las Farc y la Nueva Marquetalia. Y, en la extrema izquierda, a quienes exigen
con impaciencia la paz con justicia social, presionando al gobierno actual a
mayores concesiones y casi a realizar la revolución por decreto, como llamaba
López Michelsen a las pretensiones de la desmovilizada Farc-Ep, que hoy desde
el partido Comunes está comprometida con la democracia, no obstante haber sido
asesinados 316 de sus miembros hasta el 13 de agosto de 2021, según el
siguiente informe de la JEP[9],
115 de ellos en los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño, nuestra
martirizada región.
[1]https://resourcegovernance.org/blog/colombia-desafios-para-transicion-energetica-propuesta-por-presidente-petro
[3]https://elpais.com/america-colombia/2022-10-24/los-jovenes-de-las-protestas-le-reclaman-al-nuevo-gobierno-no-nos-esta-escuchando.html#?rel=mas
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