¿HACIA UNA GOBERNABILIDAD DESPETRIFICADA?
https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/hacia-una-gobernabilidad-despetrificada
Hernando Llano
Ángel.
El discurso del presidente Petro
en la instalación del Congreso, el pasado 20 de julio[1],
da píe para preguntarnos si estamos en el comienzo de una gobernabilidad
despetrificada. Tal parece ser por su tono y contenido, al insistir que es el “momento
de un acuerdo nacional”. Despetrificar la gobernabilidad significa de
parte del Ejecutivo tener mayor flexibilidad para que fluyan acuerdos en torno
a sus principales reformas, incorporando en ellas demandas de otras fuerzas
políticas, sociales, económicas y culturales, sin que ello implique renunciar
al proyecto reformista socialdemócrata que lo anima. Es un enorme desafío de
concertación, pues pone a prueba la capacidad política del Pacto Histórico y de
las diversas fuerzas de oposición para alcanzar acuerdos que permitan el
ejercicio de una gobernabilidad democrática, sin que ella naufrague en medio
del obstruccionismo de una oposición enrocada en la defensa a ultranza del
statu quo y sus enormes beneficios sociales y económicos. Beneficios que
profundizan las desigualdades y las conflictividades sociales, pues sin duda se
requieren reformas históricas que transformen el paisaje insoportable de inequidad
e inseguridad que predomina en el campo y la mayoría de nuestras ciudades, si
en verdad esa oposición de derecha quiere alcanzar la cohesión y convivencia
social que tanto pregona. De lo contrario, lo único que logrará será
profundizar las brechas sociales que catalizan la ilegalidad y la criminalidad,
en las cuales crece el magma de las erupciones y los estallidos sociales, como
sucedió con la fallida reforma tributaria de Duque-Carrasquilla[2].
Esa derecha debería recordar una prudente sentencia atribuida a un pontífice,
posiblemente Juan XXIII, que reza: “La seguridad de los ricos es la
tranquilidad de los pobres”, tranquilidad inexistente si crece el
desempleo, el hambre y la marginalidad, que aumentan el caldo de cultivo de la
frustración y el resentimiento aprovechado por la delincuencia organizada y la
criminalidad de alto impacto. Pero también demanda de parte del gobierno
despojarse de ese voluntarismo mesiánico, casi siempre acompañado de una
retórica presidencial desbordada, según la cual si no se acogen plenamente sus
reformas no habrá salvación nacional, apelando para ello al furor de sus
críticas contra el empresariado y el neoliberalismo depredador del actual
capitalismo petrolizado y carbonizado de las energías fósiles. Al respecto,
varias expresiones de su discurso en la instalación de la legislatura 2023-2024
expresan una rectificación de ese estilo grandilocuente de tener siempre la
razón e ignorar las voces de la oposición y las ejecutorias del anterior
gobierno, como son las siguientes:
1-
“El prejuicio no lleva sino a una muy mala
política y, en general, a los desastres
de las naciones; sino que tiene que ver con el análisis, que tiene que ver
con la razón, que tiene que ver con el
entendimiento que, al final, es lo específicamente humano, lo que nos
separa de los demás seres vivos, de los animales”.
Al respecto, habría que reconocer que son dos los grandes
prejuicios que más dificultan alcanzar acuerdos alrededor de reformas como las
de Salud, Laboral y Pensional, pues los consensos en este campo son imposibles,
incluso contraproducentes. El primer prejuicio es la presunción ingenua del
gobierno de considerar que lo público en sí mismo garantiza mayor equidad
social, ignorando los efectos desastrosos del clientelismo, la corrupción y la
incompetencia que predominan en la competencia política y en muchos
funcionarios públicos, que han interiorizado la funesta expresión: “el
sector público es la empresa privada de los políticos”. Refrán que
algunos conjugan con destreza desastrosa para el bien público y en beneficio de
sus electores, empresarios financiadores y copartidarios, como los exsenadores
Ñoño Elías[3] y
Mario Castaño[4],
para no hablar de la injerencia determinante de los grandes capitales legales,
Odebrecht[5],
Aval y los ilegales del narcotráfico como los del Ñeñe Hernández[6] en
las campañas presidenciales y en el triunfo de sus patrocinados. Y el segundo prejuicio invencible es el de la oposición,
compartido por millones de “ciudadanos de bien” que creen, con la fuerza de un
dogma indiscutible, que la empresa privada y la iniciativa particular garantizan
por sí solas mayor igualdad, transparencia y eficiencia en beneficio de toda la
sociedad, cuando en la realidad suele suceder lo contrario, como lo demuestran
muchas EPS del sector de la salud, siendo SaludCoop y Carlos Palomino[7]
los mejores y peores exponentes, con el desvío de cerca de 1.4 billones de
pesos a sus bolsillos, según la Controlaría de entonces. Ese maniqueísmo
simplista y falso de cada una de las partes, plateando como un dilema
insalvable, impide análisis rigurosos sobre la complejidad de la política y la
administración pública, que siempre deberían tener presente el aserto lapidario
de Lacordaire: “Entre el fuerte y el débil, es la libertad la que oprime y la ley la
que libera”. La segunda alusión del presidente Petro en su discurso, está
referida a la búsqueda de mayor equidad social a través de las reformas:
2-
“Unas
condiciones mayores de equidad social nos pueden llevar a la paz. Allí hay una
ventana de oportunidad. Yo creo que es
el momento de la Reforma Social. Es el momento, y sabemos que no lo vamos a conseguir de la noche a la
mañana, que esta sociedad sea más igualitaria. Por tanto, es el momento de un Acuerdo Nacional…Yo invitaría a
quienes hasta ahora han dirigido el país, social, económica,
cultural y políticamente, a convencerse que es un momento de ceder;
que precisamente para aprovechar la que la vida del mundo nos está arrojando en
términos de desarticularnos de la mafia, oportunidad del narcotráfico y de las
economías ilícitas, es el momento de
ceder para construir un país más equitativo en el mundo laboral, en el mundo
productivo, en las distribuciones del presupuesto público hacia la educación,
la salud, etcétera, que aquí tanto se ha discutido.”
Igualmente, ambas partes, Gobierno y Oposición, tienen
que aprender a ceder, para forjar una democracia de suma positiva, donde todas
las partes ganen en derechos y oportunidades, empezando por las mayorías que no
los tienen en sus precarias vidas cotidianas, en lugar de persistir en una
democracia de suma nula, donde unas minorías siempre ganan y el resto pierde.
Ello implica aprender a concertar en beneficio de interés generales y públicos,
como lo manda la Constitución en su artículo primero[8] y
es lo propio de un Estado Social de Derecho y de una “democracia participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el
trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia
del interés general”, lo que lamentablemente no sucede en nuestra
realidad social. Y, por último, en un asunto del cual depende la vida de toda
la humanidad, como es la transición energética:
3-
“En
transición energética tenemos unos datos. Se ha debatido aquí, me ha costado
una ministra excelente. Los datos al día de hoy, de lo que hemos podido hacer, -heredamos un balbuceo indudable pero
cierto del Gobierno anterior, que ya había captado la necesidad de esta
transición-…Allí están 134 empresas ¿Qué significa eso? ¿Cómo podríamos,
con lo ya hecho, si lo hacemos bien de aquí en adelante, garantizar que la
matriz energética de Colombia sea limpia 100 %, porque a estos 8.3 gigas asignados hay que sumarle los que asignó (el
expresidente Iván) Duque”.
Que es nada menos que construir sobre lo construido,
reconociendo a cada quien lo que le corresponde, dejando atrás ese síndrome de
adanismo[9]
gubernamental, que pretender inventar de nuevo el mundo empezando desde cero.
Algo que le acontece a este gobierno en la “Paz Total”, pues olvida un axioma
de la realpolitik expresado en el siglo XVII por Thomas Hobbes[10]: “Los
pactos que no descansan en la espada no son más que palabras, sin fuerza para
proteger al hombre, en modo alguno”. Por eso no tiene sentido que el presidente
Petro afirme: “Hemos hecho el proceso de
paz con el ELN y avanza. Hoy hay un cese al fuego en todo el país con el
Ejército de Liberación Nacional. Eso ha traído como resultado una disminución sustancial, comparando el
número de bajas del Ejército y de la Policía de este año, respecto al año
pasado del 60 % y del 55 %”, cuando en la realidad la cifra de líderes
sociales asesinados hasta el 17 de julio es de 91 y de firmantes de la paz de
22, según lo registra con nombres propios Indepaz[11].
[1] https://petro.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/Palabras-del-Presidente-Gustavo-Petro-en-la-instalacion-de-las-sesiones-ordinarias-del-Congreso-Nacional-2023-230720.aspx
[3] https://caracol.com.co/2023/07/10/polemico-recibiendo-al-nono-elias-en-sahagun-luego-de-quedar-en-libertad-condicional/
[4] https://cortesuprema.gov.co/corte/index.php/2023/06/16/corte-condena-al-senador-mario-alberto-castano-a-casi-16-anos-de-prision-y-una-multa-de-1-069-millones-de-pesos/
[5] https://www.portafolio.co/economia/gobierno/odebrecht-si-financio-campanas-electorales-de-santos-y-zuluaga-507670
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