POR UNA COLOMBIA SIN
VÍCTIMAS NI VICTIMARIOS
https://blogs.elespectador.com/politica/calicanto/una-colombia-sin-victimas-victimarios
Hernando Llano Ángel
Este 9 de abril, día consagrado nacionalmente a conmemorar[1]
las víctimas de la violencia política, coincide con un ambiente preelectoral que
pretende de nuevo dividirnos entre víctimas y victimarios en esta letal
democracia[2].
Ello sucede porque en la mente y la estrategia electoral de las fuerzas
políticas defensoras del Statu Quo predomina una concepción antagónica y
confrontadora de la democracia, en lugar de pensarla y vivirla en clave de
concertación política transformadora, mediante reformas sociales estructurales,
que posibiliten la reconciliación nacional con justicia y dignidad para las
mayorías. Desde la campaña de Fico ya se anuncia que la democracia está en
inminente riesgo. Para Fico y quienes lo acompañan, la democracia es concebida
como una fortaleza económica inexpugnable para la defensa de la propiedad
privada y la seguridad de ganancias exorbitantes en beneficio de una elite
financiera codiciosa e indolente que, en plena pandemia del Covid-19, alcanzó
utilidades por 11.7 billones[3]
de pesos. Una elite tan ambiciosa que parte de su prosperidad ha sido AVALada
mediante transacciones ilegales y hasta criminales con fortunas procedentes del
narcotráfico, financieramente blanqueadas. Al respecto, hay antecedentes del
banco de Occidente sancionado en octubre de 2019 por un superintendente
delegado para el Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo[4],
condenándolo “a una multa de $500 millones por eludir obligaciones en el control
de lavado de activos y ocultar a las autoridades información sobre el asunto en
mención”. Pero el mismo banco de Occidente, en su sucursal de Panamá, ya había
sido implicado en 1989 por el procurador general estadounidense, Richard
Thornburgh, el jefe de la agencia antidrogas norteamericana, DEA, John Lawn, y
las cabezas del FBI, la administración de impuestos (IRS) y la aduana, por
estar incurso en el lavado de más de 1.200 millones de dólares procedentes del
narcotráfico entre 1987 y 1988, como se puede leer en la siguiente crónica
policiaca de la revista Semana[5]
en su edición del 30 de abril de 1989. Esa elite banquera y empresarial cuyo
prestigio continua inmune e impune, igual que el de su dirigencia política,
pese a evidencias criminales como las anteriores, a las que hay que sumar la
más reciente de Odebrecht, es incapaz de reconocer que la perpetuación de sus
privilegios ilegales está llegando a su fin. Incluso, así el gobierno de turno
destine subsidios y políticas asistencialistas –que Fico llama ahora
oportunidades- para contener la desesperación de la pobrería que se expresa
espasmódica y episódicamente en estallidos sociales, como nos sucedió en 2019[6]
y 2021[7].
Estallidos que dejan una estela incalculable de víctimas[8]
y victimarios, tanto más dolorosa como aniquiladora del más elemental vestigio
democrático[9] . Si hoy
existe un consenso nacional es que ya es insostenible, tanto para las mayorías como
las minorías, la continuidad de una democracia que no garantiza los derechos fundamentales
de todos, sin discriminación alguna de carácter social, étnica, cultural o
religiosa. No hay que olvidar –en estos días dedicados a la memoria y la
reconciliación-- que la democracia renace en la vida moderna proclamando, en el
artículo 2 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26
de agosto de 1789, que: “La finalidad de toda asociación política es la
conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos
derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión”.
Derechos arrasados completamente durante las recientes eclosiones sociales y
vulnerados aún más por la pandemia: comenzando por el natural a la vida,
siguiendo con la libertad, la seguridad y la propiedad. Y si hay algo que no
tolera la democracia es precisamente la perpetuación impune de generaciones de
víctimas y victimarios mediante la negación crónica de sus derechos
fundamentales. Negación histórica que suele convertir hoy en víctimas a quienes
ayer fueron victimarios en su intento desesperado por resistirse a la opresión.
Así nos sucede en el presente con el número creciente de víctimas mortales
entre los firmantes del Acuerdo de Paz, que ya supera la cifra de 312[10]
miembros del Partido Comunes asesinados. Todavía más antidemocrático e
intolerable es el número de líderes, lideresas sociales y defensores de
derechos humanos que, precisamente el segundo punto del Acuerdo de Paz[11]
se proponía proteger y evitar, pues ya supera el número de 1.327[12]
demócratas asesinados desde noviembre de 2016 hasta marzo 17 de 2022. Al
anterior panorama letal, que el presidente Duque olvidó y ocultó en su informe
sobre la implementación del Acuerdo de Paz ante el Consejo de Seguridad de la
ONU, se suma la reciente masacre perpetrada por el ejército de 11 civiles
inermes en Puerto Leguízamo[13]
que, con un cinismo comparable al de Putin en Ucrania, Duque llama “operación
legítima” contra disidentes narcoterroristas de las Farc. Entre esos supuestos
disidentes se encontraba un indígena de 16 años, Brayan Pama, además del
gobernador indígena del resguardo Bajo Remanso, Pablo Panduro Coquinche, el
presidente de la Junta de Acción comunal de Alto Remanso, Divier Hernández y su
esposa, “Ana María Sarrias, una mujer de 24 años en estado de embarazo, madre
de dos niños de 2 y 6 años», según este descarnado relato de la periodista
Valentina Parada Lugo en El Espectador Colombia + 20[14].
Las víctimas siempre
resucitan y los victimarios nunca son olvidados
Más le convendría al presidente Iván Duque, que se precia de ser un
católico piadoso, que recuerde en estos días de semana santa que las víctimas
nunca mueren del todo, pues siempre viven y resucitan en la memoria de sus
descendientes y creyentes –como le sucedió a Jesús de Nazaret– mientras que los
victimarios, como Poncio Pilato[15],
prefecto de Judea, nunca son olvidados y son condenados históricamente a la
ignominia, así se laven muy bien las manos y su conciencia ante sus coetáneos.
También nos convendría a todos reflexionar que la democracia no se puede
crucificar en defensa de privilegios e injusticias, pues ella resucitará y
vivirá solo cuando todos seamos responsables de su existencia y no la
deleguemos en forma irresponsable cada 4 años en manos de muchos Pilatos,
empeñados en esta campaña en dividirnos y seguir confrontándonos como víctimas
y victimarios. Para evitarlo, debemos actuar como ciudadanos que no toleramos
más que en nombre de la democracia se continúe crucificando impunemente a
nuestros más auténticos demócratas: los líderes, lideresas y defensores de
derechos humanos, como nos está sucediendo bajo este gobierno de “la paz con
legalidad”, con la ingenua complacencia de millones de “ciudadanos de bien”,
tan parecidos a los que hace más de dos mil años vitorearon la crucifixión de
Jesús de Nazaret y la salvación de Barrabás[16].
Ninguna democracia existe cuando la mayoría de sus ciudadanos son víctimas,
pues se les desconocen y vulneran cotidianamente sus derechos fundamentales a
una vida digna, el trabajo, la salud, la seguridad y prosperidad, mientras los
restantes ciudadanos, bien por indolencia, comodidad o ignorancia, se
convierten en cómplices de privilegiados victimarios, custodiados por ejércitos
de escoltas, que eluden las normas y sus responsabilidades políticas,
proclamándose cínicamente en sus campañas electorales y en foros
internacionales como los auténticos defensores de la democracia, cuando en la
realidad son sus sepultureros y los gestores históricos de este vergonzoso
régimen electofáctico[17]
y su Estado cacocrático[18].
[1] Hacer memoria con otros sobre las
circunstancias y los factores históricos que perpetúan la existencia de
generaciones de víctimas y victimarios en nuestra sociedad. https://www.unidadvictimas.gov.co/especiales/9deAbril2021/index.html#:~:text=El%20d%C3%ADa%209%20de%20abril,victimizado%20a%20millones%20de%20colombianos
[3] https://www.larepublica.co/finanzas/las-utilidades-de-los-bancos-se-ubicaron-en-117-billones-para-noviembre-de-2021-3293943
[4] https://forbes.co/2020/11/14/economia-y-finanzas/banco-del-grupo-aval-multado-por-bajo-control-en-lavado-de-activos/#:~:text=La%20Superintendencia%20Financiera%20ratific%C3%B3%20el,sobre%20el%20asunto%20en%20menci%C3%B3n.
[6] https://razonpublica.com/econom-y-sociedad-temas-29-12439-21n-en-cali-y-en-colombia-entre-las-luces-de-la-democracia-y-la-oscuridad-del-miedo-html/
[11] https://www.portalparalapaz.gov.co/publicaciones/811/explicacion-puntos-del-acuerdo/#:~:text=El%20Punto%202%20sobre%20Participaci%C3%B3n,la%20deliberaci%C3%B3n%20alrededor%20de%20los
[12]https://www.infobae.com/america/colombia/2022/03/18/1327-lideres-sociales-y-firmantes-de-paz-han-sido-asesinados-tras-la-firma-del-acuerdo-en-colombia/
[13] https://www.bluradio.com/nacion/bazar-del-horror-revelan-los-duros-relatos-de-sobrevivientes-de-operativo-del-ejercito-en-putumayo-rg10
[14] https://www.elespectador.com/colombia-20/conflicto/militares-disfrazados-de-guerrilleros-y-otras-denuncias-en-el-operativo-militar-en-putumayo/
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