¡VERDAD QUE PODEMOS!
https://blogs.elespectador.com/politica/calicanto/verdad-que-podemos
Hernando Llano Ángel
¡Verdad que podemos! es el lema de la 34 semana por la Paz que se lanzará
el próximo jueves 19 de agosto en Bogotá desde el Centro de Memoria, Paz y
Reconciliación y se podrá seguir en el siguiente link https://semanaporlapaz.com/semana2020/. Un lema
inspirador y certero, pues solo con la verdad podremos salir adelante como
sociedad y convivir como humanos, dejando atrás tantas mentiras e imposturas arraigadas
históricamente en el odio, los propios intereses, la codicia, la ignorancia,
los extravíos ideológicos y la soberbia de quienes se sienten predestinados a
perpetuar guerras en nombre de la paz y la justicia. Porque si algo nos ha
faltado como colombianos es conocer la verdad con todas sus aristas, rostros,
sombras y luces, para apreciar el caleidoscopio completo y complejo de nuestra
terrible realidad y empezar así a salir de este laberinto sangriento en que
deambulamos y morimos atrapados.
Verdades parciales y
víctimas irredentas
Se ha intentado en varias ocasiones, pero de forma parcial e incompleta,
sin tener el valor y la lucidez suficientes para develar y revelar todas las
verdades. Comenzando por la verdad más dolorosa y difícil de reconocer y es que
somos una sociedad donde ya es casi imposible distinguir nítidamente entre
víctimas y victimarios. Los que ayer fueron victimarios, hoy son víctimas, como
sucede periódicamente con miembros del partido Comunes. Desde la firma del
Acuerdo de Paz en 2016 y su reincorporación a la vida civil y política cuentan
ya con más de 280 asesinados en sus filas. La cifra de víctimas por desplazamiento
forzado continúa aumentando. Según el registro oficial de la Unidad de Víctimas
hoy tenemos en nuestro país 9.153.078[1]
víctimas del conflicto armado interno. Y lo más grave es que cada día esa cifra
crece, bajo el lema inverosímil de “paz
con legalidad” de este impasible gobierno. Por eso las últimas audiencias
realizadas por la Comisión de la Verdad constituyen un hito histórico. En su
comparecencia voluntaria, el expresidente Juan Manuel Santos asumió ladina e
indirectamente su responsabilidad en los “falsos positivos” como ministro de
defensa. También expresó su culpabilidad y arrepentimiento moral por no haber
podido evitarlos en forma eficaz y temprana. Por ello, compungido, solicitó
perdón a miles de madres y familiares de los jóvenes asesinados. Dicha actitud,
sienta un precedente histórico que debe emular y seguir el expresidente Uribe[2],
pues todo ello ocurrió en cumplimiento de su política de “Seguridad
democrática”. También son reveladoras las recientes versiones de Mancuso y
Londoño, donde simultáneamente se reconocen como víctimas y victimarios, sin
que ello justifique y mucho menos legitime sus horrendos crímenes. Mancuso, en
tanto víctima de la extorsión y la violencia guerrillera, y Londoño por la
persecución y los crímenes de Estado contra los luchadores sociales. A lo anterior, hay que agregar la constante y
rigurosa labor de la JEP, cuyas investigaciones ya permiten identificar a los
máximos responsables de crímenes internacionales como la toma de rehenes,
asesinatos, desapariciones forzadas, torturas, ejecuciones extrajudiciales y
reclutamiento de menores, garantizando así por primera vez en nuestra historia
que las víctimas no solo sean restauradas en su dignidad, sino que empiecen a
ser reparadas a través de la verdad. Así sus familiares y deudos conocerán por
lo menos un tenue reflejo de justicia y no continuará prevaleciendo la
impunidad total. Es lo que ha sucedido hasta ahora en todas nuestras guerras y
conflictos políticos, donde los vencedores gobiernan y los vencidos son
perdonados o amnistiados, sellando alianzas de impunidad histórica en nombre de
la concordia, la reconciliación y la misma paz, como aconteció con el Frente
Nacional.
De la impunidad del Frente
Nacional a la inmoralidad gubernamental
Fórmula de gobernabilidad profundamente antidemocrática que, en los albores
de la guerra fría y con los hervores del triunfo de la revolución cubana,
terminó engendrando las guerrillas más longevas del continente, hoy trasmutadas
en organizaciones monstruosas que fusionan la política con el narcotráfico.
Simbiosis que también está presente en todo el establecimiento político,
variando solo su forma de integración. En el 91 fue con más plomo que plata,
pues el terror de los llamados extraditables tuvo más peso que la plata en la
Constituyente para coronar su máxima aspiración en el artículo 35: la
prohibición de la extradición de colombianos por nacimiento. Desde entonces esa
mezcla letal de plomo, plata, coca y política ha tomado las más diversas formas
y mutaciones: comenzó con las CONVIVIR
de Gaviria en la Presidencia y Uribe como gobernador en Antioquia; luego se
metamorfoseo en las AUC con los Castaño y Mancuso; después el 8.000 con Samper y los Rodríguez; Pastrana
con las FARC en el Caguán; de nuevo el narcoparamilitarismo y la parapolítica
con Uribe como presidente y ahora Duque con el Ñeñe Hernández[3]
y la vicepresidenta Ramírez con el “Memo fantasma”[4],
para no hablar del extraño caso del exembajador Fernando Sanclemente[5]
y sus laboratorios sabaneros para el procesamiento de cocaína[6]
en su finca. Por todo ello, el Acuerdo de Paz también reconoció esta criminal
simbiosis de las Farc con el narcotráfico en el punto 4, bajo el título de “Solución al problema de las drogas
ilícitas”[7] articulándolo
con el primer punto de la “Reforma Rural
Integral”, pues sin la sustitución voluntaria de los cultivos de coca
acompañada de un política rural integral, jamás se podrá cortar el flujo
criminal de dinero para la guerra y el
asesinato de los líderes sociales que promueven la sustitución de cultivos y la
reforma rural integral. Por no reconocer esta dolorosa y evidente verdad,
siguen corriendo ríos de sangre en el campo colombiano y fluyen millones de
dólares blanqueados por nuestra economía. Por eso estamos pasando de la
impunidad del Frente Nacional, donde quienes promovieron desde la política la
Violencia, luego se reconciliaron para gobernar como socios y cómplices sin
asumir ninguna responsabilidad, a la actual inmoralidad gubernamental donde en
nombre de “la paz con legalidad” avanza
sin contención el asesinato de líderes sociales, las masacres y los
desplazamientos. Pero, sobre todo, se torpedea al máximo el trabajo de la
Comisión de la Verdad y de la JEP, la existencia y el funcionamiento de las 16
curules[8]
transitorias de paz para las víctimas, porque temen que salga a la luz pública
la grave responsabilidad de los gobernantes en el sostenimiento y la
consolidación de un régimen político afianzado en la criminalidad y la
injusticia, bajo la inmensa mentira de ser la democracia más antigua y estable
de Sudamérica. No por casualidad los gestores del Frente Nacional, Alberto
Lleras Camargo y Laureano Gómez, reconocieron en los primeros renglones de la
Declaración de Sitges el peso determinante del delito en la política: “Ninguno
de los dos partidos tradicionales de Colombia acepta que el delito pueda ser
utilizado para su incremento o preponderancia. Los crímenes que se
cometen con ese fingido designio deben ser repudiados y reprimidos
enfáticamente por una y otra de nuestras colectividades, de manera constante e
indudable, porque su impunidad afecta el decoro de la república y va en deslustre
directo de los mismos partidos en cuyo servicio, hipócritamente, se pretende
cometer”. Pero hoy sucede exactamente lo contario. Para que sea VERDAD
QUE PODEMOS vivir en paz lo primero que debemos hacer es no perpetuar
en las elecciones del 2022 a quienes gobiernan de la mano con el crimen, la violencia
y la impunidad. Ojalá el próximo año la voluntad de la mayoría no se deje
manipular por el miedo, como sucedió en el Plebiscito por el Acuerdo de Paz[9],
o sea burlada en las urnas con el pretexto de salvar la “democracia”, como lo
hizo Carlos Lleras Restrepo[10]
el 19 de abril de 1970.
[2] https://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/alvaro-uribe-reconocera-errores-en-cita-con-padre-de-roux-610819
[3] https://www.lanuevaprensa.com.co/uribe-el-asesino-que-nos-puso-la-mafia-2/el-narcotraficante-nene-hernandez-estuvo-dedicado-a-la-campana-de-ivan-duque-durante-siete-meses
[6] https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/mayordomos-de-la-finca-de-fernando-sanclemente-dicen-que-embajador-si-sabia-de-laboratorios-de-coca-569861
[8] www.https://eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/controversia-por-nuevo-intento-de-tumbar-curules-de-paz-594600
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