ENTRE VICTORIAS
POLÍTICAS ELECTORALES Y FRACASOS GUBERNAMENTALES
“Un
fracaso nunca se improvisa, un fracaso se construye”.
Joan Fuster.
Hernando Llano Ángel.
Tal
parece ser la constante en la vida política nacional e internacional. A las
victorias políticas alcanzadas en las urnas siguen los fracasos gubernamentales
provocados. Cada vez es más insondable la distancia entre lo dicho por el
candidato en campaña y lo hecho por el gobernante en ejercicio. Así las cosas,
lo primero que pierde el ganador al empezar a gobernar desde los aposentos
estatales –que están muy lejos de ser el “poder”— es la confianza ciudadana. Luego
pierde la credibilidad y por último hasta el respeto. Dilapida en cuestión de
días o meses su capital político electoral. De candidato victorioso pasa a ser
un gobernante vituperado y repudiado. En
ese trance están Emmanuel Macron en Francia, Olaf Scholz en Alemania y Gustavo
Petro en Colombia, obviamente con diferencias y matices sustanciales.
Entonces
el gobernante de turno comprueba, con dramatismo, que su gobernabilidad es
devorada por el agujero negro de la incompetencia y/o la corrupción, que
combinadas succionan todo e incluso amenazan con devorarlo a él mismo. Es lo
que acaba de suceder en Francia, con la renuncia del primer ministro Michel
Barnier, destituido por la Asamblea Nacional con 331 votos a favor de la moción
de censura. Es lo que le va a suceder al canciller de Alemania, Olaf Scholz,
cuando pierda la moción de confianza que votará el Bundestag el próximo 16 de
diciembre. Y es lo que le está sucediendo al presidente Petro y el Pacto
Histórico.
¿De crisis de gobernabilidad a crisis de
legitimidad?
Con
la enorme y grave diferencia de encontrarse Petro al frente de un régimen
presidencial, cuyo período constitucional termina el 7 de agosto de 2026, lo
que amenaza con convertir la actual crisis de gobernabilidad en una
incontenible de ingobernabilidad e ilegitimidad, dada la avalancha de
corrupción en la UNGRD. Una avalancha que ya arrastró al saliente ministro de
Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla, al torrente de los desempleados.
Avalancha
que agudiza el mismo presidente Petro, al nombrar como su asesor en la Casa de
Nariño al inefable Armando Benedetti. Una decisión oficialmente más turbia que
el ingreso clandestino del indeseable “Job”[i], por los sótanos de la
“Casa de Nari”, durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez. El ingreso de ambos
personajes revela la descomposición cacocrática[ii] de sus respectivos gobiernos
y las semejanzas entre los máximos líderes y antagonistas de la política
colombiana, Uribe y Petro, al permitir la presencia en la Casa de Nariño de
semejantes personajes. Armando Benedetti, moralmente decadente y Antonio López,
alias Job[iii], un peligroso criminal,
quien fuera asesor político de “don Berna” –Diego Fernando Murillo- cabeza de
la oficina de sicarios de Envigado.
Es
inadmisible que el “presidente del cambio” nombre como asesor a Benedetti con
un salario de 21 millones de pesos mensuales, sin que conozcamos exactamente
sus funciones, más allá de serle leal y pagarle sus servicios por los aportes
en el caribe a su triunfante campaña presidencial.
¿Del “Golpe blando”
al electoral del 2026?
Con
semejante nombramiento, Petro configura el escenario del golpe electoral que se
daría en las urnas en el 2026, donde probablemente gane una combinación
mediática de la “belleza” con la “fuerza”. Tal parece ser la fórmula que
círculos de la extrema derecha preparan con la figura de una supuesta “periodista,
periodista”, para la presidencia, y el general (r) Zapateiro, vicepresidencia, con
su grito de guerra victorioso: “Ajúa”[iv]. Entonces se cumpliría la
sentencia del pensador pancatalán Joan Fuster[v]: “Un fracaso nunca se improvisa, un fracaso
se construye”, que debería
tener presente el presidente Petro y el Pacto Histórico, dedicándose a recobrar
la confianza y la credibilidad ciudadana en este escaso año y medio que les
queda.
“Buenos Tiempos”
Si
no lo hacen, entonces en el 2026 volverán a la Casa de Nariño y serán mayoría
en el Congreso los mismos de siempre. Aquellos que, otro catalán, Joan Manuel
Serrat, describió perfectamente en su canción “Buenos Tiempos”[vi]: “Corren buenos tiempos, buenos tiempos para la bandada de los que se amoldan a todo con tal que no les falte de
nada… Tiempos fabulosos
para sacar tajada de desastres consentidos y catástrofes provocadas…
Tiempos fabulosos para plañideras,
charlatanes visionarios y vírgenes milagreras… Corren buenos tiempos, buenos
tiempos, preferentemente para los de toda la vida, para los mismos de siempre.
Para los mismos de siempre. Siempre. Siempre”.
Esa
canción en su álbum “Sombras de la China” de 1998, resume el reciente triunfo
presidencial de Trump con Elon Musk. También describe nuestra actual y
prematura campaña electoral por la presidencia en el 2026, pues ya tenemos más
de una “plañidera” y varios “charlatanes visionarios”. Es más, la
letra nos habla del presente y avizora lo que nos puede pasar desde el 2026
hasta el 2030: “Tiempos fabulosos, fabulosos para sacar tajada de desastres
consentidos y catástrofes provocadas”, como la corrupción de la (UNGRD),
convertida en Unidad Nacional Generadora de Riesgos y Desastres. Por eso estos tiempos no son de
cambio y nos dejan petrificados en el actual régimen electofáctico,[vii] cuya esencia es la
fusión de la gobernabilidad con el clientelismo y la criminalidad, que bien describió
así Álvaro Gómez Hurtado (Q.E.P.D) en entrevista televisada con Julio Nieto
Bernal[viii]: "el gobierno hace parte del régimen, pero del gobierno hace parte
el Congreso, naturalmente, hacen parte los periódicos, los grupos económicos, ellos tienen sus vinculaciones visibles e
invisibles, de manera que no hay lo que uno busca en la política, uno tiene
una oferta, una propuesta, y eso si la propuesta es buena debe tener solidaridades, en cambio lo que nosotros estamos viendo aquí
es que no se buscan las solidaridades por convencimiento sino que por interés,
se buscan complicidades. Es un
sistema de complicidades generales por eso es muy difícil hacer política”. Lo
expresó quien conoció las intimidades del régimen y probablemente por eso fue víctima
del mismo.
[iii] https://www.elespectador.com/judicial/quien-era-alias-job-article-569283/#:~:text=El%20nombre%20de%20Pedro%20Antonio%20L%C3%B3pez%20Jim%C3%A9nez%20puede,producidos%20durante%20el%20gobierno%20de%20%C3%81lvaro%20Uribe%20V%C3%A9lez.
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