DE-LIBERACIÓN
PARÁFRASIS SOBRE LA GUERRA Y LA PAZ
(Septiembre 24 de 2012)
(http://calicantopinion.blogspot.com)
Hernando Llano Ángel.
A propósito del “Acuerdo General para poner fin al conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, firmado por el Gobierno y las FARC van estas breves paráfrasis sobre la guerra y la paz.
1- La paz es fundamentalmente un asunto de poder, no exclusivamente de las armas y mucho menos de la violencia. Del poder de la palabra verdadera, en tanto es honrada públicamente mediante el cumplimiento de compromisos de interés colectivo y bienestar general. No de la violencia que pretende aniquilar el adversario o imponer la razón del vencedor, sea ésta la defendida por el Estado o la agitada por el rebelde. Tampoco de la palabra que astutamente vela intenciones para favorecer intereses minoritarios y burlar los mayoritarios. Bien lo expresó Don Miguel de Unamuno: se trata de convencer, no de vencer, al menos cuando de paz estable y duradera se habla. Salvo que se trate de ocultar, bajo el prestigio y la urgencia de la paz, los rostros oprobiosos de la violencia institucional o de la revancha revolucionaria.
2- Para una paz estable y duradera se precisa más valentía y audacia, menos heroísmo y astucia. Por ello, requiere con urgencia más ciudadanos y acciones de civilidad, menos estrategas y combatientes heroicos. Más acuerdos generadores de confianza y menos acciones de hostilidad. Sin el respeto a los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, todo proceso de paz degenera en una estratagema para la guerra, como quedó cruelmente demostrado en el Caguán.
3- La paz estable y duradera exige una ciudadanía que repudie activamente la violencia y la guerra, comprometida todos los días con la construcción de democracia y equidad social. No de aquella ciudadanía que clama sólo por más soldados para su seguridad y de combatientes para la defensa de las inversiones y su prosperidad.
4- La paz estable y duradera es una exigente y permanente controversia forjadora de ciudadanía, acuerdos y equidad social. La guerra es, sobre todo, una permanente y envilecedora confrontación violenta, generadora de muerte, desigualdad, polarización y desarraigo social.
5- La política fecunda el campo de la deliberación ciudadana y cosecha paces permanentemente. La guerra polariza, profundiza las trincheras y la desconfianza en la vida social, estimula el odio, secuestra la libertad, desaparece a la ciudadanía y arrasa el campo de la convivencia social.
6- La paz estable y duradera no se negocia, se va tejiendo con palabras de verdad, acciones de humanidad y equidad social. Por eso suele ser esquiva con el mercader ambicioso y el estratega astuto, que la asimilan a un buen negocio o sólo a un juego de poder, y se torna inalcanzable para el vengador soberbio y obcecado, que la reduce a una guerra contra el enemigo y la victoria sobre el terrorista o el adversario de turno.
7- La paz nunca será estable y menos duradera mientras ella proteja la insaciable voracidad de los privilegiados y no satisfaga prontamente el hambre de justicia y dignidad de los marginados.
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