lunes, febrero 16, 2009

DE-LIBERACIÓN
(http:/calicantopinion.blogspot.com)
­Febrero 15 de 2009

Libertad y Paz: rehenes de Uribe y las Farc


Hernando Llano Ángel

Cada día es más evidente que la libertad y la paz, materias primas de la política y la democracia, han sido secuestradas por Uribe y las Farc. Las tienen como rehenes de sus estrategias belicistas y proyectos hegemónicos, donde los civiles no somos más que una masa de maniobra en sus estratagemas para deslegitimar, humillar y derrotar al contrario.

Poco importa la vida, la libertad y menos la dignidad de quienes están en su poder o bajo sus órdenes. Mucho menos importa la verdad. En su obsesión por vencer al “enemigo”, incluso niegan o inventan la realidad y tratan de acomodarla a la medida de sus odios y revanchas. Así, por ejemplo, para Uribe no existe el conflicto armado, aunque todos los días apela a la “seguridad democrática” y advierte sobre la peligrosidad de la “culebra”, que al parecer se le ha convertido en una medusa con más de mil cabezas imposibles de cortar, pues apenas caen al suelo de la exclusión social brotan y crecen como “maleza” en tierra ubérrima. Para las FARC no hay secuestrados, sino “canjeables”, “retenidos” y “prisioneros de guerra”. No obstante lo anterior, deliran en su pretensión de ser reconocidas como una fuerza beligerante, pero son incapaces de respetar los principios y las normas básicas del Derecho Internacional Humanitario, como el principio de distinción entre combatientes y civiles, que las obliga a un respeto absoluto de la población civil. En lugar de ello se han dedicado al secuestro y el asesinato de quienes consideran traidores, como ahora lo hacen con los indígenas Awá, emulando así la crueldad de los paramilitares y las autodefensas. Pero a semejante degradación del que se autodenomina “Ejército del Pueblo” hay que sumar una mayor, la del Ejército Institucional, inducida por el éxito de la política gubernamental autodenominada de “seguridad democrática”, que estimula con recompensas el descuartizamiento de sus enemigos y el asesinato de jóvenes civiles bajo el eufemismo de “falsos positivos”.

No más “demócratas” y “revolucionarios” ejemplares

Precisamente para impedir que tan ejemplares combatientes y enemigos, que recíprocamente se dan el trato de terroristas, pero individualmente se proclaman como auténticos “demócratas” y “revolucionarios”, es que hay que repudiarlos a todos por igual. Ninguno de ellos merece nuestro apoyo, pues por sus procedimientos y acciones cada día se ilegitiman más. Cada día hacen nuestras vidas menos humanas y más vergonzosas. Cada día nos mienten con mayor cinismo y criminalidad. Hay que demostrarles que no aceptamos ser más víctimas en nombre de la “revolución” y mucho menos cómplices de los “cercos humanitarios”, que ahora ordena el presidente Uribe y coordina su ministro Santos, sin asumir responsabilidad política alguna por su fatal desenlace, como ha sucedido con los “falsos positivos” que en forma cínica han venido endilgando a excesos de algunas unidades militares, ocultando que es un resultado lógico de la “seguridad democrática”.

Ciudadanos, en lugar de víctimas o verdugos

Es hora de demostrarles que somos ciudadanos y ciudadanas comprometidos con la vida, la libertad y la verdad, presupuestos esenciales de la paz. Que no vamos a consentir más masacres, donde los únicos responsables son los “otros”, las Farc o la Fuerza Pública, pero nunca ellos como resultado de sus paranoias revolucionarias y “cercos humanitarios”. Que nosotros sí nos tomamos en serio la democracia y la Constitución y no las convertimos en coartadas para saldar nuestros odios y salvaguardar privilegios sociales ignominiosos, en nombre de la seguridad inversionista. No permitamos que nuestras vidas y valores se inviertan y desaparezcan en las pirámides sin fondo de la codicia y el odio de esta guerra degradada. Basta ya de crímenes y mentiras en nombre de la “seguridad democrática” y la “justicia social”.

Dejemos de ser rehenes de nuestros miedos y odios. Ya es hora de-liberarnos de Uribe y las Farc, auténticos carceleros de la libertad y la paz. Sólo así podremos algún día vivir en democracia, sin miedo y gracias a la seguridad ciudadana que es fruto de la responsabilidad, la equidad y la solidaridad social. No de esta “seguridad democrática-paranoica”, tan propia de los inversionistas y los mercaderes, desvelados por sus bolsas y la tranquilidad de sus mezquinas vidas, siempre rodeados de escoltas y extremas medidas de seguridad, a tal punto que ya han perdido por completo su libertad y toda noción de dignidad. Al fin de cuentas son rehenes de Uribe y las Farc y todo parece indicar que les interesa seguir siéndolo, pues primero está su bolsa y seguridad personal, poco les importa la vida en su dimensión pública y social.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

De acuerdo. Por eso es verdad lo que dijo Alan Jara: "que a Uribe le conviene las FARC y a las FARC le conviene que Uribe siga en el poder". Para desgracia de Colombia, las FARC eligen.

Anónimo dijo...

Francamente no entiendo de que se trata, atacar al gobierno, se le olvida profesor que la mayoría de los secuestrados lo fueron cuando no existía la seguridad democratica, ni los corredores humanitarios, y Uribe ni sonaba ni tronaba? entonces qué le toca a Pastrana, Samper, Gaviria y de ahí hasta Simón Bolivar? qué de la responsabilidad de ellos? Las guerrillas, los paramilitares, los famosos falsos positivos, igual que las cuotas políticas y el tráfico de imfluencias no se las invento Uribe y su gabinete, esto es mas viejo que la panela. Y ustedes los comunicadores no hablan también de los falsos positivos de las Farc? esos no son importantes, esos no tienen eco, porque esos estan autorizados por la comunidad internacional y los derechos humanos. Le contare dos casos sencillos.
En la actualidad tengo un amigo prestando el servicio militar obligatorio en la frontera con el Ecuador, le toco todo el cuento del ataque al campamento de Raúl Reyes y toda la Barbarie cometida supuestamente por el ejercito colombiano contra esa pobre gente que se encontraba en el campamento, pero nadio dijo ni dice que ellos todos los días reciben tiros, granadas y burlas de los guerrilleros desde el otro lado de la frontera y que el ejercito ecuatoriano esta aproximadamente a 2 kilómetros de distancia (Cuenta mi amigo) esperando cualquier incursión de los mounstros violadores de derechos humanos de l ejercito de Colombia para caerles y decir que no entienden porque violaron la frontera si al otro lado lo que hay son pobres e indefensos campesinos. Y mi empleada del servicio cuenta, como en las veredas de Riosucio donde la guerrilla ha gobernado por años, (no ocho, cincuenta) se llevan a los hombres y mujeres, los mandan como carne de cañon al frente cuando van a combatir al ejercito y cuando son dados de baja, las familias no pueden siquiera derramar una lagrima, mucho menos reclamarlos porque o sino los masacran. Pero como eso no lo publican ni los periodistas, ni los comunicadores, mucho menos un politólogo.
Francamente yo leo sus columna a veces y nunca he encontrado una propuesta a esta situación, sólo críticas, igual que Alan Jara, salió diciendo y despotricando, pero sin ni siquiera una propuesta, como él mismo lo dijo, él no tiene una propuésta mágica.
Yo estoy de acuerdo un buscar un acuerdo humanitario, pero no a costa de gente buena, Florida y pradera no deben ser despejados, sacar delincuentes de la carcel para enviarlos a la selva a seguir delinquiendo, tampoco. Si a muchos nos toca morirnos para lograr algún día que nuestra situación y la de nuestros hijos mejore, pues nos toca morirnos, pero la Costitución de Colombia dice que prima el bien general sobre el particular.

Anónimo dijo...

Es la demostración mas palpable, que el calificativo de violencia no es propiedad excluisiva para designar los mecanismos de actuación de los grupos antioficiales de Estado y de poder. Tambien lo es para los grupo Oficiales que activan ese mismo mecanismos. Con la diferencia del fin: para los primeros sustituir La dirigencia del Estado y del Gobierno y los segundos para preservarla. Solo falta el subgrupo cooperador que activa la violencia del silencio y muy comodamente activa la oscilancia. Francisco Eduardo Mejía Lema. (Aplicaré anomimo a fin de colgar el comentario)

Gerardo dijo...

Excelente artículo, Claro y conciso. Tenemos que ser capaces de salir de la trampa de la guerra y del falso dilema de los guerreristas y para empezar, hay que ubicarlos en su justa dimensión.

G. Flórez

Anónimo dijo...

Hernando, me parece que darle la razón a la guerrilla atacando al gobierno es una posición más que antiuribista, antipatriótica, porque a ellos no les interesa lo que usted tenga que criticarles a ellos, sino lo que usted tenga que decir del estado.
Siempre he criticado la posición de los medios de comunicación en este sentido, pues me parece que hecharle sal a la herida es aportar a favor de ellos, sobre todo en el émbito internacional, nosotros al fin y al cabo sabemos cómo es la cosa (o creemos saberlo), pero en el exterior es lo que les cuenten; y desafortunadamente el poder lo tienen los medios de comunicación, sean escritos o hablados.

Yo no digo que no se pueda estar en desacuerdo con el gobierno, lo que no apruebo es que la crítica se haga comparándolo con semejantes delincuentes, que precisamente eso buscan, que los que tienen el poder de comunicarle a grandes multitudes lo hagan a favor de ellos.
Disculpeme por mi comentario, sucede que me parece muy grave que un profesor universitario haga estas críticas tan fuertes sin caer en la cuenta que es el modelo ha seguir de muchachos y muchachas que apenas estan despertando a la vida y que no tienen la suficiente estructura y madurez para formarse sus propios conceptos.
La responsabilidad social va más allá de denunciar las situaciones que no nos parecen, o usted se imagina una mujer que ha sido violada dando testimonio de lo malos que son los hombres, ante un grupo de adolescentes?
No todas las mujeres son violadas, no todos los hombres son malos, igual pasa con el gobierno, el hecho de no estar de acuerdo con él no lo hace malo, no todos los gobiernos son malos, y yo creo que el gobierno es como los papás, que cometemos innumerables errores con nuestros hijos, pero nunca tubimos la intensión de hacerlo, creemos que estamos actuado bien y para su bien, pero de vez en cuando nos descachamos.

María Cristina Ramírez Ll.