sábado, enero 25, 2025

TRUMP Y SU INVESTIDURA DE TEÓCRATA IMPERIAL

 

 

TRUMP Y SU INVESTIDURA DE TEÓCRATA IMPERIAL

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/trump-y-su-investidura-de-teocrata-imperial/

https://elpais.com/america-colombia/2025-01-25/trump-y-su-investidura-de-teocrata-imperial.html

Hernando Llano Ángel.

Tal es la quintaesencia del discurso de posesión de Trump. Por eso apela a la más agresiva y nefasta versión de la política, el imperialismo, investido de un mesianismo narcisista teocrático con el que se autoproclama elegido por Dios para conducir a su pueblo y realizar misiones imposibles: “En Estados Unidos lo imposible es lo mejor que hacemos” y anunciar falazmente “que la edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo”. Así pretende ocultar lo que él sabe mejor que nadie: la decadencia histórica irreversible de Estados Unidos. Y lo sabe, porque durante su primera presidencia comenzó el retiro de las tropas norteamericanas de Afganistán: “La administración del presidente Donald Trump acordó una reducción inicial de su nivel de fuerza de 13000 a 8600 para julio de 2020, seguida de una retirada total el 1 de mayo de 2021 si los talibanes mantenían sus compromisos acordados en febrero de 2020”[i]. Para mayor ironía y escarnio del orgullo imperial, el presidente Biden finalizó la retirada de las tropas norteamericanas el 11 de septiembre de 2021, exactamente 20 años después del derribo de las torres de Manhattan. Así, Estados Unidos sumó una derrota más en la primera guerra del siglo XXI, la “guerra contra el terrorismo”, como le sucedió en Vietnam en 1975 al ser vencida “la prepotencia del ejército más poderoso del mundo”. Esos “imposibles” los olvida Trump en su discurso y por eso se refugia en la “revolución del sentido común”.

“La revolución del sentido común”

Según su revolucionario sentido común, el Estado norteamericano es una megaempresa imperial, comercial y militar, que con su arsenal atómico podrá tramar y dominar al mundo entero. Cree que le basta amenazar, intimidar y luego negociar “porque Dios me salvo para hacer que Estados Unidos volviera a ser grande”. Estamos, pues, ad portas de una teocracia imperial que cuenta con el respaldo de millones de creyentes y fanáticos convencidos de ser el “pueblo elegido”. Un pueblo conducido por un predestinado celestial: No permitiremos que se aprovechen más de nosotros”. Es tal el sentido común de su revolución, que proclama eufórico: La ambición es la savia de una gran nación y, ahora mismo, nuestra nación es más ambiciosa que ninguna otra. No hay nación como la nuestraSomos un pueblo, una familia y una gloriosa nación bajo el manto de Dios... Lucharé por ustedes y venceré por ustedes. Vamos a ganar como nunca antes. ¿Habrá alguna diferencia de esta proclama de fanatismo imperial teocrático con otras que declaran guerras santas y derriban torres contra los herejes y páganos de occidente?

Mentiras Imperiales

¿Qué veracidad tiene un discurso que oculta el pasado ignominioso de pueblos originarios arrasados por la savia de la ambición y la violencia criminal del Ku klus klan, el mismo día del natalicio de Martin Luther King? Es más, que anuncia: “Juntos, pondremos fin a la epidemia de enfermedades crónicas y mantendremos a nuestros niños seguros, sanos y libres de enfermedades cuando, según estudio de la revista Lancet, “los fallos de la administración de Donald Trump en sanidad son responsables de “461.000 muertes innecesarias” en Estados Unidos antes de la pandemia y de decenas de miles más por no haber actuado de manera efectiva contra el COVID-19 y la contaminación del aire”[ii]. Y para no dejar duda, nombra como Secretario de Salud y Servicios Humanos a Robert Kennedy Jr.[iii], radical activista antivacunas. Por eso su discurso está plagado de flagrantes contradicciones, como proclamarse pacificador y unificador”, pero al mismo tiempo afirmar que “Estados Unidos recuperará el lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra”, lo que sin duda es la máxima expresión de falta de sentido de realidad, veracidad y humanidad.

Tomando Canales y rompiendo puentes

Y a continuación amenaza con recuperar el canal de Panamá: “China está operando el canal y no se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá. Vamos a tomarlo de vuelta”, cambiar discrecionalmente a su gusto el nombre del golfo de México por el de América. Para concluir: “Seremos una nación como ninguna otra, llena de compasión, coraje y excepcionalismo. Excepcionalismo demostrado en su posesión, rodeado de una elite de plutócratas tecnológicos, encabezada por Musk, Zuckerberg y Bezos, creadores de realidades paralelas que difuminan el sentido común de humanidad con la manipulación de algoritmos, prejuicios y delirios narcisistas, como los anunciados por Trump con su alucinante MAGA, que bien puede terminar siendo el final irreversible de su America First. Un excepcionalismo contenido en sus más de 40 órdenes ejecutivas[iv] que no solo violan flagrantemente la propia Constitución norteamericana, negando la nacionalidad a miles de hijos de inmigrantes ilegales nacidos en la “tierra de la libertad”, sino el mismo derecho internacional público y los compromisos asumidos con la humanidad y el planeta al desvincular de nuevo a Estados Unidos del Acuerdo de Paris y ahora de la Organización Mundial de la Salud.

Toda la razón le asiste al teórico político Yaron Ezrahi, no por casualidad israelí, cuando advirtió: “Los poderes más arbitrarios de la historia siempre se escondieron bajo la pretensión de una lógica impersonal: Dios, las leyes de la naturaleza, las leyes del mercado”, que son el nuevo credo y los artículos de fe de Trump, sus copartidarios, cómplices y socios como Elon Musk, con su exultante parodia del saludo  nazi[v], celebrado procazmente por Javier Milei en su cuenta X:  «No sólo no les tenemos miedo. Sino que los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta en defensa de la LIBERTAD. Zurdos hijos de putas tiemblen. La libertad avanza. VIVA LA LIBERTAD CARAJO»[vi]. Cada día es más claro lo que significa X: negación de humanidad, exaltación de odio, prepotencia y brutalidad, enseñas de criminalidad en nombre de la libertad.

 

miércoles, enero 22, 2025

LECCIONES Y PARADOJAS DE VENEZUELA.

 

 Lecciones y paradojas de Venezuela

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/lecciones-y-paradojas-de-venezuela/

Hernando Llano Ángel.

La primera lección es también la mayor paradoja: Maduro convirtió a la oposición venezolana al chavismo. Ahora es la oposición la más ferviente defensora de la Constitución Bolivariana y del sistema electoral, los principales legados políticos e institucionales de Hugo Chávez. Por el contrario, Nicolás Maduro con todos sus incondicionales seguidores y cómplices, se ha convertido en el más desvergonzado violador y dilapidador de ese legado. Al punto que ha sido incapaz de revelar a la luz pública los resultados de las actas electorales, posesionándose como un cleptócrata presidencial que roba la voluntad política de millones de ciudadanos venezolanos. Para tratar de legitimar semejante crimen político de lesa voluntad no solo invoca y ultraja la memoria de Hugo Chávez, sino que además se reclama como el auténtico líder del pueblo venezolano. A su vez, María Corina Machado, junto al burlado Edmundo González, reivindican ser los legítimos voceros de la mayoría del pueblo venezolano.

¿De cuál Pueblo hablamos?

Entonces llegamos al interrogante crucial de la democracia: ¿Quién define al pueblo soberano? Más aún, ¿Expresa ese pueblo soberano una voluntad política inequívoca? Y la respuesta a dichos interrogantes no es sencilla. Pues el pueblo, como esa voluntad soberana que invocan ambas partes, no existe más allá de la mente de Rousseau, ya que en la realidad es siempre una multitud plural, anónima, compleja, forjada con múltiples tradiciones, intereses, identidades y conflictos en torno a sus condiciones de vida. Pero, sobre todo, porque ese pueblo solo es real cuando política e históricamente sus líderes le confieren una voluntad y hasta una identidad política precisa.

De allí la disputa histórica de todos los partidos políticos y sus líderes por apropiarse las figuras míticas forjadoras de pueblos y naciones, como Simón Bolívar, del cual Hugo Chávez logró erigirse como su heredero político. Impronta que jamás podrá reeditar Maduro y toda su cleptocracia electoral.

M-19 y la Espada de Bolívar

Por la misma razón, el M-19 surge a la vida pública el 17 de enero de 1974, sustrayendo la espada de Simón Bolívar de la Quinta de Bolívar de Bogotá[i]. Espada que se convierte en el momento de máxima tensión en la posesión presidencial de Gustavo Petro, pues la incorpora a la puesta en escena de su investidura con un significado polémico: “Esta es la espada del pueblo, y por eso la queríamos aquí”, y agregó: “Que solo se envaine, como dijo su propietario, el Libertador, cuando haya justicia en este país…Que sea del pueblo. Es la espada del pueblo”[ii].  

Giro retórico que no deja de ser inquietante, pues proclama una fusión del pueblo con las armas, asunto que el mismo libertador repudió una vez alcanzada la independencia de la corona española, en su célebre discurso ante el Congreso de Colombia en la Villa del Rosario de Cúcuta, el 3 de octubre de 1821: “Un hombre como yo es un ciudadano peligroso en un gobierno popular: es una amenaza inmediata a la soberanía nacional. Yo quiero ser ciudadano para ser libre, y para que todos lo sean. Prefiero el título de ciudadano al de libertador, porque éste emana de la guerra, aquel emana de las leyes. Cambiadme, señor, todos mis dictados por el de buen ciudadano[iii].

Un pueblo de ciudadanos

Exactamente todo lo contrario de lo que es, hace y representa Nicolás Maduro, pues su título de presidente no emana de las leyes. Su título emana de lo que más fustigaba Bolívar en dicho discurso, las armas: “Esta espada no puede servir de nada el día de la paz, y éste debe ser el último de mi poder; porque así lo he jurado para mí, porque lo he prometido a Colombia, y porque no puede haber república, donde el pueblo no está seguro del ejercicio de sus propias facultades”. De manera que la pomposa República Bolivariana de Venezuela ya no existe, pues ella ha sido degradada a una auténtica cleptocracia electoral autoritaria, sustentada en la lealtad de militares que han deshonrado la memoria de Bolívar e incluso de Hugo Chávez, quien optó por los votos en lugar de las armas como fuente y sustento del poder político estatal.

La deliberación ciudadana

Por lo anterior, la principal lección y mayor desafío para el pueblo venezolano es reinventar la democracia en clave ciudadana, vale decir como ejercicio de derechos y deliberación sin dejarse arrastrar por líderes políticos que apelan a un imaginario pueblo para negar dichos derechos a sus adversarios a quienes fustigan como enemigos de la Nación.  Un desafío que es casi planetario, pues los líderes de extrema derecha en todas las latitudes son siniestros en la manipulación de las voluntades ciudadanas. Para ello invocan la grandeza nacional, como America First y MAGA; la persecución contra migrantes, como AFD, Alternativa para Alemania, que promueve la expulsión de millones de migrantes[iv] para ganar votos en las elecciones del próximo 23 de febrero.

“Democracias” excluyentes

La concepción de democracia que predomina en estos líderes es la de la exclusión social y la negación de derechos, ya sean políticos, socioeconómicos o culturales, por lo cual sus estrategias electorales no son la argumentación y la persuasión, sino la manipulación, la mentira, el odio y la deslegitimación de sus adversarios. Para ello hacen uso intensivo de las redes sociales, los bulos y ahora la inteligencia artificial. Para contrarrestar estas dinámicas maniqueas que se presentan en todas las campañas electorales como una confrontación inevitable de “buenos” contra “malos”; de la derecha contra la izquierda; la “gente de bien” contra la “chusma”, en fin, del “pueblo” contra los “oligarcas” o viceversa, hay que rescatar la capacidad de deliberación ciudadana. Deliberación que siempre deberá tener presente que la democracia precisa para su existencia y consolidación más del estímulo de la concertación que el de la confrontación; de los acuerdos parciales sobre los consensos unánimes; de las transacciones sobre las imposiciones. En fin, de la política entendida y asumida como la transformación creativa de los conflictos, en lugar de la persecución, intimidación y aniquilación violenta de sus portadores, como lamentablemente ha sucedido en Colombia y ahora en Venezuela.

lunes, enero 13, 2025

De Trump a Maduro ¿ El mundo en poder de gánsteres estatales?

 

De Trump a Maduro: ¿el mundo en poder de gángsteres estatales?

Putin, Netanyahu, Daniel Ortega, y el próximo presidente de Estados Unidos son otros líderes más que fusionaron la política con el crimen, respaldados por millones de sus seguidores

https://elpais.com/america-colombia/2025-01-12/de-trump-a-maduro-el-mundo-en-poder-de-gangsteres-estatales.html

 

Hernando Llano Ángel

11 ENE 2025 - 23:00 COT EL PAÍS-AMÉRICA

La respuesta, desde luego, es afirmativa. El gansterismo es el rasgo común que comparten Trump, Putin, Netanyahu y Maduro, pues al asegurarse la jefatura de sus respectivos Estados adquieren inmunidad e impunidad personal por sus crímenes y delitos pasados, presentes y futuros. Sin duda, los tres primeros representan una temible banda con armas de destrucción masiva, que blandirán sin escrúpulo contra quien ose cuestionar sus decisiones y fechorías, las cuales hoy presumen victoriosamente. Son, pues, gánsteres estatales que tienen el mundo en sus manos.

Gánsteres estatales

Así aconteció con Hitler y Mussolini a mediados de los años veinte del siglo pasado. Eufóricos celebraron su ascenso en Alemania e Italia, fusionando la política con el crimen, respaldados por millones de sus seguidores. Es una lección que parece haber aprendido muy bien el actual cuarteto de gánsteres, pues les asiste la certeza de que mientras estén en la cumbre del Estado adquieren una triple vacuna que les garantiza: Inmunidad legal, Impunidad penal e Intangibilidad política. Por eso harán lo que estimen necesario para permanecer al mando de sus respectivos Estados y prolongar sus delirios gubernamentales y designios criminales. Delirios y designios encubiertos políticamente por Trump con sus exitosas consignas y coartadas, exaltadas en las almas deprimidas y proyectadas en las mentes pueriles de sus seguidores: America First y Make America Great Again. Pero también Putin, reviviendo nostalgias imperiales y ocupando Ucrania en respuesta al asedio de la OTAN desde la implosión de la URSS en la década del 90, para así reafirmar a Europa y occidente su condición de potencia no despreciable en el nuevo orden mundial. Hasta llegar al extremo criminal de Netanyahu, quien exacerba el odio y el miedo ancestral de sus compatriotas, después del despiadado y brutal ataque de Hamás contra civiles inermes el 7 de octubre del 2023, que dejó cerca de mil doscientos víctimas mortales y un centenar de secuestrados. Víctimas que ha cobrado el gánster de Netanyahu a la población civil palestina con más de cuarenta y cinco mil muertos y 108.000 heridos, según un reciente reporte de France 24, dejando arrasada y ensangrentada a Palestina la otrora tierra santa. Y, ahora, Nicolás Maduro, invocando en Venezuela un supuesto triunfo electoral, que no es otra cosa que una cleptocracia electoral autoritaria incapaz de reconocer el triunfo legítimo de Edmundo González y el principio fundacional de la democracia, la soberanía popular.

Coartadas históricas

Todas las anteriores son coartadas históricas, arraigadas en la existencia e identidades de los respectivos pueblos, hoy hábilmente reeditadas por sus líderes mediante la inescrutable penetración de algoritmos en las mentes de sus seguidores, las redes sociales y la inteligencia artificial, que les impide a millones de ellos discernir entre la realidad y el delirio de grandeza que proyectan sus idolatrados líderes. Ellos tienen la absoluta certeza de que mientras más mientan para conservar y potenciar sus imágenes de ídolos imprescindibles e imbatibles, sus vidas, libertades y glorias como jefes de Estado serán incuestionadas y hasta celebradas. Por eso su nacionalismo y patriotismo no tiene límites y Trump hace del Estado su empresa más exitosa, manipulando aranceles y convirtiendo al mercado en su campo de guerra predilecto. Su Estado no reconoce otra soberanía que la de la ganancia de sus empresas y mercados, America First, y la impunidad de sus actuaciones. Así como para Putin y Netanyahu solo importa la seguridad y vida de sus compatriotas y burlan impunemente las decisiones de la Corte Penal Internacional, cuyos Estados desconocen, y de la misma Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas, que carecen de poder vinculante.

La Plutocracia Gansteril

Para estos gánsteres el Estado es un trofeo a repartir entre sus incondicionales socios, financiadores y cómplices. Así el Estado de derecho es degradado en Norteamérica a un Estado plutocrático gansteril para combatir sin reservas éticas a las hordas de inmigrantes pobres e indeseables, subir aranceles y desconocer las limitaciones para la protección ambiental. Por eso Trump anunció que sería dictador por un día para “cerrar la frontera y vamos a perforar, perforar y perforar. Después de eso, no soy un dictador”Todo parece indicar que ellos son la expresión exultante de una nueva y ascendente plutocracia tan criminal como codiciosa, cuyo máximo exponente es Elon Musk, lanzado a la conquista del espacio sideral pues el terrenal no le basta. Lo más grave es que semejantes gánsteres y empresarios estatales no solo son admirados por millones de consumidores de sus productos y sus delirios narcisistas, sino que tienen émulos en otras latitudes que han sido proclives a la generación de estos especímenes en la vida pública y al frente del Estado.

Gánsteres Tropicales

Así lo vemos con la esperpéntica pareja presidencial de Daniel y Rosario en Nicaragua, legítimos herederos de los Somoza en brutalidad y ambición. Con Maduro en Venezuela, émulo del dictador Juan Vicente Gómez y Milei en Argentina, anarco-liberal que diluye el Estado en el mercado y promueve la inanición de millones de argentinos para bajar la inflación. Quizá la única excepción a esta ola arrolladora de gánsteres estatales sea el proceso que en la actualidad se adelanta contra el destituido presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, que se refugia en su mansión para escapar a la justicia. Es inimaginable que llegue a suceder algo semejante en el caso de la banda de los tres más poderosos gánsteres globales y menos en Nicaragua y Venezuela. De allí que tras el pulso por la presidencia de Venezuela entre Edmundo González y Nicolás Maduro, estén alineados esos poderosos gánsteres globales: Trump, Putin y Xi Jinping. Sin duda, el mundo está en sus manos. Así lo anuncia Trump con su delirante imperialismo militar tras Groenlandia, el canal de Panamá y el golfo de México en desarrollo de sus alucinantes consignas: America First y Make America Great Again. Pero su adversario, Xi Jinping, sabe bien que la diplomacia de la Ruta de la Seda, sus megainversiones en el Sur Global y los avances tecnológicos son más exitosos que la burda amenaza militar. Un nuevo sol nace en Oriente y otro se oculta en Occidente.

Hernando Llano Ángel es profesor de Ciencia Jurídica y Política de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali

2025 ¿El mundo en mano de gánsteres estatales?

 

 

2025: ¿EL MUNDO EN MANO DE GÁNSTERES ESTATALES?

https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/2025-el-mundo-en-mano-de-gansteres-estatales/

“Entre las peculiaridades de nuestra época figura la irrupción masiva del crimen en los procesos políticos”. Hannah Arendt.

Hernando Llano Ángel.

La respuesta, desde luego, es afirmativa. El gansterismo es el rasgo común que comparten Trump, Putin y Netanyahu, pues al asegurarse la jefatura de sus respectivos Estados adquieren inmunidad e impunidad personal por sus crímenes y delitos pasados, presentes y futuros. Sin duda, los tres representan una temible banda con armas de destrucción masiva, que blandirán sin escrúpulo contra quien ose cuestionar sus decisiones y fechorías, las cuales hoy presumen victoriosamente. Son, pues, gánsteres estatales que tienen el mundo en sus manos.

Gánsteres estatales

Así aconteció con Hitler y Mussolini a mediados de los años veinte del siglo pasado. Eufóricos celebraron su ascenso en Alemania e Italia, fusionando la política con el crimen, respaldados por millones de sus seguidores. Es una lección que parece haber aprendido muy bien la actual banda de los tres, pues les asiste la certeza de que mientras estén en la cumbre del Estado adquieren una triple vacuna que les garantiza: Inmunidad legal, Impunidad penal e Intangibilidad política. Por eso harán lo que estimen necesario para permanecer al mando de sus respectivos Estados y prolongar sus delirios gubernamentales y designios criminales. Delirios y designios encubiertos políticamente por Trump con sus exitosas consignas y coartadas, exaltadas en las almas deprimidas y proyectadas en las mentes pueriles de sus seguidores: America First y Make America Great Again. Pero también Putin, reviviendo nostalgias imperiales y ocupando Ucrania en respuesta al asedio de la OTAN desde la implosión de la URSS en la década del 90, para así reafirmar a Europa y occidente su condición de potencia no despreciable en el nuevo orden mundial. Hasta llegar al extremo criminal de Netanyahu, quien exacerba el odio y el miedo ancestral de sus compatriotas, después del despiadado y brutal ataque de Hamás contra civiles inermes el 7 de octubre del 2023, que dejó cerca de mil doscientos víctimas mortales y un centenar de secuestrados. Víctimas que ha cobrado el gánster de Netanyahu a la población civil palestina con más de cuarenta y cinco mil muertos y 108.000 heridos, según reciente reporte de France 24[i], dejando arrasada y ensangrentada a Palestina la otrora tierra santa.

Coartadas históricas

Todas las anteriores son coartadas históricas, arraigadas en la existencia e identidades de los respectivos pueblos, hoy hábilmente reeditadas por sus líderes mediante la inescrutable penetración de algoritmos en las mentes de sus seguidores, las redes sociales y la inteligencia artificial, que les impide a millones de ellos discernir entre la realidad y el delirio de grandeza que proyectan sus idolatrados líderes. Ellos tienen la absoluta certeza de que mientras más mientan para conservar y potenciar sus imágenes de ídolos imprescindibles e imbatibles, sus vidas, libertades y glorias como jefes de Estado serán incuestionadas y hasta celebradas. Por eso su nacionalismo y patriotismo no tiene límites y Trump hace del Estado su empresa más exitosa, manipulando aranceles y convirtiendo al mercado en su campo de guerra predilecto. Su Estado no reconoce otra soberanía que la de la ganancia de sus empresas y mercados, America First, y la impunidad de sus actuaciones. Así como para Putin y Netanyahu solo importa la seguridad y vida de sus compatriotas y burlan impunemente las decisiones de la Corte Penal Internacional, cuyos Estados desconocen, y de la misma Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas, que carecen de poder vinculante.

La Plutocracia Gansteril

Para estos gánsteres el Estado es un trofeo a repartir entre sus incondicionales socios, financiadores y cómplices. Así el Estado de derecho es degradado a un Estado plutocrático gansteril, para combatir sin reservas éticas a las hordas de inmigrantes pobres e indeseables, subir aranceles y desconocer las limitaciones para la protección ambiental. Por eso Trump anunció que sería dictador por un día para “cerrar la frontera y vamos a perforar, perforar y perforar. Después de eso, no soy un dictador”[ii]. Todo parece indicar que ellos son la expresión exultante de una nueva y ascendente plutocracia tan criminal como codiciosa, cuyo máximo exponente es Elon Musk, lanzado a la conquista del espacio sideral pues el terrenal no le basta. Lo más grave es que semejantes gánsteres y empresarios estatales no solo son admirados por millones de consumidores de sus productos y sus delirios narcisistas, sino que tienen émulos en otras latitudes que han sido proclives a la generación de estos especímenes en la vida pública y al frente del Estado.

Gánsteres Tropicales

Así lo vemos con la esperpéntica pareja presidencial de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, legítimos herederos de los Somoza en brutalidad y ambición. Maduro en Venezuela, imitador del dictador Juan Vicente Gómez y Milei en Argentina, anarco-liberal que diluye el Estado en el mercado y promueve la inanición de millones de argentinos para bajar la inflación. Quizá la única excepción a esta ola arrolladora de gánsteres estatales es el proceso que en la actualidad se adelanta contra el destituido presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, que se resiste y refugia en su mansión para escapar a la justicia por abuso de poder al decretar la ley marcial en forma arbitraria y también por presuntos cargos de corrupción pública[iii]. Algo inimaginable que llegue a suceder en el caso de la banda de los tres más poderosos gánsteres globales y de sus émulos en Nicaragua y Venezuela. Sin dejar de mencionar procesos inconclusos en nuestra propia casa contra expresidentes como Belisario Betancur, Ernesto Samper y Álvaro Uribe Vélez, más los innumerables pendientes por la complicidad de conspicuos políticos con el narcotráfico, los paramilitares y la guerrilla, que nos faltan por conocer y encontrar en la Escombrera de la política nacional. Una Escombrera más extensa, profunda y putrefacta que la de la Comuna 13 y la celebrada Operación Orión[iv] en nombre de la “seguridad democrática”, el orden y el Estado de derecho, coartadas perfectas siempre invocadas para garantizar impunidad penal y política a nuestros más prestigiosos gánsteres estatales. Así lo hizo Belisario Betancur después de la hecatombe del Palacio de Justicia y hoy lo repite Uribe con la operación Orión.