CONSEJOS DE MAX WEBER PARA
PETRO Y URIBE
https://blogs.elespectador.com/actualidad/calicanto/consejos-max-weber-petro-uribe
Hernando Llano Ángel
Ahora que el presidente Gustavo Petro está
empeñado en tender puentes con los más poderosos empresarios del país, los
llamados cacaos[1], y comparte
su adicción al café e invita a la Casa de Nariño al máximo jefe del Centro
Democrático y del País Político[2],
Álvaro Uribe Vélez, es pertinente retomar algunos apartes de la célebre
conferencia “La política como vocación”[3],
impartida por Max Weber[4]
en Múnich en 1919. Es una obra clásica de la sociología política, no solo
porque en ella se encuentra la famosa definición del Estado como aquel que “reclama
(con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima” sobre un
territorio. Pero precisa unos párrafos más adelante que se trata de una
violencia legítima “que es vista como tal”, lo cual significa que el asunto de
fondo es la legitimidad y no la violencia, como algunos equivocadamente piensan
que es lo distintivo y esencial del Estado. Pero, más allá de ese grave
malentendido, Weber realiza una digresión magistral sobre las cualidades que
debe tener todo líder con auténtica vocación política. Unas cualidades ausentes
en el estilo de liderazgo de Petro, pero también en el de Uribe y por lo
general en todo líder con carisma mesiánico. Aquellos líderes que se consideran
llamados a salvar la Patria con sus doctrinas y políticas, sean ellas la
“Seguridad Democrática”, “La Paz Total” o el “libertarismo”[5]
de Milei, “anarquista de mercado”, quien incluso denigra del propio Estado y
pretende liberarlo de toda responsabilidad y política social, pues considera
que el mercado y la competencia son los mejores reguladores de la convivencia
humana. Al respecto, Milei debería tener en cuenta esta sentencia de
Lacordaire: “Entre el fuerte y el débil, es la libertad la que oprime y la ley la que libera”. Quienes
incurren en la falacia libertaria les sucede lo mismo de aquellos que piensan
que el Estado, por ser la máxima expresión política y jurídica de lo público,
es por sí mismo la encarnación de la justicia social y del bienestar colectivo.
Tales reduccionismos doctrinarios impiden alcanzar acuerdos creativos, capaces
de concertar legítimos intereses económicos, como los de las EPS, con la salud
pública como un derecho fundamental y no tanto una fuente de enriquecimiento
para mercaderes de la vida, como el condenado Carlos Palacino[6]
de SaludCoop[7]. Eso fue
precisamente lo que sucedió con el tinto amargo que compartieron Petro y Uribe
en la Casa de Nariño al no llegar a ningún acuerdo sobre la reforma a la salud.
Ninguna de las partes es capaz de imaginar soluciones distintas, pues ambos
líderes están absolutamente seguros de tener toda la razón y por ello no ceden
en sus posiciones. Y es aquí donde las reflexiones de Weber cobran pleno
sentido, pues nos dice que son tres las cualidades propias e imprescindibles
que debe conjugar todo líder con verdadera vocación política: 1- La Pasión; 2-
La entrega a la Causa con Responsabilidad y 3- La Mesura. Resumiéndolas al máximo, las define así: “Pasión en el sentido de positividad, de
entrega apasionada a una causa, al dios o al demonio que la gobierna”. Ese
dios alegóricamente puede ser la propiedad, la seguridad y el mercado, que es
la fe que la oposición de derecha defiende visceralmente a capa y espada contra
todas las reformas sociales del Pacto Histórico. Y, en sentido metafórico, el demonio
para la derecha puede ser la promoción desde la izquierda de la revolución, la
justicia social y el progreso, que impulsa con poca capacidad de gestión y
ejecución el actual gobierno. En la
segunda cualidad, que es la “entrega a la Causa con sentido de
Responsabilidad”, Weber le
advierte al líder político que “La pasión no convierte a nadie en político,
sino está al servicio de una causa y no
hace de su responsabilidad hacia esa causa el norte que oriente sus acciones”.
Y, la tercera cualidad, es la Mesura, definida como: “La cualidad
psicológica decisiva del político. Capacidad para dejar que la realidad
actúe sobre uno sin perder el recogimiento y la tranquilidad, es decir, para guardar la distancia con los hombres y las
cosas. El no saber guardar
distancias es uno de los pecados mortales de todo político y una de esas
cualidades cuyo olvido condena a la impotencia política a nuestra actual
generación de intelectuales”. Al reunirse Petro con los cacaos, que en sus
discursos políticos y trinos suele denigrar como oligarcas, empieza a demostrar
algo de mesura pues toma distancia de sus convicciones y pasiones doctrinarias
que dificultan sinergias entre lo público y lo privado en beneficio de la
productividad y la justicia social. Así lo reconoce en el comunicado
presidencial señalando los compromisos alcanzados[8]:
“Las empresas se hacen más grandes cuando
la sociedad se hace más grande”.
Falta de Mesura y de responsabilidad
Pero a Petro como a Uribe les falta mesura y con
frecuencia pierden el recogimiento y la tranquilidad, ello los condena a la
impotencia política e impiden la transformación de nuestra realidad política.
Esa incapacidad de conservar la mesura, según Weber, obedece al mayor pecado
capital en que puede incurrir un político que es la vanidad, que lo lleva
a “no guardar distancias” y le impide que “vayan juntas
en las mismas almas la pasión ardiente y la mesurada frialdad. La política se hace con la cabeza y no
con otras partes del cuerpo o del alma”. Consejo que parece son incapaces de cumplir ambos líderes,
adictos incontenibles a desfogar sus pasiones por las redes sociales utilizando
sus respectivas cuentas X, cuando sus políticas son cuestionadas y sus vanidades
vulneradas. Para contrarrestar esa nefasta adicción, Weber les recuerda que: “Sólo el hábito de la distancia (en todos los
sentidos de la palabra) hace posible la
enérgica doma del alma que caracteriza al político apasionado y lo distingue
del simple diletante político estérilmente agitado”. Tanto Uribe como Petro en muchas ocasiones, cuando defienden y
agitan apasionadamente sus banderas políticas, se parecen a ese “diletante
político estérilmente agitado”.
Petro y Uribe un par de vanidosos
Eso sucede cuando pregonan vanidosamente el éxito
de políticas mortalmente erráticas como la “seguridad democrática” con sus
6.402 “falsos positivos” y la “Paz Total”, que ya lleva 149 líderes asesinados
y 91 masacres este año, por la incapacidad de la fuerza pública de contener y
desvertebrar acciones criminales del ELN, el Estado Mayor Central y las
Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Por eso, Weber les advierte: “En último término, no hay más que dos
pecados mortales en el campo de la política:
la ausencia de finalidades objetivas y la falta de responsabilidad, que
frecuentemente, aunque no siempre, coincide con aquélla. La vanidad, es lo que más lleva al político a cometer uno de estos
pecados o los dos a la vez”. Sin duda, Petro y Uribe se desvelan por
estar siempre en primer plano, y ello se agrava con su ausencia de finalidades
objetivas, es decir alcanzables, y la falta de responsabilidad en el
cumplimiento de esas metas durante sus gobiernos.
Uribe no es virtuoso
Por ejemplo, Uribe prometió un Estado contra la
Corrupción y la Politiquería y en sus dos administraciones fueron condenados el
mayor número de altos funcionarios y colaboradores de que se tenga noticia, al
menos una docena[9]. Ahora
su exministro de hacienda, mano derecha y excandidato presidencial del Centro
Democrático, Oscar Iván Zuluaga[10],
es imputado por la financiación ilegal de Odebrecht de su campaña al aportar
1.6 millones de dólares. Pero, además, Uribe gobernó con el respaldo de más de
60 congresistas condenados por parapolítica[11].
Es inolvidable su solicitud como presidente, en un Congreso de Cafeteros, a “todos los congresistas que nos han apoyado
que mientras no estén en la cárcel a
votar las transferencias, a votar la capitalización de Ecopetrol, a votar la
reforma tributaria”[12]. Por
si fuera poco, su reelección presidencial inmediata fue posible gracias al
cambio de un articulito de la Constitución, realizado mediante la comisión del
delito de cohecho por sus ministros del Interior y del Derecho, Sabas Pretelt
de la Vega y de salud, Diego Palacios, condenados por la Corte Suprema de
Justicia[13]. Todo
un prontuario delincuencial propio de un gobierno cacocrático[14].
Petro no es estadista
De otra parte, el presidente Petro se propone
convertir a Colombia en Potencia Mundial de la Vida y alcanzar una Paz Total,
pero carece de una política de seguridad efectiva que en forma responsable posibilite
el logro de tan ansiadas metas y las convierta en finalidades objetivas, que es
lo propio de un estadista. De allí, que Weber concluya: “Por eso el político tiene que vencer
cada día y cada hora a un enemigo
muy trivial y demasiado humano, la muy común vanidad, enemiga mortal de toda
entrega a una causa y de toda mesura, en este caso de la mesura frente a sí mismo. La vanidad es
una cualidad muy extendida y tal vez nadie se vea libre de ella…”. Pero el costo que pagamos todos por tener
líderes sin auténtica vocación política es demasiado alto, pues subordinan los
bienes públicos a su soberbia y vanidad, esa “necesidad de aparecer siempre que
sea posible en primer plano”, así sea tomando tinto sin resultado
alguno, al menos por ahora. Es de esperar que ambos superen esa vanidad tan
perjudicial para la causa política de la paz y la convivencia democrática, pues
como concluye Weber: “Es completamente
cierto, y así lo prueba la Historia, que en este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo
imposible una y otra vez. Pero para ser capaz de hacer esto no solo hay que ser un caudillo, sino también un héroe en el sentido más sencillo de la palabra”. Hoy
diríamos hay que ser un estadista, en lugar de un “diletante políticamente
estéril”.
PD: Para mayor información y comprensión, abrir
enlaces resaltados en rojo.
[1]https://canal1.com.co/noticias/nacional/quienes-cacaos-aparecen-gustavo-petro-historica-foto-mandatario/
[7] https://www.infobae.com/colombia/2023/11/16/se-entrego-carlos-palacino-expresidente-de-saludcoop-condenado-por-el-desfalco-a-la-eps/
[8] https://www.semana.com/politica/articulo/las-empresas-se-hacen-mas-grandes-cuando-la-sociedad-se-hace-mas-grande-presidente-petro-tras-reunion-con-los-cacaos/202305/
[10] https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20230711-caso-odebrecht-la-fiscal%C3%ADa-colombiana-imputa-a-un-excandidato-conservador-por-corrupci%C3%B3n